Georuta circular guiada karst calizo valles Basondo-Oma y ermita San Miguel Ereñozar (Reserva Biosfera Urdaibai)
near Basondo, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Dentro de las Actividades de Ekoetxea Urdaibai, gestionado por Ihobe, se ha programado esta ruta geológica guiada por la geóloga Inma.
La caminata discurre dentro del área natural de Urdaibai de gran riqueza ecológica, declarada como Reserva de la Biosfera de Urdaibai por la Unesco en 1984.
En una mañana de viento sur nos juntamos 25 personas, más o menos mitad vizcaínos y mitad giputxis (bastantes ya conocidos de georutas guiadas anteriores por Ulia, Jaizkibel y Kilimon) en el aparcamiento del restaurante Lezika del barrio Basondo de Kortezubi.
Al lado están la cuevas de Santimamiñe, con el monte piramidal de San Miguel Ereñozar encima.
Antes de iniciar la georuta circular por paisajes kársticos, la guía nos hace una breve descripción de la formación de un karst calizo y más concretamente del sistema kárstico de Urdaibai, parte del cual vamos a "patearlo” a través de los valles cerrados (endorreicos) de Basondo y Oma.
El paisaje que vemos es espectacular, con gran cantidad de dolinas (depresiones de terreno de forma circular o elíptica) y sumideros que recogen las aguas de esta vertiente, que circularán por cavidades interiores hasta formar ríos subterráneos y que después de varios centenares de metros, emergerán de nuevo en manantiales que abastecen a poblaciones del entorno.
En la caminata observamos también varios lapiaces (afloramientos calizos derivados de procesos kársticos) y bellos caserios.
Nos detenemos en la ermita de San Pedro que están restaurándola y en la que Inma nos cuenta una antigua leyenda, que más o menos viene a decir:
La entrada de la cueva de Bolunzulo (que luego iremos) a donde llega el agua de la Omaerreka, se obstruyó por acumulo de materiales y el valle de Oma empezó a inundarse, hasta que llegó el agua a la altura de las rodillas de la estatua de San Pedro.
Entonces el santo dio orden para que se desatascase la entrada a la cueva y AMÉN: la cueva se abrió y las aguas volvieron a circular de nuevo por el cauce de la regata.
Bonita leyenda, jeje.
Cruzamos luego por un sencillo puente de piedra la Omaerreka, cuya agua procede de dos manantiales aguas arriba del valle de Oma, para continuar por un sendero hasta una pequeña presa tras la cual se ven las ruinas de dos molinos y algunas piedras de moler, y al fondo la cueva (sumidero) de Bolunzulo.
Según comenta Inma, desde este punto en el que desaparece la regata de Oma hasta su surgencia en el manantial de Olalde, hay una distancia de algo menos de 3 km y un desnivel de unos 40 metros.
Este manantial bastante caudaloso abastece a las poblaciones de Kortezubi y Arteaga.
Retrocedemos de nuevo a la ctra para ahora ,en lugar de ir hacia el bosque pintado del artista Agustin Ibarrola, tomar justo enfrente y rodeando su casa, una estrecha y empinada senda que asciende por encima de Bolunzulo hacia el alto de Madariaga.
La subida continúa por pista forestal, a veces con bastante pendiente y algún que otro bosquete de eucaliptos y arriba a lo lejos algunas manchas de encinar cantábrico asociado siempre a rocas calizas.
En algún momento del ascenso se divisa la población de Ereño.
Finalmente, después de un tramo empedrado con barandilla, llegamos a la cima medieval de San Miguel Ereñozar (447 m) con su ermita que fue parroquia de Ereño.
Desde aquí arriba las vistas de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai con la ría de Gernika y su desembocadura con las playas de Laida y Laga son impresionantes.
Se divisa también Muxica, Gernika, Lumo, Forua, Murueta, Arteaga con su castillo, monte Sollube, Busturia, Mundaka, cabo Matxitxako, monte Ogoño y al fondo el mar Cantábrico.
