GR-99 y GR-85. Las dos caras del Desfiladero de los Tornos. Desde Manzanedillo, por Cidad, Tudanca, Vallejo y su mirador.

Ruta circular de gran interés paisajístico con salida desde Manzanedillo.
Se recorre el GR-99 y el GR-85, río arriba, por la margen derecha.

Se llega a Cidad de Ebro y, después de atravesar el desfiladero de los Tornos, previa parada en el manantial de Fuente Honda se llega a Tudanca.

La bajada del desfiladero se debe realizar con atención para evitar resbalones.
Se continúa después del descenso por un sendero maravilloso de ribera y campas de hierba. Por aquí pasta el ganado de José Alberto, de Tudanca.
Vamos aproximándonos a este bello poblado con Peña Redonda como testigo de nuestro paseo desde la otra orilla.

Así, después de cruzar una portilla que siempre debe dejarse cerrada, se cruza el puente para cambiar de margen y dirigirnos así por la izquierda del río Ebro hacia Vallejo de Manzanedo.

La ribera sigue deleitándonos, con el castro de San Julián ya al otro lado y que se contempla su mole calcárea mejor siempre a la contra.

Nos acercamos al desfiladero y las piedras en la senda aparecen con algún canchal diseminado en ella.
Se gana altura rápidamente y sin apenas darse cuenta.
El Ebro se abre paso en este angosto y serpenteante cañón.

Un portillo excavado en la roca permite adentrarse de lleno en uno de los rincones más espectaculares y mágicos de la comarca.
Además del lugar en sí tenemos la fortuna de encontrar un arco calcáreo excavado en la misma senda.
Restos de carboneras se detectan en el mismo sendero con la prueba de la negrura en el piso.
Así se continúa mientras se contempla cómo el río asalta con su eterna corriente la roca.
Este tramo tiene forma de anfiteatro.
La salida de él se corona con un mirador natural maravilloso y un paso aéreo que anima a no mirar hacia el cauce.
Es el único tramo complicado, pero perfectamente salvable si se hace con cuidado.

Seguimos el camino hacia Vallejo.
Se llega sin problemas a este bonito y sencillo lugar.
Se bebe agua en su caño acompañado de una jarrilla y por la carretera bajamos hasta el mirador de Vallejo que se asoma hacia el Ebro ya fuera del desfiladero y entrando en el valle de Manzanedo.

Continuamos por la carretera hasta Cidad de Ebro, por donde volvemos a vadear su río, para continuar por la margen derecha y retornar a Manzanedillo, nuestro punto de partida.

Ruta imprescindible de la Comarca.
Se puede acortar 5 kilómetros si se sale desde Cidad.