Geoparque Las Loras: Las Tuerces, Monte Cildá y Cañón de la Horadada
near Gama, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta muy completa en la que recorreremos las formaciones más características del geoparque.
Comenzamos en Gama, al lado de las Casas Rurales de Gama y Las Tuerces. Retrocederemos un poquillo para no dejar de contemplar una de las joyas del románico palentino: la iglesia de San Andrés. Tras ello, tomamos la senda en ligera subida que sale a la derecha de las casas rurales, y la cual continuaremos hasta llegar a un collado desde el cual, girando a la derecha, llegaremos a las ruinas del Castillo de Gama. Aunque pillé niebla, lo cierto es que casi se agradecía, porque le daba un aspecto aún más "místico". También presentaba buenas vistas de Gama, especialmente de la mencionada iglesia.
Tras la visita al castillo, desandaremos brevemente el camino y continuaremos por el cordal, pasando de largo el cruce por el cual ascendimos. Al poco rato lo abandonamos y nos desviaremos a la derecha para alcanzar Peña Muela. Aunque aparece como cima en los mapas, e incluso posee un vértice geodésico, no deja de ser una extensión de la planicie en altura por la que nos movemos. Aunque aún había niebla, en este punto ya comenzaba a despejarse y ya nos permitía comenzar a disfrutar de las bonitas vistas de Las Loras.
Al fondo vemos un camino, el cual alcanzamos sin ningún problema, y ya solo será continuarlo hasta llegar a Las Tuerces. Ojo: yo aquí, por no fijarme en el mapa y dejarme guiar por una ruta que llevaba en el gps, abandoné en un punto (marcado con waypoint) el camino, para ir transitando por una especie de cordal, aunque en algún punto era un poco "pestoso". Y posteriormente volví a reincorporarme al mismo camino que había abandonado (también señalado como waypoint). Por lo tanto, queda claro que abandonar el camino es un error, ya que si lo continuamos, llegamos al mismo punto.
Como digo, simplemente continuando la amplia senda llegamos por fin a Las Tuerces. Aquí "culebrearemos" un poco por el laberinto kárstico que suponen estas formaciones calizas, siguiendo a veces las minisendas que se ven o más bien, intuyen. Finalmente, alcanzaremos el punto más famoso de este paraje: Peña Mesa. Realmente impone su figura de "champiñón", con la cruz enclavada en su cima. Si la rodeamos, observamos que por su parte norte, con una pequeña y fácil trepada, se puede alcanzar una cuerda que nos permitiría ascenderla. Estuve tentado de intentarlo (subí hasta la cuerda y tanteé un poco la situación), pero decidí no arriesgarme, ya que yendo solo me pareció temerario,. Aquí ya es cada uno a su elección (y su destreza y experiencia, por supuesto).
Tras las fotos de rigor, continuamos hasta la parte llamada "Cornisoto". Realmente merece la pena acercarse hasta ese punto, ya que supone un estupendo mirador del Monte Cildá y del Pisuerga. Además, hay una placa clavada en la formación esquinera en homenaje a un montañero.
Desandamos un poco el camino y continuamos nuevamente por una senda bien marcada, la cual ya no abandonaremos y que nos llevará, en continuo descenso, hasta Villaescusa. Aquí podremos ver la fuente de San Pedro y ya en el pueblo, la iglesia gótica de San Juan Bautista.
Proseguimos nuestro camino, y para ello, tenemos que abandonar el pueblo cruzando el puente sobre el Pisuerga. Pero cuidado aquí: ¡el puente está derruido!. Tan solo quedan las placas metálicas que hacen de ojos del puente. Pero observo que se puede ir trepando por dichas placas y que entre medias de ellas, en la parte derecha, hay terreno donde apoyarte. Por lo que, a pesar de tener cierta dificultad, veo que es "cruzable". Así que poco a poco voy pasando cada una de esas placas hasta por fin alcanzar la otra orilla. Aunque no es que sea complicado, sí que aconsejo que se abstengan todos aquellos que únicamente quieran tomarse la ruta como un paseo.
Ya en la otra parte, tomamos la pequeña senda (al principio casi ni se intuye) que sale justo en el margen derecho del río, y por la cual iremos transitando entre maleza y árboles. Se tratará de una zona un poco selvática, pero como digo, siempre con camino marcado. En un punto incluso, la roca invade el camino en la margen del río y se ha habilitado una barandilla y una pasarela para poder continuar sin problemas.
