HOCES DEL DURATON. DEL PUENTE TALCANO AL PUENTE DE VILLASECA. 28 NOV 2015

Ruta realizada por el grupo de senderismo SERMAR (Guía MARTA)
Nos encontramos en el Parque Natural de las Hoces del río Duratón. En esta zona, el río se ha encajado en un profundo cañón que, en algunos lugares, alcanza más de 100 metros de desnivel. Al interés y belleza del paisaje hay que añadir la gran riqueza arqueológica e histórica que encierra en su interior esta garganta.
Para quienes quieran realizar esta ruta, deben tener en cuenta, que del 1 de enero al 31 de julio se necesita un permiso que se obtiene en el propio pueblo de Sepúlveda. Ya que en los altos farallones rocosos anidan parejas de buitres leonados, acompañadas de un buen número de alimoches, águilas reales y halcones peregrinos.
La colonia de buitres leonados establecida en el área protegida está considerada como la mayor de Europa, tanto por su número, 575 parejas censadas en el año 2003, como por su nivel reproductivo. Esta colonia se ha convertido en uno de los principales atractivos del parque.
Nosotros vamos a realizar el trayecto que une el Puente de Talcano, en Sepúlveda, con el Puente de Villaseca. El camino, de 12 kms de longitud de ida y otros tantos de regreso, tiene un trazado prácticamente llano, discurre junto al cauce del río Duratón y nos permite disfrutar de un paisaje sorprendente en el que las impresionantes paredes calizas nos acompañan a lo largo de todo el paseo.
A medida que nos adentramos en la senda podremos observar restos de la intensa actividad agrícola que se desarrolló en este lugar hasta no hace mucho tiempo. Esta ruta fue en su día el camino por el que los hortelanos accedían a sus huertas.
La senda discurre entre farallones que destacan por su inmensidad y sobre los cuales ha dejado huella la acción erosiva del agua, adquiriendo formas que llaman la atención y que permiten la nidificación de numerosas especies de aves.
Esta senda nos permitirá descubrir la belleza de este espacio natural a lo largo de todas las estaciones del año desde diferentes perspectivas, si bien es en otoño cuando la vegetación del fondo del cañón adquiere una mayor vistosidad cromática.
Pues bien, para comenzar la ruta, ya muy cerca de Sepúlveda, nos encontramos con una rotonda en el cruce de varias carreteras. Aquí se abren un par de opciones para comenzar. Una es seguir el indicador hacia el aparcamiento de tierra que hay cerca del puente de Talcano. La otra, que es por la que nosotros hemos optado, es continuar unos metros en dirección a Sepúlveda y aparcar en el parking que hay junto a la carretera.
Aquí comenzamos la ruta. Tomamos dirección SW por un pasillo peatonal balizado con maderas que discurre junto a la carretera. En unos 200 mts llegamos junto a la rotonda, donde tomamos dirección Oeste, descendiendo hasta el otro aparcamiento, donde encontramos una barrera y un panel informativo.
Pasamos la barrera y 500 mts más adelante llegamos al Puente de Talcano. Queda un arco de piedra, el resto es de madera, y del original puente romano solamente sobreviven los cimientos. El arco no es el original. Por la parte superior pasaba una calzada romana. Debido a su estado de deterioro, no se puede transitar por el mismo (hay carteles que lo indican) cualquier peso podría hacer que se derrumbase.
Subimos por las escaleras que están al lado del arco de piedra por donde cruzamos el río. Nada más pasar nos encontramos unos indicadores. Dejamos la ruta que sale en dirección Norte “Senda de los dos ríos” y seguimos la ruta de la izquierda, en dirección Oeste, que entre una bonita vegetación de ribera sigue por la margen derecha del río. Esta margen no la vamos a abandonar a lo largo de toda la ruta.
Tras avanzar 1,8 kms, ahora contados desde el inicio, llegamos a la Fuente de la Hontanilla. Desde un hueco de la pared se ve la salida de agua que se remansa en un pilón, creado seguramente para el riego de las antiguas huertas.
