Hayedo del valle de Carlac - Bosque Encantado (Bausen)
near Bausén, Catalunya (España)
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Trail photos
Itinerary description
La ruta propuesta penetra en los bosques del valle de Carlac, el último valle aranés antes de entrar en territorio francés. El camino a seguir se encuentra al salir del pueblo por la parte alta, por el camino de la ermita de Sant Roc. La excursión coincide con el recorrido del sendero de gran recorrido GR 211-2 (variante Les-Bausen-Pontaut). Al llegar a la pequeña ermita se encuentra una bifurcación. Vale la pena continuar de frente, hacia las antenas de telefonía, para acercarse a visitar el pequeño cementerio civil de Bausen, situado en el prado inferior, a la izquierda. La única tumba que hay recuerda que allí descansa la “amada Teresa”. De vuelta a la ermita se continúa a la derecha siguiendo las marcas del GR. A la izquierda quedan los huertos y campos de la señora Jacinta Combalie, de la casa Mulie. El camino flanquea la montaña a media altura en dirección a la frontera. Un excelente muro de piedra seca ayuda a superar la parte más empinada de la ladera. Su buena factura pone en evidencia que este no era un camino cualquiera. Más adelante se encuentra otra bifurcación. Se deja el camino principal para seguir por el de la izquierda, más pequeño, que gana altura por el interior del bosque. La subida continúa un buen rato por el interior del hayedo, hasta llegar al río de Carlac que se salva por un puente de troncos. El camino da un giro muy acusado y sigue subiendo a la izquierda. Se llega a un cruce y se continúa por el ramal de la izquierda, para volver a encontrar la compañía de las hayas. Más adelante se cruzar de nuevo el río Carlac y finalmente, después de pasar por un redil que queda a la izquierda, se sale del bosque.. Pronto se alcanza el collado de Pan, el punto más elevado de la excursión. Al poco de comenzar el descenso aparece, a la derecha, el abrevadero de la fuente del Coret de Pan. La visión del valle y del macizo de la Maladeta, que surge al fondo, es espléndida. Se continua del descenso y se cruza un prado, dejando a la derecha el arroyo de Ierles. Se desciende hacia un grupo de bordas bien visibles y dejando atrás algunas aisladas. Se atraviesa el grupo y se continua bajando por el zigzagueante camino. Hay que prestar un poco de atención para encontrar la marcas de pintura (de hecho, el GR no parece que siga el camino tradicional). Poco después de pasar por delante de un gran nogal se encuentran las primeras casas del pueblo.
Este es uno de los últimos lugares donde aún se puede evocar el Arán que entusiasmó a Josep Pla a principios de los años sesenta del pasado siglo, cuando en Vaqueira solo había prados y el rey —que todavía no era rey— aún no se había asomado por este rincón del mundo. Quizá las estrechas revueltas de la carretera que sube hasta Bausen tiene que ver con ello, o quizá se debe a algún tipo de protección otorgada por los antepasados romanos, esculpida en el bajorrelieve que se encuentra incrustado en el muro de la iglesia. No importa, el caso es que Bausen está lejos del glamour del esquí que empapa la mayor parte del valle de Arán. Los apartamentos adosados no han llegado aquí arriba y todavía quedan paisanos que siembran y siegan algún que otro prado, que riega los huertos, que recoge las patatas, y en la fuente es posible encontrar manojos de ramas de avellano ablandándose en el agua para ser trabajadas. Es cierto que nada permanece, que todo cambia, pero paseando por las calles de Bausen uno tiene la esperanza de que la transformaciones que seguro que llegarán, sepan entender su carácter, la rica personalidad de esta rincón, y que en vez de banalizar su esencia la logren proyectar hacia el futuro.
Este es uno de los últimos lugares donde aún se puede evocar el Arán que entusiasmó a Josep Pla a principios de los años sesenta del pasado siglo, cuando en Vaqueira solo había prados y el rey —que todavía no era rey— aún no se había asomado por este rincón del mundo. Quizá las estrechas revueltas de la carretera que sube hasta Bausen tiene que ver con ello, o quizá se debe a algún tipo de protección otorgada por los antepasados romanos, esculpida en el bajorrelieve que se encuentra incrustado en el muro de la iglesia. No importa, el caso es que Bausen está lejos del glamour del esquí que empapa la mayor parte del valle de Arán. Los apartamentos adosados no han llegado aquí arriba y todavía quedan paisanos que siembran y siegan algún que otro prado, que riega los huertos, que recoge las patatas, y en la fuente es posible encontrar manojos de ramas de avellano ablandándose en el agua para ser trabajadas. Es cierto que nada permanece, que todo cambia, pero paseando por las calles de Bausen uno tiene la esperanza de que la transformaciones que seguro que llegarán, sepan entender su carácter, la rica personalidad de esta rincón, y que en vez de banalizar su esencia la logren proyectar hacia el futuro.
Waypoints
Car park
2,936 ft
Bausen parking
Bausen parking
Archaeological site
2,960 ft
Campanario
Campanario
Archaeological site
2,959 ft
Cementerio
Cementerio
Intersection
3,029 ft
Desvío izquierda
Desvío izquierda
Bridge
3,629 ft
Puente
Puente
Intersection
3,889 ft
Izquierda
Izquierda
Waterfall
3,896 ft
Cascada
Cascada
Comments (7)
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Curiosidades las casas estaban protegidas de los espíritus con una cruz de laurel, Hay un solo bar para tomar algo al acabar donde venden vino de mora :)
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Gracias por la información, nos ha gustado mucho.
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Moderate
Paseo muy agradable, no muy exigente.
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Easy
Maravillosa. El bosque más bonito que he visto.
Me alegra muchísimo
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Moderate
Ruta molt maca
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Easy to follow
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Easy
Ruta por un bosque muy bonito.