Hayal y cascadas de Esle

Esles es un pequeño pueblo de barrios con casonas montañesas y casas de indianos declarado pueblo cántabro del año 2018, y tiene con un claro tipismo montañes. Esles es una localidad del municipio de Santa María de Cayón (Cantabria, España). En él se pueden ver numerosas casas señoriales blasonadas ubicadas en amplios jardines, alternadas con casas tradicionales. Su iglesia parroquial del siglo XVII tiene una torre construida en piedra arenisca a comienzos del siglo XX y dispone de un gran retablo en su interior, también existen diversas capillas y ermitas de los siglos XVI al XVIII en el conjunto urbano.
Orientado hacia el este, el valle de Esles se estrecha y asciende a una altura de 500 metros donde se sitúa el hayal de Esles. El hayal es una masa boscosa humeda y sombria en este caso bastante degradado. Sin embargo, conserva unos pocos ejemplares de haya que merecen la pena, pero sin duda lo mejor son las vistas panorámicas.
Iniciamos el recorrido en el barrio “La Calle” donde comenzaremos el itinerario al Hayal de Esles. Lo primero que vemos es una hilera de casas con balconadas de madera y forja precedidas por una casa blasonada.
A nuestra derecha vemos un pilon o abrevadero y tomamos la carretera que sigue bordeando una finca. Seguimos la carretera hasta una pequeña bifurcacion donde continuamos por la carretera por el estado embarrado del camino. Poco a poco vamos subiendo en altura, ocasion para hacer un alto en el camino y contemplar una esplendida vision de los barrios situados al este de la poblacion. Pasadas varias casas a ambos lados de la carretera que discurre sinuosa, aparecen las primeras hayas. La tercera curva de la carreter.

Despues de unos metros de recorrido el bosque se aclara y lo dejamos a nuestra espalda siguiendo la pista entre prados y cabañas pasiegas. Durante un rato veremos prados cubiertos de helechos desde donde descenderemos a un cruce de carreteras. Aqui continuaremos por la carretera a nuestra izquierda. En este tramo tendremos una amplia vista del municipio de Cayon, de las sierras y montañas que lo circundan.

En esta bajada veremos sus pésimas condiciones erosionado el camino por las rodadas de motos y vehículos ganaderos lo que sumado a la erosion del agua nos permitió ver una cascada desde lejos y darnos la vuelta llenos de barro.
Lamentablemente, ni él hay al pero sobre todo la falta de señalización y cuidados del sendero hacen que la opinión sea peor que la que merece por sus increíbles vistas.
Los últimos 2 kilómetros son por la carretera y no merecen la pena, así que podéis acabar donde se inicia el recorrido.