HOCES DEL RIAZA. IGLESIA DEL MONASTERIO DE S. MARTÍN DEL CASUAR. INICIO EN MONTEJO DE LA VEGA DE LA SERREZUELA.
near Montejo de la Vega de la Serrezuela, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
La ruta lineal que presentamos se ubica en el Parque Natural Hoces del río Riaza.
El punto de partida lo situamos en el pequeño pueblo de Montejo de la Vega de la Serrezuela.
Iniciamos el itinerario por la cómoda pista de un ancho valle ocupado por tierras de labor que nos va introduciendo el las hoces de este pequeño río de agua limpias.
A medida que vamos avanzando nos vamos dando cuenta de la gran importancia, valor paisajístico y ecológico de estos espacios para la conservación de innumerables especies animales y vegetales que aquí habitan.
Como atractivos para el senderista interesado en proteger, conservar y disfrutar de estos pequeños "paraísos naturales", podemos destacar:
- Desde el punto de vista geomorfológico llama la atención la gran labor de excavación realizada por el río Riaza a lo largo del tiempo. El resultado son estas impresionantes hoces con enormes paredes calcáreas que llegan a tener en algunos puntos más de 150 m de altura. Por el tipo de roca podemos admirar innumerables cuevas de dimensiones bien distintas. Arroyos como el Casuar y el Valugar, afluentes de este río, han labrado profundos barrancos dignos de ser recorridos.
- La vegetación tienen un protagonismo especial. El bosque de ribera llena de colorido el valle. Chopos lombardos, alisos, fresnos, álamos, sauces, avellanos cubren las orillas del río Riaza. Si nos alejamos de la ribera el árbol más emblemático y característico del lugar es la sabina albar. Este recio árbol, propio de terrenos calizos, nace y crece emergiendo de la propia roca formando bosques muy típicos. Acompañando a la sabina tenemos el enebro, la encina y el quejigo.
Los matorrales también tienen un papel muy importante en este paisaje: tomillos, salvia, aulagas, torviscos, jaras...algunos aromatizando el entorno.
- La fauna también nos acompaña en todo el trayecto. Ni que decir tiene que el protagonista principal es el buitre leonado. Constantemente podemos contemplar su majestuoso vuelo en círculo (unos buenos prismáticos nos permitirán disfrutar más de estas aves). Pudimos observar chovas piquirrojas y algún alimoche. Los carteles informativos nos indican la presencia de otras aves que nosotros no tuvimos la suerte de ver. Si vimos algunos corzos corriendo por el sabinar.
Entretenidos vamos alcanzando nuestro primer objetivo: la iglesia del antiguo monasterio de S. Martín del Casuar. Esta pequeña iglesia románica del siglo XI tiene sus orígenes en la antigua villa de Casuar donada por el conde Fernán González en el año 943 d.C al monasterio de S. Pedro de Arlanza. Los restos arquitectónicos que aún podemos observar (ábside, ventanas, canecillos, taqueado jaqués...) son dignos de admirar.
La idea era llegar hasta este punto y volver. La satisfacción del tramo recorrido nos animó a continuar algún km más por las hoces. A la sombra de sabinas y encinas caminamos disfrutando del bosque, de las innumerables setas que aparecían en el recorrido y de los paredones calcáreos poblados de buitres leonados, unos posados y otros planeando.
El punto de regreso lo situamos en la confluencia de la hoz con el barranco del arroyo de Valugar que aquí, desemboca en el río Riaza. Este el lugar se denomina La Huerta.
El regreso lo hacemos por la misma ruta.
A una distancia de 1,8 km de Montejo de la Vega, decidimos continuar por la pista que rodea el meandro del Riaza con la intención de visitar el refugio de aves rapaces, ponernos a los pies de una de las paredes más impresionantes bajo la peña Portillo y atravesar el río por el puente de madera. Así lo hacemos. Los paneles informativos sobre las aves que podemos avistar aquí nos ponen de manifiesto que esta es una zona de protección de aves y nos proporcionan datos básicos sobre algunas de ellas. Podemos conseguir nuestro objetivo guardando el debido silencio y con unos buenos prismáticos.
Siguiendo la pista paralela a este meandro volvemos a otro puente para conectar con la pista que nos conduce a Montejo de la Vega de la Serrezuela.
