Hayedo de Montegrande y Cascada del Xiblu

El importante golpe de calor vivido este sábado en el interior de Asturias modifica nuestros planes iniciales de retomar las rutas por la Sierra de Sobia, de tal manera que optamos por un trazado más corto, sencillo y, sobremanera, más fresco: el precioso Hayedo de Montegrande, culminando en la impresionante Cascada del Xiblu.

Partimos de un amplio aparcamiento situado a la derecha de la carretera de subida al Puerto de Ventana. No tardaremos en encontrar varios paneles informativos que nos marcan el inicio del trazado. En este sentido, la buena señalización constituye una constante a lo largo de toda la ruta, con múltiples marcas de sendero PR, paneles informativos e indicadores.

Tras un par de kilómetros en los que la pista principal atraviesa un frondoso bosque de hayas, sin perder nunca de vista la imponente Sierra de Sobia o la cercana Peña Vigueras, llegaremos a un claro desde el que podremos ver con cierta claridad la Cascada del Xiblu a lo lejos, a nuestra izquierda.

Un robusto puente nos acercará al cruce desde el que parte el último tercio de la ruta. Iremos, poco a poco, ascendiendo por un estrecho, pero muy evidente y marcado, sendero cada vez más sinuoso y, en varias ocasiones, resbaladizo. Como recompensa disfrutaremos de una de las cascadas más espectaculares de Asturias, por sus 100 metros de caída y la magia de su entorno.

En este punto, insisto en la importancia, bastante fundamental, de llevar calzado apropiado para el terreno que pretendemos atravesar. Con casi toda probabilidad, unos simples playeros de running no sean suficientes, siendo muy recomendable usar botas de media caña con una buena suela de tipo "vibram". ¿En qué nos ayuda esto? Mayor agarre y, sobremanera, seguridad, evitando posibles torceduras, o roturas, con la media caña de la bota. Igualmente insisto en que un buen bastón nunca está de más. Hemos visto en la jornada de hoy muchas personas pasándolo francamente mal por no llevar el equipamiento adecuado, sin que tenga en absoluto que ver su forma física.

Por otro lado, aprovecho para hacer hincapié en algo que llevo viendo últimamente en bastantes ocasiones hasta que en el track que nos ocupa, directamente, he estallado: no paramos de poner por las nubes espacios naturales como éste, del corazón de todo un Parque como es el de Las Ubiñas y La Mesa. Pero para que siga siendo como es, y por mucho tiempo, tenemos que cuidarlo. Basta de basura y porquerías varias. Me he encontrado hasta una bolsa, con varias botellas y envases en su interior, tirada en una ladera del sendero de subida a la cascada. Esto es absolutamente inadmisible y tenemos, de una vez por todas, que tener la suficiente conciencia, madurez y sensibilidad para saber qué hacer.