Al final de esta parte llegamos a un puente que cruza el arroyo Ritobas. Lo cruzamos y al poco, abandonamos la senda girando a nuestra derecha por otra senda algo menos marcada, pero por la cual ascenderemos, llevándonos poco a poco a otro de los objetivos del día: el Monte Cildá, en el cual encontramos vestigios de civilizaciones pasadas (romanos, visigodos...).
Tras un breve repostaje, nos iremos acercando al borde del monte para buscar un lugar por el que descender. Tras dar algunas vueltas, observo una pequeña fisura por la cual se puede descender con un poquito de cuidado. Poco a poco iremos descendiendo hasta que encontramos un pequeño sendero, el cual irá bordeando a una cierta altura la línea del ferrocarril. Cuando ya tenemos la antigua central eléctrica y el puente del ferrocarril, comenzaremos la parte final del descenso, abandonando la senda que llevábamos.
Ya en las vías, tendremos que cruzar el puente por donde pasa la vía. No hay mucho margen ni a izquierda ni a derecha, así que hay que pasarlo con la mayor celeridad posible por si justo en ese momento fuera a pasar el tren. Una vez cruzado, inmediatamente a la izquierda sale un pequeño sendero que puede no ser muy evidente (de hecho yo me lo pasé de largo, pero di media vuelta hasta encontrarlo). Este minisendero, tras unos 10 metros de subida, da lugar a una senda ancha la cual nos lleva hasta la central. Aquí veremos un cartel donde se nos indica que nos adentramos en el Cañón de la Horadada. Proseguimos la marcada senda y acabamos cruzando el túnel del mismo nombre. Lugar realmente chulo y que merece la pena ver.
Proseguimos la senda para acabar girando a la derecha, e iremos pasando por el camino ya entre campos de cultivo, para finalmente, volver a girar a nuestra derecha y coger el amplio camino que ya no abandonaremos hasta el final (quizá sean entre 7 u 8 kms). Decir que esta última parte me resultó algo monótona, aunque hay que reconocer que es un valle bonito con buenas vistas de la Montaña Palentina a nuestras espaldas. También encontraremos en él un bonito chozo rehabilitado.
El camino es muy sube-baja, aunque en general siempre va subiendo, hasta que llegamos en la parte ya casi final a un collado del cual descenderemos hasta llegar sin ningún problema de vuelta a Gama.
Comenzamos en Gama, al lado de las Casas Rurales de Gama y Las Tuerces. Retrocederemos un poquillo para no dejar de contemplar una de las joyas del románico palentino: la iglesia de San Andrés. Tras ello, tomamos la senda en ligera subida que sale a la derecha de las casas rurales, y la cual continuaremos hasta llegar a un collado desde el cual, girando a la derecha, llegaremos a las ruinas del Castillo de Gama. Aunque pillé niebla, lo cierto es que casi se agradecía, porque le daba un aspecto aún más "místico". También presentaba buenas vistas de Gama, especialmente de la mencionada iglesia.
Tras la visita al castillo, desandaremos brevemente el camino y continuaremos por el cordal, pasando de largo el cruce por el cual ascendimos. Al poco rato lo abandonamos y nos desviaremos a la derecha para alcanzar Peña Muela. Aunque aparece como cima en los mapas, e incluso posee un vértice geodésico, no deja de ser una extensión de la planicie en altura por la que nos movemos. Aunque aún había niebla, en este punto ya comenzaba a despejarse y ya nos permitía comenzar a disfrutar de las bonitas vistas de Las Loras.
Al fondo vemos un camino, el cual alcanzamos sin ningún problema, y ya solo será continuarlo hasta llegar a Las Tuerces. Ojo: yo aquí, por no fijarme en el mapa y dejarme guiar por una ruta que llevaba en el gps, abandoné en un punto (marcado con waypoint) el camino, para ir transitando por una especie de cordal, aunque en algún punto era un poco "pestoso". Y posteriormente volví a reincorporarme al mismo camino que había abandonado (también señalado como waypoint). Por lo tanto, queda claro que abandonar el camino es un error, ya que si lo continuamos, llegamos al mismo punto.
Como digo, simplemente continuando la amplia senda llegamos por fin a Las Tuerces. Aquí "culebrearemos" un poco por el laberinto kárstico que suponen estas formaciones calizas, siguiendo a veces las minisendas que se ven o más bien, intuyen. Finalmente, alcanzaremos el punto más famoso de este paraje: Peña Mesa. Realmente impone su figura de "champiñón", con la cruz enclavada en su cima. Si la rodeamos, observamos que por su parte norte, con una pequeña y fácil trepada, se puede alcanzar una cuerda que nos permitiría ascenderla. Estuve tentado de intentarlo (subí hasta la cuerda y tanteé un poco la situación), pero decidí no arriesgarme, ya que yendo solo me pareció temerario,. Aquí ya es cada uno a su elección (y su destreza y experiencia, por supuesto).
