Guatiza - Arrieta (Tenegüime - Valle del Palomo) 16122022
near Guatiza, Canarias (España)
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Itinerary description
La idea era hacer un paseo tranquilo evitando las dificultades del trazado “oficial” pero recorrerlo “de pe a pa”. Pero no contaba con lo que las lluvias pasadas y presentes me habían preparado.
Las previsiones meteorológicas decían que las leves lluvias terminarían sobre las 10 de la mañana y confiando en eso salí de casa con una ligera llovizna que, cuando me dejaron en el Jardín de Cactus, continuaban.
Pertrechado con mi chubasquero y los demás complementos habituales me fui por la calle Achicoria (pista de tierra frente al Jardín de Cactus) con la idea de alcanzar la carretera que une Guatiza con su Cementerio (calle Tarajal). Las miradas hacia La boca del Barranco inquietaban un poco, neblinas y lo que parecía una garúa que cubría la entrada pero continué con el mejor de los ánimos, ya habría tiempo para darse la vuelta.
Baje de la carretera hacia el camino Diseminado de Tabayesco (el camino viene desde esa localidad) y unos metros después enfile, a la izquierda, una pista que se adentra en la fincas de la zona. Alcance el cauce exterior del barranco y por él me fui hacia la boca.
La entrada es una extensión que en su tiempo tuvo uso agrícola, El Doro, y que se abre entre dos alturas significativas: El Risco de Valdivia a la izquierda y el Cerro de Los Tocinos.
Entras impresionado por las alturas, el risco de Valdivia es un macizo basáltico sobre una superficie de sedimentos que nos habla de varias etapas de formación y lo mismo pasa con el de nuestra derecha, un cerro afilado que desciende desde Las Mesas con casi un kilometro de longitud. El agua que cae y la caída impregna todo de humedad que con la luz del sol que va emergiendo dota el ambiente de un brillo maravilloso.
Avanzas por el Doro evitando los charcos de agua y la pisada irregular, por los resbalones, y se llega al final de este genuino salón. La vereda aparece de entre las rocas serpenteando a la derecha para adentrarnos en el barranco, la parte principal de la casa. Hago una parada y observo El Salto del Negro, la zona en la que el barranco de Los Calderones se incorpora al Tenegüime, una parte rocosa del Risco del Valdivia que en días de fuertes lluvias debe conformar una cascada preciosa incorporando sus aguas a las de este barranco.
Decido acercarme y tropiezo con un muro de piedras que habría de escalar para continuar, declino el intento y busco opciones para intentos futuros.
Después de un rodeo por la zona me incorporo a la vereda, la lluvia me ha dejado y, ya sin el chubasquero aunque con los pantalones mojados, continuo la marcha. Avanzo por el cauce del barranco y empiezan a aparecer las dificultades, muchas zona encharcadas y para evitar el agua hay que “auparse” por las rocas laterales para llegar lo mas séquito posible arriba, el problema es que estas rocas están mojadas y mis botas llenas de barro, hay que apurar las precauciones.
Despacio y sin pausas alcanzo la primera zona complicada, la zona del “muro” que invita a escalarlo para proseguir. Me voy por la puerta de atrás y asciendo por la vereda que me deja en la zona de arriba del barranco: Alto de Tenegüime.
Ahora se trata de salvar el barranco que baja desde Tomás Merino (Parque Eólico), dando un rodeo al mismo, siguiendo la pista de tierra para luego volver a bajar por el otro lado y eludir la escalada. La vereda de reentrada va pegada al borde del barranco (me perdí un poco al coger otra equivocada), pasa enfrente de una choza abandonada en la ladera. Vuelves al barranco en una zona bajo Las Mesas que tuvo que tener un pasado agrícola, al igual que el Doro. Está todo muy verde, hay higueras, palmeras, algún pino canario e infinidad de yerbajos de todos los tipos. Toca continuar y no recrearse y tras solventar algunos de los muros de piedras incorporados al paisaje para controlar el transito del agua llegan las verdaderas dificultades de la jornada.
