SIERRA DE GATA. Circular Torre La Almenara desde Gata

Iniciamos la ruta en Gata, desde el lugar donde están los paneles informativos que explican la ruta, nos hablan de la Torre de la Almenara y señalan el inicio de la ruta.

Comenzamos ascendiendo suavemente por una calleja empedrada, hasta adentrarnos en un robledal. Lo atravesamos sin dejar la calleja flanqueada por magníficas paredes de piedra y cruzando algún que otro regato.

Al salir del robledal ya divisamos La Torre sobre la mole de granito y comenzamos a subir hacia el Collado, y al llegar a una vieja majada, cruzamos, para ascender hasta la parte alta del collado, siguiendo una senda zigzagueante indicada con numerosos hitos.

Al llegar a lo alto del Collado llanearemos, siguiendo los hitos hasta llegar a la base de la mole de granito, sobre la que se asienta la Torre, y desde donde tenemos unas vistas espléndidas de la Sierra de Gata, al frente elJálama y toda la frontera con Portugal, al sur, el embalse del Borbollón y los Llanos de Cáceres y si el día está despejado, a nuestra espalda, el valle del Árrago, con la Bollay la Bollita, a nuestros pies, el pueblo Cadalso, entrada del citado valle y más al fondo, las lejanas cumbres de Gredos.

LA ALMENARA, que Alfonso IX de León ganara en 1212 a los moros, al igual que el castillo de Santibáñez, que desde ella se divisa al sur en un alcor cercano o elevación natural suave del terreno.

Ambas fortalezas pasaron más tarde a la custodia de la orden militar de Alcántara. Esta torre, cuyo nombre en árabe significa Fortaleza, es pentagonal, y, aunque antaño gozaba de gran esplendor, hoy en día está casi en ruinas, rodeada de una barrera seca de piedras. Dentro del recinto, junto a las murallas, se encontraban las caballerizas con dos habitaciones encima y la sólida torre, único resto existente en la actualidad. Está hecha con piedra y Cal y sillares es sus cinco esquinas. Aún perdura parte del baluarte redondo situado delante de la puerta.

Desde aquí se accedía a la torre por una escalera de mano, a modo de puente levadizo, con el fin de asegurar su aislamiento y seguridad para la defensa. La vista desde lo alto recompensa el esfuerzo de la subida.

La bajada de nuevo a Gata, más directa, se realiza desandando el último tramo de vereda que sube hasta la cumbre y desviándonos donde esta acaba, a la izquierda, a través de una ancha pistas de tierra batida que remata la ruta circular hasta el pueblo.

Al llegar a Gata, si todavía tenemos ganas, es recomendable dar un paseo y realizar una visita a este bello pueblo declarado Bien de Interés Cultural desde 1995.

Pero sobre todo, lo más importante, es tomarnos una cervecita fresca en alguno de los bares que hay en este típico y bonito pueblo.
Que disfrutéis la ruta!!!