Gerena: remontando el Guadiamar desde puente Crta. A-477 hasta antigua presa. Azúa y Molino Perdío

Bonita y sencilla ruta paralela al Guadiamar, que parte del PK 10 de la Ctra. A-477 Aznalcóllar-Gerena. Se aparca en un apartadero junto al puente sobre el río o bien se baja por un camino donde hay bastante espacio (incluso, se puede seguir ese carril y llegar a sitios donde hacer la jira dominical a la altura de una antigua aceña). La ruta aguas abajo no es posible (o al menos cuando hay cierto caudal); así que se trata de ir por la margen derecha del cauce, aguas arriba, aunque en un determinado momento hay que cambiar de ribera (la margen derecha por donde venimos se complica con un talud y espesa vegetación; nos dimos la vuelta). El recorrido alterna el tipo suelo: camino de zahorra, roca madre granítica del cauce y riberas, senda de carne..., con poco dificultad y sin desniveles. Lo primero que se verá es el resto de una antigua azud, 'La Azúa’, de la que queda parte de la presa que desviaba el agua y donde en una poza, hoy ya se bañaban unos chavales. Más arriba, nos aparece "El Molino Perdío" que permanece bastante incólume, aunque de secano, ya fuera del actual cauce y cerrado con puerta de hierro, pero que merece la pena rodear su contorno y observarlo. Dejamos a la izq. el camino terrizo por donde circulan coches y es el momento de cruzar la rivera a la margen derecha (si hay mucho caudal, no será posible); enfrente, encontramos un muro de piedra que o bien subes y continúas por encima de él o bien vas por su lateral, si el caudal lo permite. Poco más adelante aparecerán los restos del dique de una antigua presa. Llegados ahí, se puede subir por una estrecha y angosta escalera de piedra hasta la parte superior de la presa o a la derecha, pegando a la roca, donde acaba el dique, hay una especie de escalones (opción menos peligrosa). Arriba, quedan restos de la caseta que albergaba la maquinaria hidráulica (y, dentro, un pozo que hay que ver para no caer). Un lugareño que andaba por allí indicaba que por la ribera que íbamos no era posible seguir río arriba, pasados unos 300 metros; por lo que hacía falta cambiar de nuevo de margen para progresar como un kilómetro y pico hasta un antiguo puente. Como era preciso bajar el dique hasta el lecho (no muy alto pero sin escalera, sólo peldaños de hierros anclados al muro) para continuar el paseo, la prudencia aconsejó dar por concluso el avance y volver al inicio, disfrutando del agua corriente, ranas saltarinas, pájaros... hasta llegar a la zona del Molino Perdío, donde ya los que iban de picnic invadían todo aquello. Como complemento, se optó coger el coche y segur la carretera hacia Aznalcóllar como un par de kilómetros, donde inicia el Corredor Verde, ver aquello y deleitarde con los restos de pilastras del acueducto romano de Los Arquillos que suministraba a Itálica.