El Camino de Santiago. San Salvador y Primitivo, etapa 6/11: Grado - Salas.

El establecimiento de esta primera vía de peregrinación atribuida a Alfonso II El Casto fue una gran operación de marketing, en la que en vez de utilizar la vía más directa, se hizo pasar el Camino por todas las cabeceras de concejo del interior de la Asturias occidental, llegando al extremo de sancionar a quien utilizase una vía de peregrinación diferente. Ese es el motivo de muchos de los inexplicables derroteros que toma la ruta y que pese a las recuperaciones de carriles y veredas, todavía debe utilizar muchas carreteras que unen esas poblaciones. De todas formas, en la ruta de hoy tendremos menos asfalto que en la de ayer, aunque sufriremos un intenso calor que se dejará notar en algunos largos tramos sin sombra.

Atravesamos Grado y pronto encaramos las primeras rampas del collado del Fresno, en cuya cima se alza uno de los hitos más interesantes de la jornada, el santuario de la Virgen del Fresno, templo barroco popular originario del siglo XVI, que nos impresiona pese a que sólo podemos verlo de puertas afuera. El descenso posterior nos lleva hasta la coqueta aldea de San Marcelo, pasada la cual entramos en la primera vereda del día, que cruza el arroyo de la Meredal por una pasarela y nos conduce hasta la fuente de la Reaz. El siguiente objetivo del día es otra iglesia, la de Santa Eulalia de Doriga del siglo XII, que pese a conservar pocas partes originales me resulta interesantísima. En la siguiente elevación encontramos el cementerio y en su puerta un monumental roble a cuya sombra me refresco con fruta que llevaba en la mochila. Poco después tomamos un desvío que nos lleva por una vereda muy inclinada, con partes empedradas que requieren toda nuestra atención y que nos deja en la carretera que conduce al puente de entrada a Cornellana.

Aquí paro a comer unos pinchos y me proveo de un gran bollu preñau que me servirá de almuerzo en días posteriores y también entro en una ferretería a comprar una navaja de Taramundi, pues la que yo traía me la confiscaron en el AVE al superar los 6 cm. permitidos. Tomo dirección al monasterio de San Salvador de Cornellana y el calor aprieta de lo lindo, menos mal que pronto entramos en una vereda sombreada que acaba en una cantera donde hay una máquina con bebidas frescas. Le sucede otro tramo sin sombra que va de Llamas a Villazón, donde el asfalto empezaba a derretirse y en el que yo me desvío hacía puente de Villampero para poder meter los pies en el río; fue refrescante pero si hubiese esperado medio kilómetro más había podido hacer lo mismo en los canales de la fuente de Santiago.

Todo el camino que resta hasta Salas se hace por una bonita vereda que atraviesa varios arroyos y termina en los arrabales del pueblo. Paso por la colegiata de Santa María la Mayor y el palacio de Valdés Salas en busca del albergue Casa Sueño y tras unas cervezas, una relajante ducha y un merecido descanso, subo al cementerio en busca del Tejo milenario de Salas, un impresionante ejemplar de más de 6 metros de perímetro y 15 de copa que ya empieza a mostrar síntomas de vejez, aunque a su lado crece otro ejemplar que se encuentra en plena madurez y que acabará tomando el relevo.