Galíndez: ríos Ceguilla y Cega, prados y páramos del entorno

Esta marcha es gemela de la realizada justo un año antes y publicada con id=11719048, pero con diferente objetivo: en aquélla buscábamos conocer varias iglesias románicas, en ésta sólo disfrutar de la naturaleza, cruzar los ríos Cega y Ceguilla y ver sus hoces.

El tiempo meteorológico y las circunstancias nos han hecho percibir dos partes distintas en esta marcha: la primera ha resultado en blanco y negro, la segunda, en color. En la primera parte, hasta llegar al waypoint 3, el cielo ha estado oscuro y hemos cruzado por praderas y junto a prados salpicados de robles en hibernación; todo muy descolorido, hasta el ganado que pastaba era oscuro. Prevemos que en primavera, en cambio, debe de tener muchísimo encanto, sobre todo en el entorno del desfiladero junto al waypoint 2.

Al llegar a los puentes próximos al encuentro de los ríos, sale el sol decididamente, el cielo se torna azul, cambiamos a vegetación dominada por la encina y todo el paisaje toma color. Aquí no hay que esperar a la primavera para percibir sus encantos. El apéndice de ida y vuelta de la Q de nuestro recorrido se debe a que intentábamos seguir por el Camino de San Frutos que lleva a Pedraza hasta llegar a una ladera solana y resguardada del molesto viento, para comer. Encontramos, sin embargo, que el camino se torna emparedado entre las cercas de una finca privada que no nos permiten salirnos de él. Damos media vuelta; no es un recorrido inútil pero casi.

Nos llama la atención el tremendo desarrollo de monstruosas pistas agrarias de unos 5m de ancho que van cubriendo el territorio como una tela de araña por esta zona, con escaso aprovechamiento ganadero. Nos preguntamos cuál será la “intensidad media diaria” del tráfico por ellas y qué descomunales tractores se desea que se puedan cruzar; todo esto a la vez que la corta carretera de acceso a Galíndez no tiene ni siquiera 3 m de ancho. ¿Despilfarro?