GR 7 Bubión- Capilerilla- Pitres- Atalbéitar- Pótugos- Busquístar

Comenzamos la ruta de hoy en Bubión, el pueblo más pequeño de los tres que conforman el valle del Poqueira. En el parquin de esta población aparcaremos nuestro vehículo y a pocos metros comienza la señalización del sendero GR 7, en dirección a Capilerilla, que seguiremos hasta el final de nuestro itinerario.

La ruta comienza con un largo y pronunciado ascenso pasando por la Ermita de San Antón restaurada en 2006,Los bubioneros la recuerdan con mucho agrado ya que en torno a la década de 1940 los niños hacían la primera comunión y después lo celebraban con chocolate y buñuelos. También pasaremos por un bosque mediterráneo, primero por unos enormes castaños y después por un gran encinar y chaparros, hasta llegar muy cerca del Peñón del Ángel; donde se encuentra el vértice geodésico desde donde podremos tener una panorámica impresionante, al sur la sierra de Lújar y el mar Mediterráneo; al norte, el bello paisaje del Barranco del Poqueira con sus tres pueblos y el majestuoso Pico Veleta al fondo coronando Sierra Nevada. En este punto se encuentra un embalse de agua que abastece a Pampaneira.

Al pasar la arista que sube al Peñón del Ángel observaremos un contraste radical en la vegetación pasando ahora a componerse por una gran variedad de pinos y coníferas producto de la reforestación. Estamos entrando en la comarca de la Tahá y en concreto en el Barranco de la Sangre con su Leyenda. Sin duda es una de las más atractivas de toda la Alpujarra. En ella confluyen diversos elementos que han hecho que la leyenda perdura hasta hoy. La historia tiene múltiples variantes pero en síntesis el argumento es el siguiente: en otra época, se desarrolló en el Barranco de la Sangre una cruenta batalla entre moros y cristianos. La lucha fue tan encarnizada, que por el barranco bajaba ríos de sangre. Pero mientras que la sangre de los cristianos corría hacia arriba la de los moros lo hacía en sentido inverso, hacía abajo, de tal manera, que la sangre de unos y otros nunca se mezclaba. Desde entonces dicho barranco, que por eso se llama de la Sangre, nunca lleva agua, ni aún en los temporales más recios.

Después cruzando la acequia Real llegaremos a Capilerilla, un pequeño pueblo, el más alto de la Tahá a 1.350 metros, donde se hallaron restos de un templo visigodo del siglo VII. En su entrada se encuentra el lavadero de la Fuente Escardá y a sus espaldas podremos saborear el agua no clorada en su fuente; un lugar con un encanto especial con un enorme castaño y un álamo inmenso.

Seguimos camino y a medio kilómetro llegaremos a Pitres y lo primero que encontramos es otro lavadero; este llamado del Barrio Alto utilizado en esta ocasión como cochera de moto. Pitres, capital del territorio conocido como la Tahá de Ferreirola. Su nombre proviene del latín "petra", que significa piedra o roca. Podremos visitar la iglesia de San Roque del siglo XVI y la fuente de la Plaza. Tras una cervecitas en un bar del pueblo continuamos pueblo abajo para llegar a otro lavadero y fuente llamados del Caserón; algo más allá pasaremos por el Albergue.

Continuando el sendero llegaremos a Rio Bermejo que nace en la confluencia de los barrancos de la Chorrera y del Jabalí, a unos 1750 m. de altitud. Este río hace un vertiginoso recorrido, salvando un desnivel de 900 m. en apenas 3,5 Km., antes de verter sus aguas al río Trevélez, del que es afluente. Es característico su color anaranjado debido a las aguas ferruginosas.

Descendiendo por el sendero llegaremos a Atalbéitar, un pueblo tan pequeño como desconocido y que merece ser conocido por sus múltiples encantos. El pueblo es muy pequeño, y no llega al centenar de casas. Pero en eso reside su encanto, es como una miniatura donde no falta detalle. A pesar de ser tan pequeño tiene todos los elementos que definen un pueblo alpujarreño. A nivel constructivo demás es uno de los más puros y conserva la mayoría de los rasgos que definen esta arquitectura. Por ejemplo conserva todavía varios hornos en algunas de sus casas, y muchos tinaos, algunos de ellos que cubren calles enteras formando lo que se llaman adarves.

Ahora toca subir y tras un nuevo y durillo ascenso por el Barranco del Castañar ; evidentemente rodeados de Castaños llegaremos a Pórtugos El origen de Pórtugos como núcleo urbano se remonta a la época del Imperio Romano, dado que su nombre tiene una clara raíz latina al proceder del vocablo "Portus", que indica «lugar de paso». Es, además, el arranque de la Ruta Medieval de la Alpujarra.

Tenemos que dar un tirón de orejas al alcalde presidente de Pórtugos
Agustín Salaberri Robles por el acceso peatonal al Barrio de Churriana inaugurado en 2015. En la entrada del pueblo hay una muy vistosa construcción con una simulación de casa alpujarreña con una placa en la que se lee acceso peatonal al Barrio de Churriana y el nombre del Alcalde; pues tras subir barios tramos de escaleras empinadas muy bien construidas; estas terminan en un terraplén de unos cinco metros de subida muy peligrosa; no quisimos dar la vuelta para dar un rodeo y casi tenemos un percance; muchísimas gracias ¡¡¡

El objetivo de subir por este acceso fue llegar a visitar sus plazas, de las que destaca la de "La Churriana", con un a cascada y un lavadero dentro de una cueva. Esta vez utilizado como aparcamiento de coches. También podremos visitar Iglesia de la Encarnación. La actual parroquia de la Encarnación se construyó hacia los años 50, sobre los cimientos de otra iglesia más antigua que databa del siglo XVI.


Al salir de Pórtugos por la carretera enseguida llegamos a la fuente ferruginosa más famosa de La Alpujarra, Fuente Agria de Pórtugos. Hay que bajar unos metros por unas escaleras para ver la cascada. Volviendo a la carretera y siguiendo unos 600 metros por ella tomaremos un sendero a la izquierda. volviendo nuevamente a la carretera que nos conducirá a Busquístar destino final de nuestra ruta; desde aquí tomaremos el autobús para regresar a Bubión, punto de inicio.

En Busquístar podemos visitar la "Iglesia Parroquial de San Felipe y Santiago", y el "Cerro de la Mezquita", las ruinas de una antigua población, cuyo origen se remonta a la época visigoda, y desde cuya cumbre contemplaremos una espectacular vista de los pueblos circundantes.