Garajonay: Barrancos El Rejo - El Cedro 25082022

Primera jornada de las cuatro programadas desde Lanzarote en los alrededores del Garajonay y, como en otras ocasiones, organizadas por Nacho Romero (https://senderismolanzarote.com) y con la colaboración de Ymaguara (https://ymaguara.com) de La Gomera.
Desde el mismo aeropuerto de La Gomera nos dirigimos en dirección a Hermigua por la carretera GM-1, casi una hora de travesía en la guagua para quedarnos sobre el barranco de El Rejo ó barranco de la Meseta, barranco que unos metros mas hacia la costa desagua sobre el Embalse de Mulagua.
Nos quedamos en un pequeño aparcamiento habilitado sobre el barranco y a unos 300 metros de una zona recreativa, una especie de parque infantil.
Al inicio del sendero que se adentra barranco arriba un cartel nos indica que tenemos 1,3 kms hacia la Meseta y/o 3,3 kms hasta El Cedro y la pinta es que todo es en subida. Al frente y a nuestra izquierda el majestuoso Roque Blanco nos vigila, estamos en el pre-parque entre vegetación de laurisilva, en el fondo del barranco abundan los sauces; estamos ascendiendo por El Rejo, de ahí, supongo, el nombre que algunos le dan al barranco.
Vamos subiendo siguiendo el trazado del sendero por el que se nos aparecen infinidad de Beas (Aeonium subplanum), un endemismo gomero de la misma familia que nuestro Bejeque (Aeonium lancerottense) y de El follao o follado canario (Viburnum rigidum) otro endemismo que nos regalaba sus bayas carnosas con colores rojizos los mas jóvenes y de bellas y vistosas tonalidades azul o púrpura metálico muy brillantes los maduros y que tuvimos la ocurrencia de probar.
Seguimos la ruta con el ronroneo del agua y llegamos a una zona donde cruzamos el cauce del barranco y donde tuvimos ocasión de admirar una cascada de agua y abundantes helechos.
Por la otra ladera seguimos avanzando sin dejar de ver pequeños arroyuelos y/o cascadas lo que a unos asiduos del “secano” nos llama mucho la atención y relaja la casi continua subida. El camino está bien marcado y delimitado, llegamos a las inmediaciones del Parque del Garajonay (así nos lo indica un cartel), seguimos viendo entre los arboles al erguido Roque Blanco, una señalización indica que El Cedro esta a 2 km, Las Mimbreras a 3 km. Por la izquierda un tramo con tarima de madera se acerca al cauce y a una pequeña cascada. Un cartel nos indica que estamos en La Meseta de Hermigua y da una explicación sobre el barranco encantado por el agua. Nos adentramos por la tarima hacia una zona donde, desde tres pequeños miradores, se puede observar el cauce del agua, arroyos y cascadas y, sobre todo, una abundante vegetación propia de los bosques de laurisilva y de fayal brezal, un lugar precioso.
Dejamos atrás esta parte y regresamos para continuar nuestro ascenso, ahora el camino esta “adoquinado” en un principio y luego “cementado” por lo que la subida es llevadera y continúa hasta alcanzar la Ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, un pequeño recodo excavado en la pared rocosa y al que se puede llegar por pista desde otras latitudes.
Estamos en La Meseta, el verde sigue sobresaliendo y al amparo de la Virgen hacemos un pequeño reposo.
Seguimos la marcha, ahora con el objetivo de alcanzar el barranco de El Cedro. La subida ahora es “mas jodida”, alcanzamos la carretera y un cartel nos informa que estamos en la meseta de Hermigua y otro que nos queda 1,2 kms para llegar al caserío de El Cedro. Seguimos en ascenso, hay más pendiente y mucho zigzag y entre jadeos, un “rato” después, alcanzamos La Gollada del Camino Viejo, nuevo cartel que nos informa de que nos quedan 600 metros para el caserío de El Cedro.
Desde este punto nos vamos por una pista de tierra atravesando el bosque en dirección a La Ermita de Lourdes, de nuevo el verde del bosque se ve remojado por la frecuente aparición de pequeños arroyos y embellecido por los líquenes, musgos y hongos que colonizan los árboles dejando unas bellísimas imágenes.
Llegamos a la Ermita y tocaba reponer energías, paramos un buen rato y el bueno de Enekoiz nos contó el origen de la ermita así como algunas curiosidades de las costumbres y tradiciones de la isla.
Retomamos la marcha, ya por el barranco de El Cedro, y continuamos próximos al cauce hasta llegar a La Puntilla, aquí un cartel nos informa de que salimos de los límites del Parque y que nos queda 1,1 kms para alcanzar El Cedro.
Alcanzamos unas galerías donde se extraía aguas y justo enfrente un desvío con los indicativos para ir a El Cedro, Alto de Garajonay, Los Aceviños, y a Hermigua (3 kms). Seguimos por esta última aunque sin intención de llegar a Hermigua, nuestro próximo destino será la Presa de Los Tiles, buscando volver al origen, al punto de partida.
El primer tramo de esta última parte de la ruta es por un núcleo habitado, varias viviendas así nos lo atestiguan, un pequeño arroyo y una buena manada de patos, algún caballo, cabras, ovejas y gallinas lo refrendan.
Después de este tramo de colorido viene casi lo peor de la jornada, la bajada a la presa se hace sobre unas escalinatas labradas en la roca y en algunos tramos con mucha pendiente, hay que tener mucho cuidado de no resbalar y dejar las prisas en la mochila.
Las vistas son inmejorables, bajamos por El Risco de Los Lajones y ya se va viendo El Chorro de Hermigua, o simplemente El Chorro, una cascada de 200 metros que aunque se ve de lejos se admira sin dificultad.
Llegamos a la presa, de nuevo patos por los alrededores y mucho verde, sosiego y respiro, hemos pasado lo peor.
Rodeamos el dique de la presa y nos vamos por unos escalones en el otro extremo que nos ascenderán hasta una pista de tierra, no sin antes echarle un último vistazo al Chorro.
Arriba del todo de nuevo las vistas impresionan, el valle que conforman las laderas del barranco y en el que se asienta Hermigua es una preciosidad y en él sobresalen Los Roques de San Pedro, el grande y el chico (son dos, aunque desde aquí no se percibe), los enamorados Pedro y Petra, según cuenta la leyenda popular, dos amantes fundidos en un abrazo que un rayo convirtió en piedra y luego separó, jodida envidia!
Seguimos por la pista de tierra camino del asfalto de la GM-1,
lo alcanzamos en los alrededores del Embalse de Mulagua y por la carretera seguimos hasta la zona recreativa donde nos espera la guagua que nos llevará al hotel en San Sebastián. Casi 8 horas deambulando, no está mal para el primer día.