GR 280 Uribe (Etapa 2) Artebakarra-Larrauri

Segunda etapa del GR 280 entre el puerto de Artebakarra y el barrio mungiatarra de Larrauri.

Antes de comentar la ruta en sí, un par de apreciaciones.

Por un fallo en el móvil no hay ningún waypoint en todo el track. Los hicimos pero extrañamente desaparecieron.

Por otra parte, indicar que aproximadamente en el kilómetro 10,2 del itinerario nos vimos obligados a salirnos del trazado marcado debido a que la senda existente junto a un arroyo se cerraba de manera notable. Con el escaso tránsito existente, las omnipresentes zarzas están volviendo a colonizar su terreno. Es una pena pero no es un gran contratiempo puesto que existe una senda que cruza el mencionado arroyo y nos lleva a una pequeña carretera que seguimos durante un corto tramo hasta llegar al barrio de Andekoa, lugar donde recuperamos las marcas y el trazado oficial del GR.

Esta etapa nos ha dejado un buen sabor de boca por lo variado de su recorrido. Incluye un poco de todo. Las habituales plantaciones de eucaliptos y pinos que contrastan con los restos de vegetación autóctona (robles,castaños...) que abundan en los márgenes de los caminos y en algún tramo en particular.
Asimismo también nos encontraremos con pequeñas extensiones de prados situadas junto a los numerosos caseríos y barrios que se atraviesan en la ruta.
Estos últimos, los barrios y caseríos, son, tal vez, el principal atractivo de esta etapa. No veremos muchos senderistas en estas pequeñas poblaciones así que el trazado de este GR es una buena manera de recorrerlos y tener la oportunidad de conocerlos. Hablamos de localidades como Fika,Fruiz,Arrieta o Meñaka. Todas ellas municipios independientes y que poseen interés propio pero que habitualmente quedan un tanto anuladas ante la cercanía de la capital de la comarca, Mungia.
Sirva pues esta etapa del GR como inmejorable excusa para acercarnos a ellas.

Antes de iniciar nuestro descenso a Meñaka y cuando estemos faldeando el monte Sollube (cuya cima nos quedará a tan solo 3 km aproximadamente) pasaremos por una profunda y bonita vaguada repleta de robles americanos (Quercus rubra) en la que podremos ver humildes arroyos que en esta época bajan con fuerza y cuentan con pequeñas pero bellas cascadas.

La dificultad de la ruta es escasa. Apta para cualquier senderista habituado a recorrer distancias relativamente largas, unos 24 km en este caso.
Tan solo reseñar como dificultad el problemático barro acumulado en algunos tramos al igual que nos ocurrió en la etapa anterior del GR, Sopela-Artebakarra. En especial, sin duda, una zona tremendamente pisoteada por el ganado entre Meñaka y Larrauri. A duras penas hemos podido pasar gracias a estratégicas piedras colocadas en medio del fango.

A lo largo de la etapa hemos pasado por 2 caseríos que tenían varios perros sueltos. No ha habido mayor problema aunque en el último caserío tras abandonar Fika uno de los perros se ha puesto un tanto nervioso.

Salud y montaña.