GR.203 Por donde camina el Oso. Etapa 5: San Antolín - Alguerdo

ETAPA 5: SAN ANTOLÍN - ALGUERDO
Duración: 3 h. 50 m.
Longitud: 13.400 mts.
Dificultad: Baja
Desnivel: 346 mts.

Visitado San Antolín, que contiene rincones llenos de historia, la etapa arranca una vez pasado el río Ibias. Varios paneles nos indican que el GR comparte trazado con la Ruta del Oro y la Ruta da Faena, girando a la derecha y acompañando al río Ibias en su ascenso hacia Cecos. Pronto el camino cementado deja paso a un camino real con firme de tierra que se va abriendo paso por la orilla derecha del río, sumergido en el bosque fresco de ribera que se embelesa con las aguas del río Ibias.

A pocos metros la ruta pasa por la corta minera de origen romana El Trigal, lo que nos da una idea de los trabajos que en el pasado se daban en la zona tanto de laboreo minero como agrícola.

El camino nos conduce a un solitario caserío denominado Pena l´Corvo, construido en 1814, cuyas instalaciones hablan del grado de autonomía que tenían sus habitantes, al anexionar a la casa el hórreo, el molino y hasta una pequeña capilla. Desde el caserío el camino se hace más ancho y de forma tranquila y cómoda, arrullado por las cantarinas aguas del río se llega a Cecos por el denominado Barrio de la Plaza, con su iglesia parroquial y algún que otro rincón de belleza rural.

De Cecos se sale a la carretera AS-212, para continuar por ella hasta la bifurcación en que divergen los dos ramales AS-212 hacia Degaña, y la carretera AS-211 que va al Puerto del Connio. Esta última es la que se toma para dejarla un poco más adelante en un cerrada curva para ganar altitud sobre el valle que va en dirección al pueblo de Bustelo.

A partir de este pueblo, que se sitúa a unos 590 mts. de altitud, el GR vuelve a las trazas que le son naturales, firmes de tierra envueltos en la biodiversa floresta que rodea estas aldeas. Una bifurcación a pocos metros nos incita a ir a la derecha dirección que siempre debemos contemplar en cuanto desvío se nos presente, hasta concluir en una riega que pasamos por medio de una pasarela, entrando en un prado por debajo de una cuadra.

A la salida del Prado un camino tallado en el roquedo poco a poco va ganando altitud hasta sacarnos de lo más cerrado del bosque y concluir al pie de una nueva pista; ya en ella se sigue por la derecha para llegar al Alguerdo hoy apeas habitado.