Hormiguita: Circular Picones - San Antolín - Gulpiyuri - Huelga - Cuevas del Mar (Asturias)

Desde la pequeña población de Picones en el Concejo de Llanes, comenzamos la caminata de hoy por la carretera local hacia El Acebo. Nos desviamos a la izquierda por una pista asfaltada que enseguida se vuelve de tierra y piedra blanca por la que discurre el Camino de Santiago. Pasamos Hontoria por la carretera local de nuevo y a la altura del Palacio de Espriella giramos a la izquierda para continuar por la pista de tierra. Este palacio rural data del siglo XVII y está contituído por una casona y su capilla adosada, la Ermita de Santa Rita. Un poco más adelante encontramos otra ermita entre praos, la Ermita de Santa Eulalia.
Caminamos sobrellano hasta la Playa de San Antolín que se extiende desde la Punta de la Dehesa hasta la Punta Pistaña. Nos acercamos hasta la orilla y disfrutamos de la vista de Piedras Luengas cayendo directamente sobre el mar. Desandamos sobre nuestros pasos hasta el desvío a la derecha que nos indica Playa de Gulpiyuri. Un camino nos acerca a este monumento natural que forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias. Es la única playa desde la que no se ve el mar pero sí nos permite darnos un buen baño. Un estrecho sendero recorre parte de la costa ofreciéndonos unas maravillosas panorámicas de los acantilados y sus increíbles formaciones como el Castro de las Gaviotas o Islote Desfuracado: una enorme roca que se sostiene sobre dos pies aguantando las constantes olas del Mar Cantábrico. Junto a este islote hay una espectacular entrada del mar que recuerda mucho a las calitas de las películas de piratas. También hay un sacadero de algas.
El camino se va perdiendo poco a poco y nos cuesta distinguirlo antes de llegar a la Playa de Huelga, dónde desemboca el Río Cecilio y se extiende un conjunto arenoso con marismas, salpicado todo ello de rocas. Tras cruzar el puente sobre dicho río volvemos a salir a una zona de praos dónde encontramos las ruinas de una antigua cetárea. Desde aquí el camino se complica bastante, está prácticamente cerrado de maleza (imprescindible pantalones largos y si tienes polainas mejor), vamos buscando la mejor manera de continuar nuestro camino. Zarzas, toxos y helechos crecen rápido y no dejan paso en muchos puntos obligándonos a separarnos de la línea de costa hasta que por fin llegamos a la Playa de San Antonio del Mar, en la que tenemos un despejado caminito para poder visitar la casi oculta, entre la arboleda, Ermita de San Antonio; en ella están enterrados varios familiares del Conde de la Vega del Sella.
Caminamos ahora hacia la Playa de Cuevas del Mar y bordeamos otra vez entre maleza, sin apenas camino a seguir, hasta la arena de Cuevas del Mar para contemplar la impactante imagen de una playa enfrentada a otra. Tomamos un estrechísimo senderuco que nos devuelve al cruce de sendas y tras pasar por un portillo nos acercamos a unas casas a la vera del camino para girar a la derecha y descender cómodamente hasta la Playa de Cuevas del Mar, playa considerada Paisaje Protegido desde el punto e vista medioambiental. Está situada en la desembocadura del Río Nueva y presenta unas curiosas y originales cavidades talladas por el efecto del oleaje en las paredes de roca, de ahí su nombre. Un camino asciende asciende entre un pequeño bosque directo desde esta bonita playa hasta el pueblo de Picones.