CAMINO MOZÁRABE ALMERÍA-GRANADA ETAPA 7: Guadix - La Peza

Preciosa etapa la de hoy en la que desde la magnífica ciudad de Guadix recorreremos territorio de las rojizas badlands y cárcavas que contrastarán con el telón de fondo que nos ofrecerán las ya en parte nevadas cumbres de Sierra Nevada, llegando como final a La Peza, enclave fundamental de la época musulmana de la que dan fe los restos de su castillo y el trazado del casco urbano de origen morisco muy bien conservado.
A pesar de que Paco, de la Asociación jacobea de Almería-Granada del Camino Mozárabe nos había explicado como enlazar el camino desde nuestro alojamiento en la Cueva El Jaraiz, evitando la vuelta que ya habíamos dado el día anterior por los lugares más atractivos de Guadix, recortando así casi 2 km de distancia, el deseo de salir desayunados de la ciudad accitana y yendo a lo seguro, nos llevó a seguir la señalización oficial para pasar por la Plaza de la Constitución donde sabíamos que íbamos a encontrar algo abierto ya de buena mañana. Así, como el día anterior, pero esta vez con la mochila a cuestas seguimos la señalización del camino dejando atrás el barrio de las Cuevas y pasando ante la Alcazaba y la iglesia de Santiago hasta llegar a la Plaza de las Palomas o de la Constitución donde encontramos un bar abierto para desayunar. Siguiendo luego el recorrido, nos despedimos de la Catedral de Guadix y de la fachada de Santiago, de los restos del teatro romano para seguir después girando a la izquierda por la calle de San Miguel, que seguiremos hasta la estatua del Cascamorras, donde giraremos a la derecha para pasar ante la iglesia de Santo Domingo, que a pesar de la temprana hora estaba abierta, y aunque fugazmente, visitamos para admirar su magnífico artesonado. Luego pasamos por la iglesia de Santa Magdalena, que nos queda a nuestra derecha, para girar más adelante a la derecha y pasar ante la Ermita de Sant Antón, que prácticamente nos sirve de despedida de Guadix. Por el Camino Raya Hita, nos esperan unos 8 km de precioso camino de pistas y algún corto tramo de sendero hasta Purullena, pasando primero por campos, luego por el Pinar de Purullena y finalmente por el Desfiladero de las Cárcavas, uno de los momentos sin duda estelares y al menos para nosotros inolvidable de todo el Camino Mozárabe hasta Granada. El paso del desfiladero, entre las cárcavas, estructuras de relieve creadas en las tierras rojizas arcillosas por la brusca erosión producida por las corrientes de agua o el movimiento de tierras, es un momento donde vale la pena recrearse, y por qué no, hacer alguna pequeña incursión saliéndose del camino para admirar estas curiosas estructuras. Entramos a Purullena entre casas cuevas y por la Cueva Mueso de la Inmaculada que cuenta con un mirador pero que a nuestro paso se encontraba cerrada. Seguimos por la carretera de Granada donde vemos diferentes tiendas que ponen de manifiesto que la alfarería es una de las actividades relevantes de la población. La señalización nos lleva a hacer un pequeño rodeo para pasar ante la iglesia de Sant Martín, pasar por la céntrica Plaza de la Cruz y cruzar luego la carretera de Granada para dirigirnos al ayuntamiento de Purullena, donde pondremos un nuevo sello en nuestra credencial. Por una pequeña carretera que ya deja entrever el magnífico paisaje de cárcavas al que nos dirigimos, llegamos al pueblo del Marchal, al que llegamos tras cruzar la carretera GR-4105. La decoración navideña, unas paneles informativos y un singular parquecito con estatuas representando diferentes labores agrarias, nos dan la bienvenida a esta preciosa población, donde vale mucho la pena, como hicimos nosotros, hacer una pequeña ruta por sus calles y sus barrios para admirar diferentes elementos. En nuestro caso, aunque la señalización te saca de la población en el primer cruce a la derecha, prácticamente sin entrar a ella, decidimos ir al ayuntamiento a poner un sello en la credencial, dejar la mochila y dedicar algo más de una hora para visitar diferentes rincones de la población. El Barrio Caravanchel con sus casas cuevas situadas en el talud, el palacio de los Gallardos, o el Barrio de las Eras, donde admiramos la singular formación del Diente de la Vieja, son algunos de los atractivos de esta población, donde además agradecemos la amabilidad de la mujer del colmado del pueblo, que nos preparó