Herrera de Valdivielso: ascensión a Tablones y Sendero de los Duendes

Recorrido desde Herrera de las Caderechas, como también se llama este pueblo, situado en el valle del mismo nombre y que pertenece a la burgalesa comarca de la Bureba. Este recóndito y precioso valle es conocido por la gran calidad de sus cerezas y manzanas, que son los principales cultivos de los escasos habitantes que en él viven, y exceptuando las fincas dedicadas a estos cultivos todo el valle está cubierto por un tupido bosque de robles , encinas y pinos, habitados también por una abundante fauna de jabalíes, corzos y ardillas principalmente.
Nuestra caminata va en sentido inverso a la propuesta oficial del Sendero de los Duendes y añadimos además la ascensión al monte Tablones. Antes de iniciar la subida visitamos la humilde Iglesia del pueblo que al parecer estaba en ruinas y han recuperado con ladrillos y cemento. Ascendemos por un coqueto sendero con bastante pendiente hasta llegar a la pista que sube al monte Tablones, donde lo abandonamos y que retomaremos después de llegar a la cima y contemplar unas bellas panorámicas del valle de las Caderechas, del de Valdivielso, de la Mesa de Oña, con la extensa comarca de la Bureba a sus pies y limitada al fondo por la Sierra de la Demanda, de los páramos de Masa y la Lora con sus innumerables molinos, de la Peña Amaya y de las cumbres de la montaña Palentina.
Volvemos de esta cima por la misma pista que hemos subido para retomar el Sendero de los Duendes y ascender hasta la cresta de esta montaña que separa el valle de las Caderechas del de Valdivielso. Nos separamos un poco de la ruta para subir a un pico sin nombre pero con un enorme mojón. Y retomamos el sendero que transcurre un buen tramo por la cima para más adelante avanzar en paralelo por la vertiente de Valdivielso, pero nosotros preferimos seguir por la cresta con senda más irregular pero también señalizada con pinturas rojas. Esto nos permite encontrarnos más adelante con la ruta señalizada como Sendero de los Duendes, disfrutar del viento que sopla con vigor por la cresta y acortar un poco el trayecto. Una vez que llegamos a encontrarnos de nuevo con el Sendero de los Duendes disfrutamos con sus árboles decorados con curiosas labores de ganchillo y otros motivos y llegamos al final de nuestro precioso recorrido.
En definitiva, es una caminata para gozar de un entorno privilegiado, de gran belleza, con panorámicas espectaculares y altamente recomendable.