Gurb-Creu Castell de Gurb 100 Cims-Sant Andreu de Gurb-Bosc Encantat

Excelente recorrido que permite divisar los Pirineos, ahora nevados, y la plana de Vic, desde la Creu de Gurb, que está incluida en la lista de 100 Cims. No presenta excesivas dificultades, excepto las derivadas de lo resbaladizo del terreno, que en ocasiones dificulta el agarre y obliga a estar pendiente de evitar resbalones. Partimos de Gurb, muy cercano a Vic y enseguida atravesamos el túnel para evitar la C-25 y su ruidoso tráfico. Durante todo el recorrido encontraremos Els Terrossos Blancs, curiosas formaciones geológicas típicas de esta zona de este color. Por ese motivo nos desviamos unos metros para tener una visión de conjunto desde el Mirador. La subida hasta la Creu no es muy exigente y nos premia con las maravillosas panorámicas ya comentadas. Previamente cuando nos acercamos al Turó de la Mina para completar las vistas, un globo aerostático volaba a nuestra espalda como vigilando nuestros movimientos. Del Castillo solo apreciamos el hoyo de lo que pudo ser una antigua cisterna. Aquí la bajada puede ser complicada si la tierra está húmeda, aunque son pocos metros. Como alternativa se puede bajar por el sendero que hay a la entrada de la Creu. Dimos un largo rodeo para alargar el kilometraje y abrazar a un enorme pino, La Pinassa, que creció hasta el cielo, buscando algo de luz, que la vaguada le negaba. Después de las ruinas de Can Serra de L'Om, llegamos a la hermosa y pintoresca Ermita de Sant Roc, que resplandece iluminada por el sol. A la altura de la Bassa del Puig, estuvimos un rato evaluando como actuar. Lo primero es que el mapa situa la balsa a la derecha y está a la izquierda según el sentido de la marcha, y lo segundo, que el track original pasaba por una finca que han medio cerrado con alambre, un cartel de Paso Privado y perros ladrando a los extraños. Optamos entonces por rodear la casa y llegar al Bosc Encantat por otro lado,aunque mas tarde vimos otro grupo que habia pasado sin problemas. Esta zona es ideal para visitar con niños y estimular su imaginación, aunque por nuestra parte, confesamos haber disfrutado del entorno como tales. Os evito una prolija explicación y os invito a deleitaros con las fotos. No puedo dejar de comentar, que un pequeño pájaro de pecho rojizo, posó descaradamente para nuestras cámaras. Lo llamativo, es que he visto la misma escena en los reportajes de otros caminantes. Ya en Can Barnoles, una camada de gatos nos ignora, con indiferencia y aspecto indolente, como solo saben hacer estos felinos, tumbados al sol , sin inmutarse ni cedernos el paso. La dueña, ufana ella, nos sonrie e inquiere si nos gustan, al vernos tomar fotos. Llegamos al fin de la ruta de hoy, y bajo secreto de sumario, nos encaminamos a Vic, para completar una pequeña visita turística y hacer acopio de embutidos y por supuesto de su famoso Pa de Pessic.