Hondarribia-Irún-Behobia-Via Verde del Bidasoa-Endarlatza-Pagogaña-Erlaitz-San Martzial-Irún

Nota: A pesar de la larguísima distancia, he calificado la ruta como FÁCIL porque no tiene absolutamente ninguna complicación técnica, solamente es duro físicamente hablando, pero es un recorrido muy factible para aquellos que estéis acostumbrados a estas distancias.


Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 41:

La mañana de hoy, climatologicamente hablando, no iba a ser la mejor en buena parte de nuestro territorio. Iría mejorando con el paso de las horas, pero tardaría en hacerlo. Que hice? Anticiparme y buscar uno de los primeros lugares donde empezaría saliendo el sol, en este caso, las poblaciones situadas más hacia el Éste de todo Euskadi: Hondarribia, Irún y Behobia.

Asi pues, comienzo en una de las paradas de bus próximas al casco viejo de la localidad guipuzcoana de Hondarribia. Nunca había estado aquí, y tenía muchas ganas de recorrerlo y visitarlo. En cualquier caso, la verdadera visita a este municipio la realizaré cuando haga la etapa anterior, y finalice en este lugar.

Me adentro en el precioso casco viejo, con multitud de casas multicolor y de un estilo bastante diferente al que se suele ver en otras localidades.
Después de ver la iglesia y pasar por la Puerta de Santa María, desciendo a un paseo peatonal que va a la par de la carretera. Avanzo en él durante un buen rato, pasando primero por el barrio de Amute Kosta.

Después, accedo por una de las entradas a la extensa ciudad de Irún. Aquí haré una cosa rara que a vosotros posiblemente no os guste, tal vez queráis hacerlo de otra manera.
Ahora, mi objetivo es llegar al barrio de Behobia, y para ello, en vez de ir por las calles de Irún, lo haré yendo por una carretera, bordeando así la ciudad. Esto lo hago porque al final de la ruta volveré a Irún, y no me gusta pasar 2 veces por el mismo lugar.

Más adelante, si que camino por alguna calle de la ciudad, pero enseguida lo abandono para ir por un bidegorri, aunque acto seguido también lo dejo atrás, y avanzo por un paseo peatonal.
Dicho paseo me lleva a la parte mas oriental de Irún, yendo en todo momento en paralelo al curso del río Bidasoa.

Poco antes de llegar a Behobia, observo por el lado izquierdo la Isla de Los Faisanes. Ésta isla se sitúa en pleno río Bidasoa, cuyo curso sirve de frontera natural entre la localidad guipuzcoana de Irún y la francesa de Hendaya. Aunque no destaca por su extensión, 2.000 metros cuadrados, la Isla de los Faisanes tiene el honor de ser el condominio más pequeño del mundo. Es decir, es el territorio de menor dimensión sometido a la autoridad de dos Estados. Así, este singular paraje es español de febrero a agosto, y su soberanía corre a cargo de la vecina Francia los otros seis meses.

En pocos minutos, llego al barrio de Behobia. Después, me quedo a muy pocos metros del puente que hace de paso fronterizo con Lapurdi (territorio histórico de la baja Navarra), que se ubica en el País Vasco Francés o Iparralde, es decir, en Francia. Es lo más cerca que he estado nunca del país vecino, al menos yendo por mi cuenta.

Ahora, giro a la derecha e inicio una larga caminata (7km) por la conocida como Vía Verde del Bidasoa, hasta llegar a la barriada de Endarlatza. A día de hoy encontraréis en ambos extremos vallas anunciando un corte en el acceso a la vía, pero únicamente es para vehículos. Tanto los peatones como las bicis pueden pasar.

La totalidad de la vía tiene una longitud de 42km, y va desde la localidad navarra de Oieregi hasta Behobia.
Este itinerario actualmente está muy bien acondicionado y forma parte de la red de rutas ciclistas europeas EuroVelo formando parte de EuroVelo 1, «La Ruta de la Costa Atlántica», que parte desde el Cabo Norte de Noruega y se está desarrollando para llegar hasta el sur de Portugal. Asimismo, es parte del proyecto transfronterizo Ederbidea (camino bonito en euskera), que conecta las ciudades de Baiona-Bayonne, Donostia-San Sebastián e Iruña-Pamplona a través de vías verdes.

El camino al principio es muy cómodo, a modo de bidegorri, pero luego se convierte en un sendero de tierra y piedras, que si ha llovido recientemente, como es el caso, se vuelve algo pesado e incómodo por la presencia de barro.
Dejando de lado eso, el recorrido es muy chulo, con vistas al río Bidasoa y al precioso entorno que le rodea, tanto sus montes como sus praderas y barrios.

Tras un buen rato andando, consigo llegar a la barriada de Endarlatza, perteneciente al municipio de Lesaka. Este punto hace de frontera con la Comunidad Foral de Navarra. Antiguamente, allá por 1898, nació un tren minero, el "tren Txikito" que comunicaba dichas poblaciones, hasta llegar a Irún.

