Hayedo de Montegrande y Cascada del Xiblu

Punto de partida: Kilómetro 42,5 de la AS-228.
Espacio protegido: Parque Natural Las Ubiñas-La Mesa.
Época recomendada: Primavera y otoño.
Elementos de interés: Bosque de hayas y cascada.
Tipo de camino: Pista de tierra y sendero (último kilómetro). Es la PR-AS 269.
Servicios: Hay que acercarse bien a San Emiliano (León) o a Páramo (Asturias).

Descripción del itinerario.

Si hace aproximadamente un año por estas fechas andaba recorriendo el bosque de Muniellos hoy decidí pasar de nuevo la frontera con Asturias pero esta vez más hacia el oriente para descubrir la tercera mancha forestal más extensa de toda Asturias, el hayedo de Montegrande (sólo por detrás de Muniellos y Peloño) y además ver la cascada del Xiblu, un salto de agua de casi 100 metros. ¿Qué más se puede pedir?

Antes de nada, he de decir que es un itinerario apto para todos los públicos y que el desnivel no se corresponde con el indicado en el track. Son en torno a 8,5 kilómetros y unos 250 metros de desnivel.

La ruta, señalizada como la PR-AS 269, se inicia desde un aparcamiento cercano a la localidad de Páramo en el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa (figuras 1, 2 y 3). Me gustaría hacer una pequeña referencia histórica curiosa: Esta zona, conocida como "El Privilegio", fue un concejo independiente de Teverga hasta 1827. Fue concedido por el rey Bermudo III en el año 1033 a los habitantes de los tres pueblos de la zona: Páramo, Villa de Sub y La Focella, eximiéndoles de pagar tributos y dándoles la condición de nobles y libres. Toda una suerte en aquellos tiempos...

Los primeros 500 metros les haremos por un sendero accesible muy bien acondicionado para personas con minusvalía (figuras 4 y 5). Seguidamente de acabar este sendero, encontramos un desvío hacia una fuente, conocida como "Las Vallinas" (figura 6). La fuente no tiene nada de especial y apenas hay que desviarse del camino aunque si que tiene una historia peculiar; lo cuento en la figura 7.

Continuando con nuestro camino por una pista de gran anchura y sin ningún tipo de desnivel vemos el primer reguero en nuestro camino, conocido como Sangradal (figura 8).

Poco a poco nos vamos enmascarando en un tupido manto de hojarasca bajo la cubierta de unas hayas que apenas ya contaban con hojas en sus ramas (figuras 9 y 10). Se trata de un hayedo ubicado a casi 1100 metros de altitud en una zona en la que las nevadas y el frío hacen pronto su llegada. Éste es el principal motivo por el que las hayas pronto se desvanezcan... (figura 11).

El segundo reguero le pasaremos sobre el kilómetro 2,2, en pleno corazón del hayedo. Se trata del reguero de Riazores (figura 12). El siguiente será ya el que nos lleve a la cascada del Xiblu!

Proseguimos nuestro recorrido por una pista que en algunos tramos es invadida por los troncos de las hayas, pues muchas de ellas no han podido soportar el peso de la nieve cuando todavía tenían hojas. Los efectos del cambio climático hacen mella. Es normal que nieve en esta época pero, ¿Es normal que a mediados de noviembre en esta zona las hayas todavía tengan hojas? Ahí queda la reflexión... (figuras 13 y 14).

La pista finaliza cuando veamos el arroyo del Barranco de la Verde, el cual conduce mucha más agua que los dos anteriores. Encontraremos un panel que nos mostrará el desvío hacia la derecha en descenso hacia el puente (figura 15). Tras cruzar el bonito puente sobre el arroyo giraremos ahora hacia la izquierda para iniciar así los últimos 800 metros hasta la cascada (figuras 16, 17 y 18).

En este tramo concentraremos casi todo el desnivel de la ruta. No es mucho pero es un ascenso por un sendero estrecho en el que en la época otoñal e invernal lo encontrarás mojado. Hay que poner atención en algún tramo pero nada que no nos impida llegar hasta el final de la ruta, la cascada del Xiblu.

La cascada del Xiblu me impresionó. Creo que más que por su caída, pues en realidad es una sucesión de tres cascadas que suman un desnivel de casi 100 metros, me llamo más la atención por la cantidad de agua que bajaba. Sin lugar a dudas un privilegio (como ocurría antaño) para la vista este lugar (figuras 19, 20 y 21).

Impresiones.

Se trata de una ruta accesible a todo el mundo, incluso para personas con movilidad reducida durante los primeros 500 metros. Aunque la pista sea de gran anchura no le resta importancia pues el hayedo de Montegrande es inmenso. Y además, tenemos el premio de ver un salto de agua de 100 metros.