un bocadillo in situ que nos supo a gloria mientras visitábamos el pueblo. Retomamos el camino por la calle comentada que gira a la derecha a la entrada de la población y que nos lleva al barrio del Perchel en el que encontramos otras soberbias cárcavas y también donde está proyectada la construcción de un albergue de peregrinos que podemos dar buena fe se encontrará en un enclave espectacular. Pasamos ante un mirador donde un panel informativo nos explica como se han formado las badlans del Marchal, dentro del Geoparque de Granada y cuya vista se extiende hasta Purullena y más allá. Unos metros más adelante, un bonito área de descanso peregrino donde encontramos una gran cruz de Santiago así como una fuente, nos despiden del Marchal. Justo unos metros después, un desvío a la derecha nos permite acercarnos a un pequeño promontorio mirador donde encontramos una curiosa estatua peregrina. Retomado el camino, lo seguimos hasta llegar a la población de Baños de Graena, que debe su nombre a que cuenta con un balneario, por el cual pasamos, donde salen aguas termales a 42º y que cuenta con diferentes alojamientos dentro de la red de acogida al peregrino de la asociación. Antes de llegar a Graena, población que pasamos a continuación en subida, a la derecha, y junto a un restaurante bar, encontramos la Fuente de los Caños. Pasado Graena, y cuando acabe la subida dejando atrás la población y pasando ante una nueva casa cueva a nuestra derecha, comenzaremos a bajar por una carretera secundario de escaso tráfico con magníficos paisajes camino de Lopera, población a la que no llegaremos, ya que cuando lleguemos a la Rambla del Cauzón, la seguiremos durante unos tres kilómetros a la izquierda sin salirnos de ella, hasta que llegados al segundo puente que crucemos, saldremos de ella para salir a la carretera GR-4104. Ahora seguiremos por el asfalto de esta antigua carretera de nulo tráfico, primero planeando, bajar luego hasta pasar por un túnel excavado en la roca y comenzar una subida entre un magnífico y silencioso paisaje donde una vez más, tendremos la ocasión de ver cabras salvajes. Cuando salgamos a esta carretera y llevemos aproximadamente un kilómetro, a la derecha encontraremos el hito indicador que nos marca el km 150 del camino mozárabe. Después de una cerrada curva y cuando parece que acaba finalmente la subida por esta carretera, debemos prestar atención, porque la señalización nos saca a la derecha para tomar un sendero y una pista que nos llevarán, en evidente bajada, a la ya visible población de La Peza. Si no nos fijamos, seguiremos el recorrido de las bicicletas siguiendo por la carretera y alargando unos cientos de metros más la etapa hasta llegar a la Peza. Nosotros salimos entre olivos por esta camino y luego una pista que solamente dejaremos durante un corto trecho para acercarnos a la bonita y panorámica ermita de Santa Lucía. Entramos a la población de La Peza por la Calle del Río y luego la Calle Campoy que nos lleva a la iglesia de la población, que cuenta con dos torres de distinta época y estilo. A la derecha tenemos una bonita fuente de buen agua y siguiendo la señalización para llegar al albergue, giraremos a la derecha para dirigirnos al patio del Colegio Público, donde se encuentra el amplio y funcional Albergue de Peregrinos "Alcalde Carbonero". La población cuenta con bares, tiendas, una panadería que nos abrieron y donde nos atendieron amablemente a pesar de estar cerrada durante la tarde y diferentes atractivos, como el Cañón de madera del Alcalde Carbonero a la entrada de la población, la estatua del toro y su castillo, que en nuestro caso, visitamos a la salida de la población el día siguiente. El último fin de semana de agosto se celebra en la población la fiesta que recrea y rememora un hecho histórico en el que participan los lapeceños pero también otros vecinos accitanos de las poblaciones de la comarca, y que se explica en la obra en de Pedro Antonio Alarcón, "Alcalde Carbonero", basada en hecho reales documentados, cuando los vecinos de La Peza y de otros pueblos cercanos expulsaron a las tropas napoleónicas durante la invasión francesa de 1810. Durante esta fiesta, los lapeceños se visten como sus antepasados del s.XIX y se recrean, en escenarios en la calles, diferentes escenas costumbristas de la invasión napoleónica y de ese episodio histórico en particular.