GR 280 (Etapa 4) Armintza-Sopela

Cuarta etapa del GR 280 entre Armintza y Sopela con la que terminamos el anillo principal del sendero.
Nos quedan todavía otras 4 etapas de las diferentes variantes existentes. Aunque alguna de ellas serán minietapas de menos de 10 km.

Nosotros hemos completado el anillo principal empezando y terminando en Sopela con las siguientes etapas:

1.Sopela-Artebakarra
2.Artebakarra-Larrauri
3.Larrauri-Armintza
4.Armintza-Sopela

Es evidente que se puede hacer con otros puntos de inicio y final de recorrido pero nosotros hemos procurado que sean lugares bien comunicados los 4 con el transporte público.

La etapa de hoy es muy fácil de realizar y no presenta dificultades reseñables más allá del abundante barro existente en algunos de los tramos más bellos del recorrido.
Es el caso del tramo en el que caminamos junto a la orilla del río Butrón por el meandro de Isuskitza y del tramo por el que subimos de Plentzia al barrio de Goiherri (Barrika) a través de un muy atractivo sendero que discurre junto al arroyo Urgozo.

En cualquier caso, tampoco es un barro que , al menos en el día de hoy, dificulte en exceso la marcha al contrario de lo que nos ocurrió en la etapa anterior entre Larrauri y Armintza.

Desde el punto de vista medioambiental señalar como notas negativas el severo impacto paisajistico de la urbanización El Abanico, ubicada junto al meandro de Isuskitza, anteriormente mencionado.
Tampoco se libra este precioso tramo del río Butrón de la omnipresente hierba de la Pampa, planta invasora que ha colonizado grandes extensiones de Bizkaia y regiones limítrofes.
Por lo que hemos leído, esta planta endémica de Sudamérica llegó a Europa en el siglo XVIII como ornamental y se registró como asilvestrada por primera vez en la bahía de Santander en 1953.
A día de hoy su presencia en la costa cántabra es masiva como fácilmente se puede comprobar realizando un viaje por la autovía Bilbao-Santander.

Volviendo al itinerario de hoy, comentar que nos ha sorprendido gratamente el arroyo Armintza junto al que discurrimos al inicio, entre Armintza y Urizar, un tramo, por cierto, muy concurrido de familias con niños. Son 3 kilómetros muy sencillos y agradables de recorrer.
Decíamos que nos ha sorprendido el arroyo puesto que apenas lo recordábamos de la última vez que por aquí estuvimos y para ser un arroyo de corto recorrido tiene un tamaño relativamente grande y posee agradables rincones y pequeños saltos de agua. Es, además, uno de esos poco conocidos arroyos de cuenca propia ya que sus aguas no desembocan en ríos de mayor envergadura y van directamente al mar.

Y hablando de pequeños rios no queremos acabar la reseña sin volver a mencionar la belleza del humilde arroyo Urgozo. Es un ejemplo de cómo en cualquier lugar, en cualquier escondida vaguada, como es el caso, la naturaleza alberga desconocidos tesoros dignos de concocer sin tener que desplazarnos a lugares más alejados de los núcleos urbanos.

Salud y montaña.