GALLEGOS DEL CAMPO - SAN CRISTOBAL DE ALISTE - SAN VITERO

Ruta realizada por el grupo de senderismo SERMAR el 08/03/2014 (Guía JOSÉ LUIS).
Esta ruta de senderismo se desarrolla por el interior de la comarca de Aliste, en el Oeste de Zamora.
Accedemos desde Alcañices por la carretera ZA-912 hasta San Vitero. Atravesamos esta localidad de Sur a Norte, dejamos la gasolinera a nuestra izquierda, y 1 km más adelante tomamos la carretera A-P-243 en dirección a San Cristóbal de Aliste y a Gallegos del Campo.
Ahora a nuestra derecha se abre un extenso espacio protegido que se caracteriza por su condición de paisaje de estepa, de grandes praderas con zonas húmedas o encharcadas y que está catalogado como ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves). Se trata de un amplio valle entre los ríos Aliste y Cebal y las estribaciones de la Sierra de la Culebra, con cotas que se encuentran entre los 850 y los 952 mts. Aquí se pueden divisar gran diversidad de aves. El espacio tiene interés por la población reproductora de especies esteparias que nidifican en estos campos y pastizales, entre los que destaca el Sisón, el Aguilucho Cenizo, el Aguilucho Pálido y varias especies de aláudidos (alondras, terreras, calandrias, cogujadas…) que alcanzan altas densidades.
Pasamos por San Cristobal de Aliste y seguimos en dirección a Gallegos del Campo donde comenzamos la ruta senderista.
El nombre de Gallegos del Campo, como muchos de los gentilicios en la toponimia zamorana, por ejemplo Asturianos (de Asturias), Bercianos (de El Bierzo), Navianos (de Navia), Limianos (de La Limia), Castellanos (de Castilla), Faramontanos (de Cantabria),… nos refieren muy elocuentemente a las antiguas repoblaciones, como las que tuvieron lugar en tiempos del rey Fernando I, quien trajo pobladores del norte de la península, e incluso de otras partes, como Madrid (Madridanos) o Coria (Coreses). De este modo, el topónimo Gallegos del Campo nos habla de gentes de Galicia que repoblaron la zona allá por los siglos X y XI, siendo el apellido “del Campo” una mera referencia a la planicie en la cual se encuentra asentada la población.
Caminamos por sus calles en dirección SW hasta llegar a los caminos usados por los paisanos para llegar a sus cortinas (denominación alistana de finca pequeña).
Entre estas cortinas, en menos de 1 km, alcanzamos el cementerio del pueblo. En la parte superior de la entrada al cementerio encontramos una estela funeraria romana en perfecto estado de conservación. Son innumerables las huellas romanas en la zona prueba de ello son las numerosas tumbas descubiertas y restos de huesos. El hallazgo más importante, un hallazgo casual, bajo los cimientos de lo que fue la Ermita de San Jorge, donde hoy se sitúa este cementerio, es un miliario, que conserva una inscripción.
Pasado el cementerio, en unos 200 mts, llegamos a una charca que bordeamos. Tomamos dirección NW para en una ligera ascensión de unos 500 mts de longitud llegar al alto de San Jorge (860-865 m de altitud y 1,3 has. de extensión). Se trata de un castro prerromano llamado antiguamente El Castrico (aunque en el pueblo únicamente se le conoce por castro de San Jorge o El Castro) que posteriormente fue ocupado por los invasores romanos. Se trata de una elevación alargada aunque no muy alta con una pequeña meseta en un extremo. Desde aquí se tiene una buena vista de la Zona Protegida y de la Sierra de la Culebra (al Norte).
Regresamos por el mismo camino hasta la charca. Donde tenemos un cruce de caminos. Tomamos el camino que sale en dirección Sur. Empezamos a descender entre jaras y escobas a lo largo de 2,5 kms, hasta que alcanzamos el arroyo de Llamiellas.
Atravesamos este arroyo y en la primera bifurcación comenzamos a ascender en dirección Sureste. En 1 km llegamos a la entrada de un pinar de repoblación. Aquí comenzamos una fuerte ascensión por un cortafuegos, son solo 500 mts de longitud, y 108 mts de desnivel (de 768 a 876 mts).