Después de hidratarnos e ingerir nuestras vituallas disfrutando de esa única panorámica, iniciamos el descenso de más de 400 metros por senda con mucha hojarasca y a veces con algo de barro, que obliga a hacerlo con la máxima cautela.
Pero antes nos desviamos a Ereño en donde Inma nos enseña, a la entrada de la iglesia de San Miguel, la pila bautismal de caliza roja con cantidad de incrustaciones fosilizadas de conchas blancas, así como en una pared de la entrada del rte, justo enfrente en la misma plaza.
Nos acercamos hasta la cantera abandonada de caliza roja, próxima al casco urbano.
En la plaza de la cantera de bastante tamaño “la experta guía” nos explica las características de estas calizas rojas (deben su color a los óxidos de hierro), consideradas tradicionalmente como mármoles y que se utilizaron como rocas ornamentales desde la época romana hasta los 80 del siglo pasado.
Son paredes verticales de varias decenas de metros, con abundantes fósiles de conchas de color blanco y numerosas encinas en su parte superior.
A la salida de la cantera, desde la carretera se ve enfrente otra cantera enorme en explotación, con gran impacto ambiental, que está acabando con el encinar cantábrico que la cubría.
Después de estas inesperadas y gratas sorpresas (no la última), continuamos el descenso hacia el punto de partida.
A falta de 2 km del final, al ir a sacar una foto, pierdo la señal del GPS y se acaba el registro del track.
Así que a los 12,9 km y 534 m de ascenso acumulado transcurridos hasta aquí, habría que añadir otros 2 km con 100 m de ascenso, que harían un total de 14,9 km y ascenso acumulado de más de 600 m, por lo que he considerado de dificultad moderada la caminata de hoy.
Resumiendo esta etapa de puro disfrute de los sentidos, diría que la parte puramente geológica (paisaje kárstico y de cantería) se ha complementado con las maravillosas vistas de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai desde la atalaya incomparable de San Miguel de Ereñozar.
Agradecer a Inma que la ruta se haya realizado en este sentido, evitando así "en frío" el ascenso directo a la ermita de San Miguel.
La caminata discurre dentro del área natural de Urdaibai de gran riqueza ecológica, declarada como Reserva de la Biosfera de Urdaibai por la Unesco en 1984.
En una mañana de viento sur nos juntamos 25 personas, más o menos mitad vizcaínos y mitad giputxis (bastantes ya conocidos de georutas guiadas anteriores por Ulia, Jaizkibel y Kilimon) en el aparcamiento del restaurante Lezika del barrio Basondo de Kortezubi.
Al lado están la cuevas de Santimamiñe, con el monte piramidal de San Miguel Ereñozar encima.
Antes de iniciar la georuta circular por paisajes kársticos, la guía nos hace una breve descripción de la formación de un karst calizo y más concretamente del sistema kárstico de Urdaibai, parte del cual vamos a "patearlo” a través de los valles cerrados (endorreicos) de Basondo y Oma.
El paisaje que vemos es espectacular, con gran cantidad de dolinas (depresiones de terreno de forma circular o elíptica) y sumideros que recogen las aguas de esta vertiente, que circularán por cavidades interiores hasta formar ríos subterráneos y que después de varios centenares de metros, emergerán de nuevo en manantiales que abastecen a poblaciones del entorno.
En la caminata observamos también varios lapiaces (afloramientos calizos derivados de procesos kársticos) y bellos caserios.
Nos detenemos en la ermita de San Pedro que están restaurándola y en la que Inma nos cuenta una antigua leyenda, que más o menos viene a decir:
La entrada de la cueva de Bolunzulo (que luego iremos) a donde llega el agua de la Omaerreka, se obstruyó por acumulo de materiales y el valle de Oma empezó a inundarse, hasta que llegó el agua a la altura de las rodillas de la estatua de San Pedro.
Entonces el santo dio orden para que se desatascase la entrada a la cueva y AMÉN: la cueva se abrió y las aguas volvieron a circular de nuevo por el cauce de la regata.
