GR.203 Por donde camina el Oso. Etapa 10: Genestoso - L´Acebu

ETAPA 10.: GENESTOSO - L´ACEBU
DuraciÓn: 6 h. 00 m.
Longitud: 19.500 mts.
Dificultad: Media
Desnivel: 735 mts.

A la entrada de Genestoso, tenemos el Panel de Inicio, un trazado duro de salida, pero que luego nos llevará por paisajes abiertos a los cuatro costados, con vistas a derecha e izquierda, en las cuales se sobreponen unas cordales a otras formando ese paisaje tan especial de Asturias, de sierras y valles formando un quebrado horizonte muchas veces lamido por las clásicas encainadas.

La etapa arranca cruzando medio pueblo hacia la Gobia de Cibea. Subida dura y mantenida, que es imposible subir en Btt pero aún así con todo, merece la pena echarse la bici al hombro un tiempo para después bajar sin detenimiento hasta el Acebo.

Se continúa en la subida que poco a poco va ganando vistas sobre el valle y sobre los escenarios de la ruta anterior, para entroncar con la senda La Gobia Cibea. Una vez alcanzada el camino se desvía por el ramal izquierdo que sin apenas desnivel marcha hacia el Chano los Bueyes. Desde este punto un camino abierto entre brezos y piornales desemboca en la cumbre del pico Rabo del Asno de 1.889 mts. de altura.

En Reconco, debajo de la Peña la Burra, se sigue el camino que va cordales adelante pegados en un primer momento a un cierre de alambre que se deja para entrar por una zona desbrozada dirección al Texedal. El camino siguie la zona de desbroce bajando hacia un camino que viene de Parada la Nueva y la Nisal, se dobla hacia la izquierda para tomar el camino principal que sube por el Collado Gargantera y prosigue rumbo Oeste.

Mas adelante en una trifurcación se continúa de frente, pudiendo ver los pueblos de Villalez a la izquierda y a la derecha Linares, Castil, y la Nisal. En días despejados hacia la zona costera se divisan las lejanas sierras tinetenses y los innumerables valles que hay de por medio.

En Corbocenas otra trifurcación, seguimos de frente, por el camino que de nuevo toma como compañero un cierre de alambre que nos separa de las grandes praderías por las cuales surca el camino, que ya sin pérdida nos mete en el eremitorio del Acebo.