Helena o el mar del verano. Ruta literaria hasta la playa de Estaño (Gijón)

1.Fielato

Comenzamos el paseo desde la parada de autobús "El Fielato" y subimos por la carretera Piles-Infanzón

2. Desviación Camino de los Robles

Giramos a la izquierda hacia el camino de los Robles

3. Hacia el Colegio de La Corolla

Subimos por la derecha en dirección al Colegio de La Corolla donde comienza el Camino de Monteviento.

4. Camino Monteviento

Subida por el frondoso Camino de Monteviento, abundante en robles y hermosas casas.

5. El caño de Somió

Podemos parar a refrescarnos con el agua de esta fuente y, de paso, contemplar la espectacular panorámica de Gijón en la que destaca la Universidad Laboral.

6. Hacia Plaza Real

Reanudamos la ruta avanzando por el Camino de Monteviento. Pasamos frente al Hogar Residencia Plaza Real

7. Camino de Estaño

Nos mantenemos en el Camino de Monteviento hasta llegar a la carretera GI-2 (Carretera de La Providencia al Infanzón) . Cruzamos con mucha precaución, hasta el camino de Estaño (justo en frente)

8. Camino de Estaño (continuamos por la izquierda)

En el camino encontramos paisajes rurales de gran belleza y alguna que otra piedra peculiar. "Y volvíamos por el camino cantando y cogiendo moras, que aún estaban calientes".

9.Mirador de Serin

Caminando un poco más, llegamos hasta la senda costera y torcemos a la derecha hasta el mirador de Serín. Precaución peligro de desprendimientos.

10. Senda costera

Camino adelante

11. Punto de 'lectura'

Buen sitio para leer Helena o el mar del verano o lo que se tercie

12. Senda costera (continuamos)

Tras cruzar un puente, abandonamos la senda girando a la izquierda. "Y había también bosques de eucaliptus negros y azulados. Y nos entraba un extraño miedo a aquellos árboles que eran los árboles de los hombres locos, que se paseaban en camisa blanca con la cara muy pálida y un cuchillo en la mano lleno de sangre. Y que eran los árboles de las mujeres tuberculosas que escupían sangre con el pecho hundido y los ojos llenos de un brillo de odio y que cuando el cielo estaba rojo, al atardecer, aullaban como lobos tristes y hambrientos y se escapaban con la boca llena de espuma y un alfiler negro y brillante muy grande en la mano para pinchar a la gente con su veneno mortal. Y debajo de aquellos árboles había siempre un pobre mascando sin dientes un pedazo de pan"

13. Seguimos cuesta abajo

14. Curva a la izquierda

Giramos a la izquierda y seguimos cuesta abajo

15. Volvemos a ver el mar

16. Final

Llegada a la playa. "...y entonces nadaba ella sola hasta el Camello, que estaba muy lejos, donde casi no se veía, y eso aunque hubiese mala mar e hiciese un día gris de esos que da miedo meterse".