Ruta muy fácil y cómoda que todo el mundo con una mínima forma física puede realizar. Muy propia para aprender y disfrutar de la naturaleza.
La ruta lineal que presentamos se ubica en el Parque Natural Hoces del río Riaza.
El punto de partida lo situamos en el pequeño pueblo de Montejo de la Vega de la Serrezuela.
Iniciamos el itinerario por la cómoda pista de un ancho valle ocupado por tierras de labor que nos va introduciendo el las hoces de este pequeño río de agua limpias.
A medida que vamos avanzando nos vamos dando cuenta de la gran importancia, valor paisajístico y ecológico de estos espacios para la conservación de innumerables especies animales y vegetales que aquí habitan.
Como atractivos para el senderista interesado en proteger, conservar y disfrutar de estos pequeños "paraísos naturales", podemos destacar:
- Desde el punto de vista geomorfológico llama la atención la gran labor de excavación realizada por el río Riaza a lo largo del tiempo. El resultado son estas impresionantes hoces con enormes paredes calcáreas que llegan a tener en algunos puntos más de 150 m de altura. Por el tipo de roca podemos admirar innumerables cuevas de dimensiones bien distintas. Arroyos como el Casuar y el Valugar, afluentes de este río, han labrado profundos barrancos dignos de ser recorridos.
- La vegetación tienen un protagonismo especial. El bosque de ribera llena de colorido el valle. Chopos lombardos, alisos, fresnos, álamos, sauces, avellanos cubren las orillas del río Riaza. Si nos alejamos de la ribera el árbol más emblemático y característico del lugar es la sabina albar. Este recio árbol, propio de terrenos calizos, nace y crece emergiendo de la propia roca formando bosques muy típicos. Acompañando a la sabina tenemos el enebro, la encina y el quejigo.
Los matorrales también tienen un papel muy importante en este paisaje: tomillos, salvia, aulagas, torviscos, jaras...algunos aromatizando el entorno.
- La fauna también nos acompaña en todo el trayecto. Ni que decir tiene que el protagonista principal es el buitre leonado. Constantemente podemos contemplar su majestuoso vuelo en círculo (unos buenos prismáticos nos permitirán disfrutar más de estas aves). Pudimos observar chovas piquirrojas y algún alimoche. Los carteles informativos nos indican la presencia de otras aves que nosotros no tuvimos la suerte de ver. Si vimos algunos corzos corriendo por el sabinar.
Entretenidos vamos alcanzando nuestro primer objetivo: la iglesia del antiguo monasterio de S. Martín del Casuar. Esta pequeña iglesia románica del siglo XI tiene sus orígenes en la antigua villa de Casuar donada por el conde Fernán González en el año 943 d.C al monasterio de S. Pedro de Arlanza. Los restos arquitectónicos que aún podemos observar (ábside, ventanas, canecillos, taqueado jaqués...) son dignos de admirar.
La idea era llegar hasta este punto y volver. La satisfacción del tramo recorrido nos animó a continuar algún km más por las hoces. A la sombra de sabinas y encinas caminamos disfrutando del bosque, de las innumerables setas que aparecían en el recorrido y de los paredones calcáreos poblados de buitres leonados, unos posados y otros planeando.
El punto de regreso lo situamos en la confluencia de la hoz con el barranco del arroyo de Valugar que aquí, desemboca en el río Riaza. Este el lugar se denomina La Huerta.
El regreso lo hacemos por la misma ruta.
A una distancia de 1,8 km de Montejo de la Vega, decidimos continuar por la pista que rodea el meandro del Riaza con la intención de visitar el refugio de aves rapaces, ponernos a los pies de una de las paredes más impresionantes bajo la peña Portillo y atravesar el río por el puente de madera. Así lo hacemos. Los paneles informativos sobre las aves que podemos avistar aquí nos ponen de manifiesto que esta es una zona de protección de aves y nos proporcionan datos básicos sobre algunas de ellas. Podemos conseguir nuestro objetivo guardando el debido silencio y con unos buenos prismáticos.
Siguiendo la pista paralela a este meandro volvemos a otro puente para conectar con la pista que nos conduce a Montejo de la Vega de la Serrezuela.
Ruta muy fácil y cómoda que todo el mundo con una mínima forma física puede realizar. Muy propia para aprender y disfrutar de la naturaleza.
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