Bajo la Peña del silbo, y de nuevo en una zona de barranquillos que bajan de Tomás Merino, aparecen una serie de pasos estrechos anegados de agua que hay que salvar para continuar. Muchísima vegetación que no deja ver donde vas a poner el pie (infinidad de charcos camuflados entre la hierva) y de nuevo las laderas estrechas sobre rocas mojadas que hay que “escalar” para poder avanzar. Mucha precaución, mucha prudencia y mucha contención nerviosa para continuar, casi reptando, por las rocas húmedas y así avanzar poco a poco. Había que llegar bajo la Casa del Rey y cuando logre divisarla el alivio fue inmenso.
Llegue a la casa y tocaba serenarse, comer algo y reponer energías; aproveche para cambiarme de calcetines, ya que tenia los pies encharcados, pero no pude cambiarme de botas pues no tenia repuesto.
Continue con los planes sabiendo que el resto era mas llevadero, para animarme un poco comenzó la llovizna de nuevo y de nuevo a por el chubasquero.
Tocaba solventar la segunda pared de casi escalda del trazado del barranco, en esta ocasión no saldría del barranco sino que me iría por una vereda que va por la ladera del mismo en su parte derecha.
Desde la casa me fui por la misma vereda por la que accedí para continuar por otra que desciende al cauce de cara a la ladera derecha (siguiendo el sentido de marcha) para luego subir por esa ladera y continuar por ella. Aquí vuelve a surgir el despiste pues hay varias veredas que suben por la ladera y lo que yo quería era avanzar para de nuevo bajar al cauce. Seguí el trazado que avanzaba unos metros por encima del cauce hasta que de nuevo me incorpore al mismo.
Había que localizar la siguiente escapada que esta vez es por la ladera izquierda, así que avance por el cauce hasta que localice la vereda que asciende hacia la zona de Las Cuevas de La Triguera. Me fui por ella ascendiendo por la ladera y avanzando hacia el naciente del barranco, La Triguera. De nuevo hay varias opciones de paso pero es una ladera que no tiene casi verticalidad y se trata únicamente de avanzar.
Se llega a la pista que baja desde La Peña de Perdomo y que de nuevo asciende hasta Los Tablones, separando La Triguera (naciente del barranco) del barranco de Tenegüime.
Ahora quería seguir hasta el fondo de La Triguera para luego ascender desde casi el vértice por la vereda que comunica con Los Tablones, la lluvia volvió a salir y el suelo estaba embarrado así que me fui por la ladera en busca de la vereda que sabia venía del fondo. Una vez localizada esta vereda me fui por ella hasta alcanzar Los Tablones, desde esta meseta me dirigí hacia la Peña de Matamoros para descender por El Rincón de la Moza. Pase por delante de las cuevas del Rincón, pero no entre, y siguiendo la vereda accedí al camino que recorre el Valle del Palomo.
Con las calmas debidas, recogidos los bártulos y con el bueno de Kutxi Romero cantándome en los oídos, me fui por la pista con la única precaución de no embarrarme mas, ya que las lluvias habían encharcado el camino.
Pise tierra en los alrededores del puente de mampostería que une Mala con el Valle del Palomo y por Matos Pardos me fui para casa.
Waypoints
Jardín de Cactus
Desde el Jardín de Cactus me fui por la calle Achicoria (pista de tierra frente al Jardín) con la idea de alcanzar la carretera que une Guatiza con su Cementerio (calle Tarajal).
Calle Tarajal (LZ-405)
Las miradas hacia La boca del Barranco inquietaban un poco, neblinas y lo que parecía una garúa que cubría la entrada pero continué con el mejor de los ánimos, ya habrá tiempo para darse la vuelta.
Calle Tarajal
Llego al puente sobre LZ-1 y pasado este me voy por el camino Diseminado de Tabayesco.
Diseminado de Tabayesco
Baje de la carretera hacia el camino Diseminado de Tabayesco (el camino viene desde esa localidad) y unos metros después enfile, a la izquierda, una pista que se adentra en la fincas de la zona.
Boca del Barranco de Tenegüime
Alcance el cauce exterior del barranco y por él me fui hacia la boca.
El Doro
La entrada es una extensión que en su tiempo tuvo uso agrícola, El Doro, y que se abre entre dos alturas significativas: El Risco de Valdivia a la izquierda y el Cerro de Los Tocinos.
