Garganta de Escuaín
near Escuaín, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
La ruta comienza en el parking al principio del pueblo de Escuaín.
Los primeros 3-4 km son de subida constante por una pista asfaltada, ancha y expuesta al sol.
Alrededor del kilómetro 4 cogemos una senda a la derecha que nos lleva al Puente de los Mallos. Toda esta senda transcurre a la sombra de pinos y hayedos. El camino hasta llegar al puente es muy agradable, a la sombra y solo incomodados por la gran cantidad de moscas, mosquitos y similares que buscan la sombra igual que nosotros.
Una vez llegados al puente de los mallos hacemos la correspondiente foto y volvemos por un camino diferente al de la ida.
El camino está marcado como senda muy peligrosa, porque está muy expuesto al precipicio, aunque no tiene mayor riesgo. Por precaución los tramos más peligrosos están acondicionados con cadenas a las que te puedes agarrar si tienes vértigo para evitar posibles resbalones, pero el camino no tiene mayor dificultad. Eso sí, es necesario estar muy atento y no es recomendable para niños o para personas con dificultad de movimientos o con poca agilidad.
Todo el camino de vuelta es espectacular, pues se ve la garganta y el cortado dónde anidan buitres, águilas, quebrantahuesos y alimoches. Se escucha el río abajo, muy abajo, aunque solo logra verse en algunos momentos.
El camino de vuelta es en su mayoría cuesta abajo, así que es más ligero que el de ida y pronto llegamos al pueblo de Escuaín, donde hemos empezado la ruta.
Una vez en Escuaín decidimos prolongar la excursión 15 minutos más para recorrer el circuito de los miradores, alrededor del pueblo, que en apenas 700 m presenta tres estupendos miradores de la garganta y de todo el valle, desde los que se pueden sacar bonitas fotos de la garganta de Escuain y de las montañas.
En el mismo pueblo hay una fuente de agua muy fría en la que se pueden rellenar las cantimploras. En el todo el camino no hemos encontrado ninguna otra fuente.
En definitiva, ruta muy agradable y moderamente fácil, aunque es necesario estar en forma, pues no es corta y hay una altitud acumulada considerable. Es especialmente recomendable para los días calurosos, puesto que la mayor parte del camino transcurre por sendas a la sombra de las hayas y de los pinos. Hay que llevar abundante agua.
Como he dicho antes, por precaución abstenerse con niños y personas con vértigo.
Los primeros 3-4 km son de subida constante por una pista asfaltada, ancha y expuesta al sol.
Alrededor del kilómetro 4 cogemos una senda a la derecha que nos lleva al Puente de los Mallos. Toda esta senda transcurre a la sombra de pinos y hayedos. El camino hasta llegar al puente es muy agradable, a la sombra y solo incomodados por la gran cantidad de moscas, mosquitos y similares que buscan la sombra igual que nosotros.
Una vez llegados al puente de los mallos hacemos la correspondiente foto y volvemos por un camino diferente al de la ida.
El camino está marcado como senda muy peligrosa, porque está muy expuesto al precipicio, aunque no tiene mayor riesgo. Por precaución los tramos más peligrosos están acondicionados con cadenas a las que te puedes agarrar si tienes vértigo para evitar posibles resbalones, pero el camino no tiene mayor dificultad. Eso sí, es necesario estar muy atento y no es recomendable para niños o para personas con dificultad de movimientos o con poca agilidad.
Todo el camino de vuelta es espectacular, pues se ve la garganta y el cortado dónde anidan buitres, águilas, quebrantahuesos y alimoches. Se escucha el río abajo, muy abajo, aunque solo logra verse en algunos momentos.
El camino de vuelta es en su mayoría cuesta abajo, así que es más ligero que el de ida y pronto llegamos al pueblo de Escuaín, donde hemos empezado la ruta.
Una vez en Escuaín decidimos prolongar la excursión 15 minutos más para recorrer el circuito de los miradores, alrededor del pueblo, que en apenas 700 m presenta tres estupendos miradores de la garganta y de todo el valle, desde los que se pueden sacar bonitas fotos de la garganta de Escuain y de las montañas.
En el mismo pueblo hay una fuente de agua muy fría en la que se pueden rellenar las cantimploras. En el todo el camino no hemos encontrado ninguna otra fuente.
En definitiva, ruta muy agradable y moderamente fácil, aunque es necesario estar en forma, pues no es corta y hay una altitud acumulada considerable. Es especialmente recomendable para los días calurosos, puesto que la mayor parte del camino transcurre por sendas a la sombra de las hayas y de los pinos. Hay que llevar abundante agua.
Como he dicho antes, por precaución abstenerse con niños y personas con vértigo.
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