Guatiza - Arrieta: Tenegüime - Valle del Palomo 01022024

Complementando la salida del lunes pasado a la Peña de Gopar (https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/arrieta-circular-a-la-pena-de-gopar-por-la-cuesta-del-estanque-y-lomo-cumplido-29012024) hoy salgo al encuentro de la misma pero accediendo a ella desde El Tenegüime.
Partí del Jardín de Cactus, Guatiza, por las calles Achicoria, Albahaca, Adormidera y Álamo hasta alcanzar la carretera que comunica con el Cementerio de Santa Margarita. Pasado el Puente me desvié a la derecha por la pista que recorre el pie de esta parte del Macizo de Famara hasta Tabayesco y un poco después deje la pista para adentrarme en la llanada que se extiende en la boca del barranco de Tenegüime.
La pista continua hasta confundirse con el lecho del barranco y por ella alcanzo la boca del Tenegüime, localizo la vereda y continuo por ella atravesando El Doro. Impresiona el cúmulo basáltico que corona el llamado Risco de Valdivia, parece un apilamiento endeble y que puede caer en cualquier momento, avanzo observando el romero marino (Campylanthus salsoloides) y el higo tinto (Opuntia dilleni) mientras atravieso la zona para llegar al enlace con el barranco de Los Calderones, el Salto del Negro. De nuevo el amasijo de rocas que el paso del tiempo y la erosión han ido “resquebrajando” y que lucen en un apilamiento frágil, impresionan. Asciendo girando a la derecha y continuo por la vereda, aparecen algunas zonas rocosas que hay que “escalar” pero que no representa muchas dificultades, es un paseo algo agitado por la singularidad de este barranco, el verde está empezando a salir y en poco tiempo estará para admirarlo.
Llego al tapón, una zona de paso obstruido por los desprendimientos y que en las últimas ocasiones lo salvaba yéndome por la ladera de la izquierda pero hoy venia con la intención de asumir la “escalada” o al menos intentarlo. La he hecho varias veces pero siempre en manada así que hoy tocaba “el sólo”. Costó un poco y tuve que deshacer algunos pasos pero el caso es que llegué arriba con algo de dificultad pero sin muchos problemas.
Alcanzo un arenado amplio que sirve para hacer una parada, respirar hondo e hidratarse.
Sigo la ruta admirando los diques levantados para domeñar el correr de las aguas, solventando algunos de ellos, que están en el cauce, por la ladera y admirando el verde. Hay una palmera majestuosa y un hermoso ejemplar de pino canario y hasta varios tajinastes (Echium famarae) en flor, muy bonito todo.
Sigo avanzando y aparecen algunas dificultades, varios pasos en los que todavía queda agua de las lluvias del pasado 22 de diciembre, mas de un mes después!, tengo que arrimarme a las laderas rocosas procurando no resbalar para evitar el chapuzón involuntario.
Superada esta zona aparece otro gran dique levantado que cuenta con una “escalera” por la izquierda que facilita el ascenso. Se llega a una “terraza” desde donde se puede observar parte del tramo pasado, la vereda de continuación y otra que asciende para “escapar” del barranco.
Continuo bordeando el pie de la pequeña meseta donde está ubicada la Casa del Rey, una pequeña llanada cubierta de cardos resecos da pie a otro tramo rocoso y con charquitos. De entre las rocas aparecen mas cardos marinos con sus preciosas hojas, trebolinas, alfilerillos malva, vinagrerilla roja, llantén ovejero, y demás.
Pasado este pequeño tramo contemplativo asciendo entre las rocas hasta alcanzar la Casa del Rey donde me doy el gusto de comerme un plátano, canario como no!
La ruta la voy a continuar por la ladera contraria a la que estoy, así que toca descender al cauce para pasar a la otra, para no repetir la subida bajo por este lado hasta enlazar con la vereda que asciende por el otro.
Ya en la ladera toca seguir la senda que marca la vereda, un zigzagueo de varios tramos para ascender y luego continuar en línea hasta el punto de bajada al cauce de nuevo, la idea es solventar el otro tapón que hay un poco mas adelante.
Hay que tener cuidado porque la vereda tiene varias variantes que marchan en ascenso hacia el Lomo del Toscón y la idea que traigo es avanzar por ella.
Avanzo por las terrazas con la mirada puesta en el cauce del barranco hasta que localizo la pasarela sobre un muro de terraza que me dará acceso al cauce.
Una vez abajo avanzo por la vereda hasta localizar el punto de acceso hacia la ladera izquierda, dejo el lecho del barranco para continuar la ruta por este lado. Avanzo siguiendo el sendero pasando bajo la zona de las roferas y recorriendo la lomada bajo la Peña de Los Perdomos y de cara al barranco para poder observar la siguiente etapa de la ruta, los bajos de la Peña de Gopar.
Continuo hacia La Triguera y alcanzo la pista que desciende desde Tomás Merino (los molinos), recupero resuello y continuo por la que asciende (está en muy mal estado) hacia Los tablones para quedarme a medio camino y pasar a las terrazas de la ladera.
Ahora se trataba de recuperar la senda del pasado lunes y reiterar el paseo con algo mas de calma, viendo mas opciones para la próxima vez.
Avanzo por las terrazas bajo la construcción que hay en lo alto de la Peña procurando no bajar mucho porque después hay que solventar “el agujero” de esa parte de la ladera. Veroles y cerrajones rellenan las terrazas en estos primeros pasos, voy avanzando con las vistas del Tenegüime en la mirada. Desciendo un poco aprovechando los pasos entre las terrazas para llegar a una construcción de piedras, la cueva rofera a su lado, y sigo por las terrazas. Llego a la parte alta del agujero, el bosque de piteras impacta, el cauce del barranco con sus diques y sus veredas lucen muy claros desde este punto. Hay que seguir, marcho por la terraza que bordea la parte alta del agujero, aquí casi todo son piteras, tuneras y veroles. Recordé lo de traer pantalones bajos muy tarde y seguí avanzando, hay un pequeño paso complicado por el amasijo verde que casi lo cubre, piso muchas piteras resecas y siento las picadas y los arañazos en piernas y brazos. Llego al otro lado, me hago un poco el lío y tengo que recuperar posiciones un poco mas arriba, por seguridad.
Pasaron las dificultades y de nuevo a contemplar un rato, el barranco y sus meandros, la ladera de la Peña de Gopar con sus bloques de piedra acortinados por los pitones. Sigo ruta y alcanzo las roferas abiertas que se contemplaban desde la ladera de enfrente, avanzo por ellas hasta que se acaba la visita y de nuevo terrazas de veroles, tajasnoyos en flor, tabaibas incipientes y tramos de suelo cubiertos de cebolla almorrana (Scilla latifolia).
Llego a Los Tablones y me voy hacia la pista que desciende por el Valle del Palomo, inicio con ello el regreso a casa. Recorro todo el Valle sin salirme del camino hasta alcanzar la Presa de Mala donde me acerco a la zona del depósito de aguas para localizar la vereda de bajada hasta la zona de El Pedregal.
Una vez en tierra me voy por Diseminado de Tabayesco hacia Matos Pardos, cruzo a Trujillo que recorro hasta alcanzar el cauce de el barranco de El Vallito y siguiendo su cauce alcanzo la Playa de La Garita donde doy por terminada la jornada.