Hayedo de La Tejera Negra por senda El Robledal

Moderada por su longitud. La pendiente de ascenso por la senda el Robledal es continua hasta llegar al hayedo, pero es suave y sostenible en la distancia.
Mata redonda, un espectáculo.
El Hayedo, afrodisíaco.
Y el río lillas, abrumador con su susurro.
Finales de Noviembre, que amanece con nubes en el cielo, que nos sorprende desde media mañana con un sol radiante, una temperatura estupenda para andar, un río cargado de agua, un entorno colorido, y nieve en las zonas altas.

La ruta del Robledal, cómo la otra más corta que hay dentro del entorno del hayedo, son fáciles de seguir porque están bien señalizadas.
Pero Cuidado!!!, Al bajar desde mata redonda y enlazar con la senda de La Carretas, se alcanza el aparcamiento que está dentro del parque. Aparcamiento donde empieza y finaliza la senda de las carretas.

A partir de este punto y en dirección al punto de entrada del Hayedo, se da continuidad a la senda el Robledal.

En este sentido lo primero que hace la senda es pasar al lado izquierdo del río Lillas, por lo que se debe cruzar el río por unas piedras grandes colocadas a propósito para ello, pero que requieren cierta precaución. En este punto, y prácticamente en ninguna otra parte de su cauce, el río Lillas, no lleva excesivo caudal, pero baja rápido y muy frío.

La senda de El Robledal, transcurre, en teoría, siempre por el lado izquierdo del río Lillas, es decir, según andamos, debemos dejar el río a la derecha, y los postes de madera con banda verde siempre quedan en esa margen del río. EXCEPTO!!!! uno de ellos, que queda en la margen derecha del río, y además te invita a cruzar nuevamente el río con precaución, apoyándote en obstáculos naturales (base de matorrales, piedras, etc,.), porque por el margen izquierdo, parece además que la senda está obstaculizada por un cortado de pizarra. Al menos nosotros no supimos avanzar por el lado izquierdo del río. Quizás esta situación sea un tema de temporalidad, pensando en que el río baje con agua suficiente, cómo para encaramarse al cortado y esconder la senda.

Fuera, cómo fuese, tuvimos que pasar al margen derecho del río.

Este punto se puede observar en el track, allí, donde se deduce "un dudar" en la marcha y claramente la linea del track atraviesa el río. Y desde este punto, siempre anduvimos por la margen derecha del río. Se puede transitar perfectamente, sin problema alguno, y siguiendo pequeños senderos que se han ido hollando en el suelo. Aunque también es cierto que los postes de madera con bandas verdes, siempre están por la margen izquierda del río Lillas, por donde además acompañan al camino que se observa claramente y lleva hasta el punto de inicio.

En definitiva, por ambos lados del rio se puede andar perfectamente y alcanzar ambos aparcamientos.