Una vez arriba seguimos la pista en dirección Este. A nuestra izquierda vamos observando, entre las escobas, restos de antiguas murallas y de otras construcciones. En unos 700 mts tomamos la desviación de la izquierda y en unos 250 mts llegamos a la parte más alta de nuestra ruta 903 mts de altitud. Estamos en el castro de El Castrillón. Al Norte se ve la localidad de la que hemos partido (Gallegos del Campo) y al Este la localidad de San Cristóbal de Aliste; además al Norte en la lejanía tenemos la Sierra de la Culebra y a nuestros pies el valle del arroyo Llamiellas. En este asentamiento se han encontrado restos de cerámica y escorias, algunos de los cuales están expuestos en el Museo de Zamora.
Volvemos de nuevo sobre nuestros pasos hasta alcanzar la pista y continuamos por el camino que sale de frente en dirección Sur. Es importante tomar este camino porque así podremos disfrutar de un bonito alcornocal. A nuestra derecha tenemos el pinar de repoblación y a nuestra izquierda jóvenes alcornoques.
En 300 mts llegamos a un nuevo cruce de caminos. Tomamos el camino de la izquierda (dirección Este). De pronto nos hayamos en un bonito bosque de alcornoques con sus troncos pelados por la extracción del corcho, es lo que se denomina «saca del corcho», una actividad que se realiza en la fase más activa del crecimiento del corcho, entre mediados de mayo y junio hasta mediados/finales de agosto.
Seguimos avanzando en dirección Este. Hay unos cuantos cruces de caminos pero nosotros seguimos de frente hasta que a una distancia de casi 1 km, tomamos el camino de nuestra derecha cambiando el rumbo hacia el Sureste.
El camino ahora discurre entre encinas, alcornoques, robles, jaras y escobas. En 500 mts tomamos el camino de la izquierda para en otros 250 mts salir a la pista principal.
Seguimos dirección Este. A nuestra izquierda, muy cerca, tenemos el pueblo de San Cristóbal de Aliste, pueblecito situado sobre una elevación del terreno, desde la que se puede observar la ribera del pueblo, la sierra de la Culebra y parte de la comarca de Aliste.
Entre el pueblo y nuestro camino se extienden unas tierras de labor, alargadas con una curiosa forma rectangular.
Dejamos el pueblo a nuestra izquierda, y tras caminar a lo largo de 1 km llegamos a una nueva bifurcación que tomamos a nuestra derecha (dirección Sur).
Seguimos por caminos que utilizaban los antiguos carros tirados por vacas o bueyes, que trasladaban la leña, la paja o el grano recogido, grano que se molía en molinos harineros de rodezno situados junto a los arroyos de la zona.
En unos 200 mts llegamos a un nuevo cruce, tomamos la pista de la izquierda (hacia el Este). Y comenzamos a descender entre robles melojos por una pista zigzagueante hasta alcanzar el arroyo de la Ribera.
Pasamos el arroyo por un pequeño puente y llegamos hasta las ruinas de un antiguo molino.
Ahora toca ascender. Va a ser una ascensión tendida a lo largo de los 3 kms que nos restan.
Enseguida pasamos por un nuevo puente sobre el arroyo de la Ribera y continuamos por la pista de la izquierda (dirección Sureste).
Tenemos que seguir de frente. A veces dirección Sureste, a veces dirección Este. De pronto la pista desaparece y debemos continuar por sendas y praderas. Atravesamos varias veces el arroyo y seguimos caminando entre vegetación de ribera.
Por fin empezamos a divisar las edificaciones de San Vitero. Tras un último repecho llegamos a la gasolinera donde finalizamos esta bonita ruta.
Por último nos acercamos hasta San Vitero, donde pudimos degustar la carne de la raza de vacuno con denominación de origen "Ternera de Aliste".
El casco urbano de San Vitero conserva muestras de una arquitectura tradicional en piedra, siendo sus principales edificios la iglesia parroquial de San Víctor, de la que destaca su pórtico, y la ermita del Cristo del Campo. De especial mención son un toro prerromano y un miliario de la vía romana Astorga-Braga, ambos situados en la plaza principal y junto a la iglesia.
San Vitero cuenta con un importante recinto ferial donde se celebra anualmente desde 1998 la "Exposición monográfica raza zamorano leonesa" y la "subasta de buches".