Aquí abandono la vía para continuar cuesta arriba por un estrechísimo sendero natural, yendo cuesta arriba rumbo al monte Pagogaña.
Los primeros cientos de metros no son nada cómodos, ni para andar ni para seguir la trazada, ya que la zona es bastante escarpada, y no se aprecia bien el camino. Sin embargo, la presencia de marcas GR roja y blanca es constante, y eso me ayuda a ir por el lugar correcto.

Luego, el terreno se abre, el sendero se aprecia mucho más, y accedo por un bonito bosque con magníficas vistas a las Peñas de Aia. Este macizo es único en nuestro territorio, ya que se compone de granito, un material que ninguna otra sierra tiene en Euskadi.
La zona por donde transcurre la ruta forma parte del Parque Natural de las Peñas de Aia, y viendo el terreno que me rodea, es probable que este lugar también esté formado por granito.

Asciendo lentamente, ya que las rampas son bastante empinadas y el terreno, aunque sencillo, es algo incómodo. Me detengo también en varias ocasiones para disfrutar de las vistas, observando numerosos picos pertenecientes a Navarra, y alguno que otro de Francia, destacando el inconfundible Lahrun.

Más adelante, llego a un pequeño alto, donde el firme cambia a la hierba. Sigo cuesta arriba, aunque ya de manera más suave. En el horizonte, observo más de cerca los escarpados picos de las Peñas de Aia, y a la derecha, las ruinas de los barracones o fuerte de Erlaitz. Allí iré luego, pero antes, haré cima al monte Pagogaña (482m).

En pocos minutos, hago cumbre a dicho monte. Vistas parciales por la presencia de arboleda, aunque si deja ver una panorámica similar a la que mencioné con anterioridad. Además, al lado del buzón y vértice geodésico, se encuentra los restos de un antiguo fuerte, que tiene relación con los barracones de Erlaitz.
Sigo de frente, y enseguida tengo a la vista la otra parte de la panorámica que no disfruté en la cima, las Peñas de Aia y los barracones. Hacia allí me dirijo.

Desciendo, y llego al parking de Lapuriturri. Sigo recto, hasta enlazar con un sendero herboso, y luego continúo por la izquierda. Enseguida llego a las ruinas de los barracones de Erlaitz.
El fuerte de Erlaitz (o mejor dicho, proyecto de fuerte) se proyectó en la cima del monte del mismo nombre, y formaba parte del campo atrincherado de Oiartzun. Las obras comenzaron en 1891, aunque fueron paralizadas en 1892. Actualmente solo se conservan 3 barracones y varias casetas, además de los restos de un depósito de agua.

Próximo objetivo, la cima del monte Erlaitz. No tiene mucho misterio, desde los barracones, asciendo por hierba hasta llegar a una zona con grandes aberturas que debían de haber sido el desmonte para la construcción del fuerte.

Enseguida llego a la cima del Erlaitz (497m). Bestial y preciosa panorámica de 360º, pudiendo ver los municipios de Hondarribia, Irún y Hendaya, la bahía de Txingudi, buena parte de la costa Sur de Francia, y numerosos montes como el Jaizkibel, Peñas de Aia, Lahrun y un montón de picos de Navarra que no conozco y por tanto no puedo mencionar.

Tras las fotos de rigor, desciendo tomando como referencia la costa francesa. Enseguida, alcanzo las ruinas de la Torre Erlaitz. En realidad, se trata de un depósito de agua que suministraba de agua a los trabajadores y a las obras.
Ahora, vuelvo a escasos metros del parking, para ir después por la izquierda, cruzando eso si la carretera.

Avanzo un buen rato por cómodos senderos de hierba y tierra, hasta conectar con una pista asfaltada. No obstante, no camino mucho tiempo por cemento, ya que luego sigo descendiendo por senda de tierra y piedras, de nuevo indicada con marcas GR.

Más adelante, en un cruce, giro a la derecha, y seguido a la Izquierda. Aquí vuelvo a ir cuesta arriba, pero al cabo de un rato, voy en semillano para luego ir cuesta abajo, ya de manera definitiva.
Sin embargo, antes de iniciar el verdadero descenso, me desvío para ir a la ermita de San Martzial, donde hay un mirador con excelentes vistas a las localidades y montes próximas a la bahía de Txingudi.

Ahora si, camino por una serie de senderos a modo de atajo que evitan ir por una carretera.
Al final del mismo, continúo por un paseo peatonal hasta acceder por otra de las entradas a la ciudad de Irún.
Lo recorro parcialmente, no pretendo verlo entero porque es muy grande, y porque la ruta ya es muy larga como para extenderlo más.
Finalmente, me dirijo a la estación del cercanías de Irún, donde concluyo esta exigente aunque preciosa ruta. Muy recomendable.


PD: Este recorrido se puede hacer en mucho menos tiempo del que yo he tardado. Le he dedicado bastantes minutos a fotografiar cada lugar, cada punto de interés (que son muchos), y eso le ha hecho retrasarme más de la cuenta.
El perfil de la ruta es el ideal para ir a toda velocidad, a excepción del primer tramo de subida al Pagogaña.
Si vais a piñón fijo, sin entreteneros en exceso, fácilmente podréis hacer todo en unas 6h y media, o incluso menos para los que vayáis medio correr.