Górliz - Armintza

El paseo comienza en el extremo este de la playa de Górliz. Dejamos el coche a escasos metros en un amplio aparcamiento.

Desde el principio, el ascenso se hace por un camino bien marcado, con numerosos tramos de escaleras de piedra.

Esta primera parte del trayecto es un poco exigente a nivel físico, pero asequible para una ruta familiar (en nuestro caso, nos acompaña una niña de 12 años que es la que 'marca el ritmo'). El mayor handicap puede ser el barro, que resulta muy resbaladizo.

El Faro de Górliz es una buena referencia visual.
Llegados aquí, aprovechamos para comer en los bancos que hay en la base del faro, y visitar el búnker abandonado que hay justo debajo -con cañón incluido-.
Después hicimos una mini-excursión por los túneles subterráneos que a la pequeña le encantó.

Si el día es soleado y la temperatura buena, los restos del búnker pueden ser un lugar inmejorable para comer, reposar, etc...
Seguimos ascendiendo un poco más, llegando a una zona de prados y después a una zona boscosa (aquí encontraremos tanto indicaciones en paneles de madera, como señalización normalizada de 'nordic walking').

Poco después de un refugio abandonado, llegamos al punto más alto de la ruta. Desde allí, comenzamos el descenso hacia Armintza, en buena parte por una pista forestal bastante empinada y rota (se estaban haciendo labores de vallado junto al sendero, y había huellas de maquinaria pesada).

Finalizamos la ruta en Armintza con una cerveza mientras esperamos el autobús que nos devuelva a Górliz.

La línea de Bizcaibus es la A-3451, que en Górliz tiene una de las paradas justo en el otro extremo de la playa. Recorremos el paseo marítimo, y en pocos minutos estamos de nuevo en el coche.