GR10.COGOLLUDO-TAMAJON

GR-10 SENDEROS DE LA MIEL. DESDE CIFUENTES A PATONES POR EL GR10
Ruta basada en https://caminosdeguadalajara.es/gr-10-senderos-de-la-miel/

Esperaba una etapa corta, sin mas transcendencia. Así que me levante tarde, para tomar el desayuno que me correspondía por el alojamiento en Cogolludo. El desayuno fue increíble, con dos tipos de bizcochos caseros, zumo de naranja, café, y doble Tostada de pan. Con estos desayunos luego no tengo ni que parar a reponer fuerzas.

La dueña del hotel El Palacio, tan atenta, se ha interesado por mi ruta, y finalmente sin querer, me ha preguntado lo de siempre: "que si no me daba miedo ir sola?".
Esta ruta GR10 no parece complicada, al menos en esta parte, ni es montaña, son caminos de toda la vida entre pueblos, aunque hoy la cosa se ha torcido un poco.

Mas tarde ha llegado su marido, hemos hablado de la zona, que Cogolludo tenía mucha vida, pero que tienda que cerraba no se abría. Me ha contado que el pueblo de Matillas era importante, hasta que se vendió su fabrica de cemento blanco.

En fin, mi desayuno ha durado tres cuartos de hora o más, he salido a la ruta muy tarde. Perfecta para llegar a buena hora a Tamajón, pero evidenciando que hacia ya mucho calor. Pero valió la pena el desayuno, y la compañía.

Este tramo no me agobiaba, porque conozco la carretera que une los pueblos, que he recorrido en bici, a una mala, me iba por carretera, que también es bien bonita.

Había leído algo de un cortafuegos, pero caray¡¡ no esperaba una bajada tan fuerte, he perdido el equilibrio y he caído, también digo que no daba sensación de peligro un culetazo. Además las moscas estaban pesadas, y algún tábano perdido estaba al acecho, (es la razón por la que no hice ninguna foto a la bajada). Si alguien tiene mal las rodillas y quiere evitar esta bajada puede llegar por la carretera hasta el pueblo de Muriel. Que es un enclave precioso.

Y lo peor ha sido llegar a un pueblecito abandonado, Sacedoncillo. La vegetación campaba a sus anchas, mal que bien la he sorteado, pero más tarde había que subir una pequeña loma, de 50 metros no mas, que ya era la jungla. Me he apartado, he subido a un alto, para ver si encontraba algún sendero, aún así buscando la hierva pataleada, el pantalón se ha enganchado en las zarzas y me ha hecho varios agujeros. Estaba por darme la vuelta, y al vecino de Muriel, que me había dicho que el camino estaba bien, echarle un buen rapapolvo. Que seguramente de joven habrá hecho el recorrido mil veces, pero que a su edad no creo que parara mucho por allí.

No se como he sorteado la jungla, con las piernas rozadas de ramas, ahora luzco arañazos y picotazos. La frase "Dios aprieta pero no ahoga" se ha cumplido, milagrosamente en esa jungla no había bichos, o eso creo.

Y es que incluso llegando a Tamajón había mucha vegetación. Y pensar que el día siguiente podía encontrar más de lo mismo, me ponía de los nervios, y más con una etapa mucho mas larga, y sin escapatoria de una posible carretera.

En el recorrido se disfrutan unas bonitas vistas al Ocejón.

Es curioso que por aquí, todas las ventanas tienen mosquiteras, no obstante prefiero cerrar la ventana.

La noche la pase en en Tamajón. Que además cuenta con una tienda estupenda.