Hita: sendas locales (medición con wikiloc)

En esta ocasión ponemos rumbo a Hita, donde se recuerda a Álvar Fañez (S. XI), lugarteniente del Cid y amigo, también en el exilio, y villa medieval de la que fue arcipreste Juan Ruíz (S. XIV) y de la que luego fuera señor el Marqués de Santillana (S. XV). Lugar al amparo del monte por el que acertaron a pasar el barón León Rosmithal de Blatna entre 1465 y 1467, Antoine de Lalaing, chambelán de Felipe el Hermoso en 1502, Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón durante 1517, Claude de Bronseval en 1533, Monseñor Nicolini, camino de Portugal, en 1686, Antonio Ponz, viniendo del cercano monasterio de Sopetrán, durante 1788, y José Andrés Cornide Saavedra y Folgueira en 1795. Lugar de paso al que no se acercaron ni José Antonio Labordeta, con su mochila cargada de país, ni Camilo José Cela en su caminar de tierra en tierra por la Alcarria.
Es este un lugar de geología singular y de contrastes notables fruto del modelado paisajístico de las redes fluviales del Tajo Tajuña y Henares donde emergen los residuos geológicos del extenso páramo de calizas lacustres del Terciario medio y superior. Un gozo para la mirada los páramos elevados, las muelas y los cerros testigos alzados sobre los cultivos, dominando la campiña alcarreña y sus tierras de labor. Un universo mineral de calizas y margas, yesos albos, areniscas, arcillas rojas, limos y arenas tallado por las aguas, reverdecido en el paisaje por la variada cubierta vegetal y escanciado de esencias aromáticas. Tanto el Cerro del Castillo o Cerro de Hita como la Muela de Alarilla están considerados Lugares de Interés Geológico (LIG) y están catalogados por el Instituto Geológico y Minero de España.
Atravesamos el casco histórico encontrando sorpresas a nuestro paso, como los llamativos murales donde se recogen, con artística caligrafía, pasajes del Libro del buen amor, rindiendo con ello homenaje a personaje tan celebrado. Fue esta una iniciativa de Carmen Iglesias Contreras, presidenta de la Asociación Ágora Petricor y emprendedora rural, durante la pandemia como alternativa a los actos de la tradicional Jornada Cultural de Otoño, que no pudo celebrarse durante 2020, y también durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer 2021 en la figura de Doña Endrina. Al año siguiente, en la misma fecha, dos nuevos murales conmemoran el mismo día: uno dedicado a Don Amor, en la puerta de Santa María, y otro, sobre buenas conversaciones y amistad entre mujeres y hombres, en una tapia de la calle Puerta de Caballos. Murales artísticos que engalanan fachadas y muros poniendo a pie de calle la cultura del lugar con acierto y sintonía.
Vamos a la búsqueda de la iglesia de San Juan de Hita para encaramarnos al camino que nos permitirá subir cómodamente al Cerro de la localidad, un otero a 981 metros de altitud que fue observatorio republicano durante la cruel contienda y que antes fue castillo edificado sobre una atalaya árabe para vigilar el paso del valle del río Badiel. Del castillo no queda nada, salvo alguna piedra perimetral, y de la Guerra Civil solo se atiban algunas huellas de trincheras. Merece la pena subirse hasta este vértice geodésico para divisar la campiña alcarreña y adivinar sierras lejanas y cumbres cercanas. Un paisaje soberbio enmarcado por las sierras de Guadarrama y Ayllón, el altivo pico Ocejón, campeón provincial, las sierras de La Pela y del Alto Rey.
Mucho más cerca, un rosario de restos geológicos del que fuera un extenso páramo calcáreo con modestas alturas que alcanzan entre los 850 y los 1.025 metros de altitud: a derechas de Humanes, La Muela de Alarilla (961 m.), Alarilla, El Cerro de Colmillo (948 m.), el castillo de Jadraque (960 m.), el Pico de los Cañones (974 m.), el Alto del Castillo (1.019 m.), el Alto de Valdespeso (1.011 m.), el Pico del Calderón (1.025 m.), el Alto de Valdepadilla (851 m.), el Alto de la Nava Cabaña (1.027 m.), el Alto de la Nava Grande (1.027 m.), el Cerro de la Tala (1.015 m.) y el Cerro del Picarón (1.014 m.).
Al bajar del cerro nos encontramos abierta, por casualidad, Casa-Museo del Arcipreste de Hita, por lo que antes de comer decidimos visitarla.
Una vez comidos y descansados, regresamos al pueblo y recorremos algunos de los lugares que dejamos para después y nos dirigimos al final de la villa en busca del camino de la Fuente Vieja para luego, después, proseguir camino alrededor del cerro para regresar a la localidad por el Camino Alto y salir nuevamente a la iglesia de San Juan de Hita, dando con ello concluido un día bien empleado.