Salto del Negro
Hago una parada y observo El Salto del Negro, la zona en la que el barranco de Los Calderones se incorpora al Tenegüime, una parte rocosa del Risco del Valdivia que en días de fuertes lluvias debe conformar una cascada preciosa incorporando sus aguas a las de este barranco.
Salton del Negro
Decido acercarme y tropiezo con un muro de piedras que habría de escalar para continuar, declino el intento y busco opciones para intentos futuros.
Tenegüime
Empiezan a aparecer los tropezones. Hay que escalar para evitar los charquitos.
Tenegüime
Aparece una zona ancha previa a las estrecheces antes del "muro", primer obstáculo a solventar.
Tenegüime
Empiezo la subida hacia la zona bajo Tomás Merino, la zona donde se ubica el Parque Eólico.
Alto de Tenegüime
Ahora se trata de salvar el barranco que baja desde Tomás Merino (Parque Eólico) dando un rodeo al mismo siguiendo la pista de tierra para luego volver a bajar por el otro lado y eludir la escalada.
Alto de Tenegüime
Por la pista de tierra bordeando el barranquillo que baja de Tomás Merino
Alto de Tenegüime
La vereda de reentrada va pegada al borde del barranco (me perdí un poco al coger otra equivocada), pasa enfrente de una choza abandonada en la ladera.
Tenegüime
Vuelves al barranco en una zona bajo Las Mesas que tuvo que tener un pasado agrícola, al igual que el Doro.
Tenegüime
Está todo muy verde, hay higueras, palmeras, algún pino canario e infinidad de yerbajos de todos los tipos.
La Casa del Rey
Y de repente la tranquilidad, aparece La Casa del Rey: se acabaron las dificultades.
Tenegüime
De nuevo en ruta, desde la casa me fui por la misma vereda por la que accedí para continuar por otra que desciende al cauce de cara a la ladera derecha (siguiendo el sentido de marcha) para luego subir por esa ladera y continuar por ella.
Tenegüime
Aquí vuelve a surgir el despiste pues hay varias veredas que suben por la ladera y lo que yo quería era avanzar para de nuevo bajar al cauce.
Tenegüime
Seguí el trazado que avanzaba unos metros por encima del cauce hasta que de pudiera de nuevo incorporarme al mismo.
Tenegüime
Ya bajo para incorporarme al barranco y avanzar en busca de la vereda para volver a subir pero por la ladera de enfrente.
Tenegüime
Había que localizar la siguiente escapada que esta vez es por la ladera izquierda, así que avance por el cauce hasta que localice la vereda que asciende hacia la zona de Las Cuevas de La Triguera.
Tenegüime
Me fui ascendiendo por la ladera y avanzando hacia el naciente del barranco, La Triguera, las rofereras ya las tenia muy vistas.
Tenegüime
Hay varias opciones de paso pero es una ladera que no tiene casi verticalidad y se trata únicamente de avanzar.
La Triguera
Se llega a la pista que baja desde La Peña de Perdomo y que de nuevo asciende hasta Los Tablones, separando La Triguera (naciente del barranco) del barranco de Tenegüime. Continuo al frente, hacia el naciente de La Triguera
La Triguera
La lluvia volvió a salir y el suelo estaba embarrado así que me fui por la ladera en busca de la vereda que sabia venía del fondo.
La Triguera
Una vez localizada la vereda me fui por ella en dirección a Los Tablones,
La Triguera
Alcanzo el camino que sube desde el cauce como continuación del que viene del Parque Eólico.
Los Tablones
Alcanzo los Tablones, antiguamente de uso agrícola muy extendido por la calidad del suelo y la altura. Me dirigí hacia la Peña de Matamoros para descender por El Rincón de la Moza.
Rincón de La Moza
A La derecha de la Peña de Matamoros desciendo en dirección al Rincón de La Moza, siguiendo el trazado de las terrazas ubicada en el lugar.
Rincón de La Moza
Pase por delante de las cuevas del Rincón, pero no entre, seguí la vereda para alcanzar el camino del Valle.
El Pedregal
Alcanzo los alrededores del puente de mampostería que une esta zona con Mala y me voy a casa por Matos Pardos.
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