-Guadalmez- La Desesperada-Las Cábilas.

Partiendo del pueblo de Guadalmez y tomando el camino de "las pasaeras de arriba" en dirección hacia el paraje llamado de las Longueras iniciaremos nuestra marcha. El río Guadalmez será nuestro compañero hasta las inmediaciones de dicho paraje. A continuación abandonaremos el río y por el camino de Sotogordo continuaremos nuestra ruta. El camino discurre en ligero ascenso y en su mayor parte paralelo al arroyo del mismo nombre, a nuestra izquierda observaremos la Peña del Águila y Peña Marcela en el lado opuesto el Cerro de La Desesperada al que subiremos por un cortafuegos en busca de los restos del castro íbero-romano de La Desesperada, desde allí las vistas son estupendas y con unos buenos prismáticos podremos observar desde la Sierra de Santa Eufemia con su fortaleza de Miramontes a la Sierra de Chillón y su Virgen del Castillo. A continuación iniciaremos el descenso en busca del ya visible poblado de Las Cábilas. El asentamiento, ya despoblado y semiderruido se encuentra en la finca del Peralejo, fue construido en el primer cuarto del siglo pasado por los propietarios de la finca. Lo habitaron mayoritariamente vecinos de Peñalsordo dedicándose a la siembra y labor de dichas tierras. Sobre los años cuarenta tuvo su mayor apogeo con veintidós familias (unas cien personas), pero a partir de los cincuenta y debido a la emigración, su población empezó a disminuir hasta acabar abandonado. Después de nuestra clase de historia reanudaremos la marcha en busca del río Guadalmez y bajaremos acompañándolo hasta dar con la presa de Mendoza. El cerro de la Desesperada nos vigila omnipresente. Pasada la presa y en la zona de las Longueras volvemos a enlazar con el camino de ida para transformarlo ahora ya en el de vuelta. En pocos minutos la ruta habrá llegado a su fin.
NOTA: En el camino de Sotogordo y en el que baja en busca de la presa de Mendoza han colocado cancelas cinegéticas que impiden hacer la ruta.