Tras las fotos de rigor, continuamos hasta la parte llamada "Cornisoto". Realmente merece la pena acercarse hasta ese punto, ya que supone un estupendo mirador del Monte Cildá y del Pisuerga. Además, hay una placa clavada en la formación esquinera en homenaje a un montañero.
Desandamos un poco el camino y continuamos nuevamente por una senda bien marcada, la cual ya no abandonaremos y que nos llevará, en continuo descenso, hasta Villaescusa. Aquí podremos ver la fuente de San Pedro y ya en el pueblo, la iglesia gótica de San Juan Bautista.
Proseguimos nuestro camino, y para ello, tenemos que abandonar el pueblo cruzando el puente sobre el Pisuerga. Pero cuidado aquí: ¡el puente está derruido!. Tan solo quedan las placas metálicas que hacen de ojos del puente. Pero observo que se puede ir trepando por dichas placas y que entre medias de ellas, en la parte derecha, hay terreno donde apoyarte. Por lo que, a pesar de tener cierta dificultad, veo que es "cruzable". Así que poco a poco voy pasando cada una de esas placas hasta por fin alcanzar la otra orilla. Aunque no es que sea complicado, sí que aconsejo que se abstengan todos aquellos que únicamente quieran tomarse la ruta como un paseo.
Ya en la otra parte, tomamos la pequeña senda (al principio casi ni se intuye) que sale justo en el margen derecho del río, y por la cual iremos transitando entre maleza y árboles. Se tratará de una zona un poco selvática, pero como digo, siempre con camino marcado. En un punto incluso, la roca invade el camino en la margen del río y se ha habilitado una barandilla y una pasarela para poder continuar sin problemas.
Al final de esta parte llegamos a un puente que cruza el arroyo Ritobas. Lo cruzamos y al poco, abandonamos la senda girando a nuestra derecha por otra senda algo menos marcada, pero por la cual ascenderemos, llevándonos poco a poco a otro de los objetivos del día: el Monte Cildá, en el cual encontramos vestigios de civilizaciones pasadas (romanos, visigodos...).
Tras un breve repostaje, nos iremos acercando al borde del monte para buscar un lugar por el que descender. Tras dar algunas vueltas, observo una pequeña fisura por la cual se puede descender con un poquito de cuidado. Poco a poco iremos descendiendo hasta que encontramos un pequeño sendero, el cual irá bordeando a una cierta altura la línea del ferrocarril. Cuando ya tenemos la antigua central eléctrica y el puente del ferrocarril, comenzaremos la parte final del descenso, abandonando la senda que llevábamos.
Ya en las vías, tendremos que cruzar el puente por donde pasa la vía. No hay mucho margen ni a izquierda ni a derecha, así que hay que pasarlo con la mayor celeridad posible por si justo en ese momento fuera a pasar el tren. Una vez cruzado, inmediatamente a la izquierda sale un pequeño sendero que puede no ser muy evidente (de hecho yo me lo pasé de largo, pero di media vuelta hasta encontrarlo). Este minisendero, tras unos 10 metros de subida, da lugar a una senda ancha la cual nos lleva hasta la central. Aquí veremos un cartel donde se nos indica que nos adentramos en el Cañón de la Horadada. Proseguimos la marcada senda y acabamos cruzando el túnel del mismo nombre. Lugar realmente chulo y que merece la pena ver.
Proseguimos la senda para acabar girando a la derecha, e iremos pasando por el camino ya entre campos de cultivo, para finalmente, volver a girar a nuestra derecha y coger el amplio camino que ya no abandonaremos hasta el final (quizá sean entre 7 u 8 kms). Decir que esta última parte me resultó algo monótona, aunque hay que reconocer que es un valle bonito con buenas vistas de la Montaña Palentina a nuestras espaldas. También encontraremos en él un bonito chozo rehabilitado.
El camino es muy sube-baja, aunque en general siempre va subiendo, hasta que llegamos en la parte ya casi final a un collado del cual descenderemos hasta llegar sin ningún problema de vuelta a Gama.
Waypoints
Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Ruta bonita y fácil de seguir con el trak, gracias
Muchas gracias por la valoración!