Higón, la mata, Montejo de Bricia

Ruta fácil, paisajes diversos y entretenida para hacer con niños.
Se sale de Higón por un camino a la entrada del pueblo (a la derecha si se viene de Santa Gadea). Se sube entre robles y álamos hasta la casa del pueblo más próxima al bosque (la mata).
Se entra en la mata por una cancela que ha de estar siempre cerrada, seguimos de frente por un camino bien definido hasta que el camino comienza a difuminarse un poco. Hay que estar atento a no perderlo. En breve se llega a la salida del bosque por una plataforma rocosa que da acceso a una pradera a la derecha y un pequeño valle a la izquierda. se baja al valle y se bordea por el lado derecho. Caminamos dejando a nuestra derecha unas interesantes formaciones rocosas con algunas pequeñas oquedades, abrigos y cornisas. A poca distancia hay un pequeño collado que conecta con el valle de la lado, merece la pena desviarse y contemplar una curiosa roca en forma de copa (la roca de "cars", en Radiador Springs, le llaman los niños). Regresamos al valle y lo seguimos hasta cerca del final, en el que cruzamos y en una encrucijada de alambradas, pasamos por debajo de ellas. Continuamos la ruta bordeando unos acantilados hasta llegar a un pequeño desfiladero, lo atravesamos y llegamos a una amplia ladera con grandes prados y vistas al monte Hijedo. A la salida del desfiladero, a la derecha, hay una curiosa formación rocosa a través de la cual pasa un camino a modo de túnel. Ya sólo queda tomar hacia la izquierda bordeando la pared de rocas, acercándonos a ella en alguna parte a fin de disfrutar de sus singulares formas. más adelante hay una gran roca en forma de arco bajo el cual puede pasarse (con cuidado por la abundancia de pinchas). pasado el arco hay un gran abrigo con algunos árboles, en el que suelen descansar los caballos. Tomamos ya el camino que desemboca en la carretera, atravesamos Montejo de Bricia y, cuesta abajo, llegamos de nuevo a Higón. Es una ruta bastante fácil, que permite pequeños desvíos y distracciones para curiosear entre las rocas y las pequeñas cuevas y, como digo, a los niños es un paseo que les encanta y lo hacen con facilidad.
Es importante llevar buen calzado que no resbale, proteger las piernas de los tojos llenos de pinchos y un sombrero.