Bonita leyenda, jeje.
Cruzamos luego por un sencillo puente de piedra la Omaerreka, cuya agua procede de dos manantiales aguas arriba del valle de Oma, para continuar por un sendero hasta una pequeña presa tras la cual se ven las ruinas de dos molinos y algunas piedras de moler, y al fondo la cueva (sumidero) de Bolunzulo.
Según comenta Inma, desde este punto en el que desaparece la regata de Oma hasta su surgencia en el manantial de Olalde, hay una distancia de algo menos de 3 km y un desnivel de unos 40 metros.
Este manantial bastante caudaloso abastece a las poblaciones de Kortezubi y Arteaga.
Retrocedemos de nuevo a la ctra para ahora ,en lugar de ir hacia el bosque pintado del artista Agustin Ibarrola, tomar justo enfrente y rodeando su casa, una estrecha y empinada senda que asciende por encima de Bolunzulo hacia el alto de Madariaga.
La subida continúa por pista forestal, a veces con bastante pendiente y algún que otro bosquete de eucaliptos y arriba a lo lejos algunas manchas de encinar cantábrico asociado siempre a rocas calizas.
En algún momento del ascenso se divisa la población de Ereño.
Finalmente, después de un tramo empedrado con barandilla, llegamos a la cima medieval de San Miguel Ereñozar (447 m) con su ermita que fue parroquia de Ereño.
Desde aquí arriba las vistas de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai con la ría de Gernika y su desembocadura con las playas de Laida y Laga son impresionantes.
Se divisa también Muxica, Gernika, Lumo, Forua, Murueta, Arteaga con su castillo, monte Sollube, Busturia, Mundaka, cabo Matxitxako, monte Ogoño y al fondo el mar Cantábrico.
Después de hidratarnos e ingerir nuestras vituallas disfrutando de esa única panorámica, iniciamos el descenso de más de 400 metros por senda con mucha hojarasca y a veces con algo de barro, que obliga a hacerlo con la máxima cautela.
Pero antes nos desviamos a Ereño en donde Inma nos enseña, a la entrada de la iglesia de San Miguel, la pila bautismal de caliza roja con cantidad de incrustaciones fosilizadas de conchas blancas, así como en una pared de la entrada del rte, justo enfrente en la misma plaza.
Nos acercamos hasta la cantera abandonada de caliza roja, próxima al casco urbano.
En la plaza de la cantera de bastante tamaño “la experta guía” nos explica las características de estas calizas rojas (deben su color a los óxidos de hierro), consideradas tradicionalmente como mármoles y que se utilizaron como rocas ornamentales desde la época romana hasta los 80 del siglo pasado.
Son paredes verticales de varias decenas de metros, con abundantes fósiles de conchas de color blanco y numerosas encinas en su parte superior.
A la salida de la cantera, desde la carretera se ve enfrente otra cantera enorme en explotación, con gran impacto ambiental, que está acabando con el encinar cantábrico que la cubría.
Después de estas inesperadas y gratas sorpresas (no la última), continuamos el descenso hacia el punto de partida.
A falta de 2 km del final, al ir a sacar una foto, pierdo la señal del GPS y se acaba el registro del track.
Así que a los 12,9 km y 534 m de ascenso acumulado transcurridos hasta aquí, habría que añadir otros 2 km con 100 m de ascenso, que harían un total de 14,9 km y ascenso acumulado de más de 600 m, por lo que he considerado de dificultad moderada la caminata de hoy.
Resumiendo esta etapa de puro disfrute de los sentidos, diría que la parte puramente geológica (paisaje kárstico y de cantería) se ha complementado con las maravillosas vistas de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai desde la atalaya incomparable de San Miguel de Ereñozar.
Agradecer a Inma que la ruta se haya realizado en este sentido, evitando así "en frío" el ascenso directo a la ermita de San Miguel.
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Comments (1)
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Paraje muy bonito,merece la pena hacer la ruta y para todo tipo de público.