Tras pasar por un bonito meandro, donde el río traza una curva de ballesta, alcanzamos la Fuente Redonda que nos encontramos totalmente seca.
Enseguida llegamos a los restos de una construcción que probablemente sean restos de las antiguas huertas. No creemos que se trate de un antiguo molino, ya que no se ve ninguna conducción de agua.
Ahora nos encontramos entre unos paredones que alcanzan más de 100 mts. Todos ellos están llenos de buitres y de manchas blancas de guano. Observamos ejemplares enormes. Algunos pasan volando muy cerca de nuestras cabezas y verdaderamente tienen una buena envergadura. De repente a media ladera vemos un par de cérvidos.
Tras unos bonitos meandros en los que vamos viendo las oquedades de las rocas y la bonita vegetación de ribera, llegamos a una cueva porticada que se encuentra a ras de suelo. En el dintel hay escrito “Lo hizo Pablo Bario, Año de 1889”
En el km 6,5 alcanzamos el Puente del Villar. Si se pasa este puente se puede subir en dirección al pueblo de Villar de Sobrepeña, pero no es nuestro objetivo. Así que seguimos por la margen derecha del río en dirección Oeste.
Km 7,8 y estamos en la Fuente del Chorrillo. Una pequeña fuente realizada con piedras y un pequeño tubo que sirve de caño.
Continuamos la ruta por la hoz que se va estrechando cada vez más, formando ahora un pronunciado meandro.
Según vamos avanzando, vamos viendo que el río va aumentando de caudal, aquí ya observamos una buena cantidad de agua. Hacemos alguna foto aprovechando el efecto espejo en las aguas.
Un poco más adelante, km 11 del recorrido, llegamos a la Cueva de los Siete Altares, se trata de una capilla rupestre que, aparentemente, constituye uno de los lugares de culto cristiano conocidos más antiguos de la zona, probablemente de época visigoda. La cueva es de muy reducidas dimensiones, que presenta tallados en la roca caliza de una de sus paredes cuatro altares u hornacinas que, en todos los casos, semejan arcos de herradura y se encuentran decorados con decoraciones geométricas talladas o grabadas en la propia roca y resaltadas con pintura roja. El lugar se encuentra protegido por una reja que no impide la contemplación de los restos arqueológicos, y cuenta con un atril con información sobre las características del lugar y sus referencias históricas. En el exterior puede apreciarse una quinta hornacina, de aspecto más sencillo que las interiores, así como los soportes para una posible cubierta o techado tallados en la roca.
Ya solo queda avanzar unos pocos metros hasta el Puente de Villaseca. Por encima pasa la carretera que une Sebulcor con Villaseca. Tras pasar por debajo del puente llegamos a un aparcamiento y una zona de recreo donde hay un chiringuito que debe de abrir en verano.
Tras un rato de descanso para reponer fuerzas, regresamos por el mismo camino hasta el lugar donde iniciamos la ruta.

FAUNA:
Es un paraíso para las aves rapaces, con buitres leonados y alimoches. Conviven con halcones peregrinos, ratoneros y cernícalos.

VEGETACIÓN:
Existe una zona dominada por la sabina, los cortados rocosos y vertientes con comunidades rupícolas y el bosque de ribera que acompaña al río. Algunas de las especies vegetales más representativas de este ecosistema son: el ombligo de Venus (Umbilicus rupestris), la hiedra (Hedera helix), la higuera (Ficus carica), los zapatitos de la Virgen (Sarcocapnos enneaphylla) y el té de roca (Jasonia glutinosa).

RELIEVE:
Extenso conjunto de hoces, cañones y acantilados excavados por el Duratón en las calizas mesozóicas.

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Quienquiera que haga uso y seguimiento total o parcial de este track y de su información adicional, asume la plena responsabilidad ante los riesgos propios de la práctica de la actividad, ya que esta información tiene únicamente carácter orientativo.