GR-221. Etapa 2: Estellencs - Valldemossa

Una preciosa etapa llena de contrastes, sobre todo en este tiempo (otoño). Bosques de encinas junto a madroños con sus frutos rojos en todo lo suyo, pinos y diversa variedad de arbustos y setas por todas partes.
El trazado está bastante bien señalizado, en general. El tramo de subida al Coll de Sant Jordi no tiene señalización de GR, pero es fácil seguir los hitos por una senda bien definida, casi siempre. Hay que estar atento a las señales y al track. El resto de trayecto bien señalizado con marcas del GR. Las indicaciones se hacen por tiempo y no por km y las referencias temporales son bastante conservadoras, yo he tardado siempre bastante menos de lo que indicaban las señales.
Salimos de Estellens y tomamos el precioso camino del Rafal. Siempre en suave ascenso por un trazado bien definido. El camino va siempre encima del mar y las vistas a la costa son impresionantes.
Desde Es Rafal (300 m.) bajamos hasta Banyalbufar.
Tomamos el Camí des correu para subir entre las famosas terrazas de Bayalbufar hasta Sa Barca (pasamos a 425 m de altitud). Desde aquí otro descenso cómodo hasta Esporles. Este tramo es impresionante con el bosque otoñal en todo sus esplendor. Un recorrido bellísimo.
Cruzamos Esporles (todos los servicios) e iniciamos la parte más dura de la etapa: la subida al Coll de Sant Jordi.
Comienza la ascensión por una pista asfaltada que cruza una finca privada. Dejamos esta pista girando a la derecha para comenzar un duro tramo de subida hasta la Mola de Son Pacs. Está bien señalizada por hitos aunque hay que estar atento.
Una vez coronada la Mola bajamos a un barranco unos 120 metros. Es una zona con tramos algo más complicados en los que es más difícil seguir las señales.
Volvemos a hacer una fuerte subida hasta coronar a casi 700 metros de altura.
Desde aquí ya todo en un fuerte descenso hasta Valdemossa. El camino de bajada es muy bonito con un zig-zag que lo hace bastánte cómodo y sencillo de seguir.
Sin duda una etapa preciosa en la que el mar y la montaña están muy cerca siempre y las vistas son espectaculares, además de un bosque otoñal muy bello.