Hormiguita: Los 10.000 del Soplao Ruta a Pie (Infierno Cántabro)

Poco antes de las 8:00 de la mañana, algo más de 2500 personas, bastones en mano, nos disponemos a realizar esta increíble aventura de los 10.000 del Soplao. Agolpados junto a la línea de salida esperamos que empiece a sonar 'Thunderstruck' de ACDC, himno oficial de esta prueba. Subidón de adrenalina y allá vamos Infierno Cántabro (este año más infierno si cabe porque llueve a mares).
Partimos con mucha ilusión y con gran expectación pues la intensa lluvia no nos lo va a poner nada fácil, desde Cabezón de la Sal, villa en la cabecera de la comarca Saja-Nansa, en el Valle de Cabuérniga. El nombre de cabezón proviene de la época romana, era un lugar con importantes minas de sal y 'cabezón' era una medida utilizada para el comercio de sal.
Caminamos por la CA-180 dirección Carrejo, rodeados de cientos de andarines, emocionados como nosotros al ver a la gente del pueblo animando durante este tramo. Pasado Carrejo y la Venta de los Foramontanos nos dirigimos al puente de Santa Lucía sobre el Río Saja, el cual cruzamos y viramos 90º a la izquierda, damos vuelta en la Casa del Mesón y comenzamos la primera ascensión. Rápidamente vamos tomando altura por una pista de tierra, la lluvia cae fuertemente sin parar, se produce la primera criba, la gente ralentiza el paso debido a la fuerte pendiente y muchos van quedando para atrás.
Ya en el Collado El Cueto damos vista hacia los Montes de Ucieda, dejando bien visible las nubes el cordal que recorreremos más adelante desde el Alto del Toral hasta el avituallamiento de El Cerezo. Los pueblos de Ucieda y Ruente abajo junto a la carretera y a la derecha la Sierra del Escudo de Cabuérniga por donde en otras ediciones del Soplao transcurre esta prueba.
Comienza el descenso por un sendero de hierba y con el descenso, comienzan también los primeros culetazos. Hierba y agua: mala combinación!! La marcha se hace cada vez más lenta en este tramo, mirando hacia abajo se puede ver la colorida culebrilla que formamos los andarines del Soplao bajando por la Cotera de Prado de los Rasos.
Este descenso termina junto al Arroyo de Gargantera, un camino de tierra paralelo al arroyo nos acerca al Barrio de Abajo de Ucieda, tras cruzar el Río Bayones. Caminamos otra vez por la CA-180 dirección Ruente donde tienen habilitado un carril para la ocasión. Ruente: bonita localidad situada en una vega junto al nacimiento de la Fuentona (surgencia natural de origen kárstico). Con casonas montañesas a destacar como La Casona de la Canal y el Palacio de Mier, incluídas en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria.
Este año los andarines no cruzamos por el Puente de la Fuentona, en otras ediciones todos los participantes tienen que pasar por el puente. En Ruente tenemos el primer avituallamiento líquido y desde aquí nos dirigimos a la derecha ascendiendo por un tramo de pista ancha de gravilla sin mucha pendiente pero bastante larga. Nos salimos de la pista por un camino a la izquierda y un poco hacia abajo para adentrarnos en el Bosque de Ucieda tras pasar la estrecha portilla. Un sendero con muchísimo barro nos lleva entre hayas, robles y avellanos hacia la Campa Ucieda. Justo antes del segundo avituallamiento encontramos una pronunciada pendiente que hace que más de uno, y que dos, y que tres, bajemos rodando por el resbaladizo suelo embarrado. ¡¡¡ Todo un espectáculo esta bajadita !!!
Ya en la Campa Ucieda pasamos por el control y paramos un poco a reponer fuerzas: un pincho de jamón, una bebida isotónica, un plátano y un riquísimo sandwich de nocilla hace que la subida a La Cotera por los Montes de Ucieda sea más llevadera. En esta edición, debido a las fuertes lluvias caídas en días anteriores queda suspendido el tramo de la bonita y entretenida Ruta de los Puentes hasta el avituallamiento líquido de La Cotera, con lo que la ascensión la realizamos por cómoda pista de tierra junto a la Casa del Monte: espectacular área recreativa con distintas campas con mesas, barbacoas, bancos, baños y aparcamiento, situada en la Reserva del Saja. Una maravilla compuesta de hayas, robles, nogales, castaños, abedules .... esto en otoño debe ser una explosión de colores!!
Ya en La Cotera, mientras reponemos algo de líquido con magníficas vistas del Valle del Río Bayones, oteamos allí en lo alto, la cima de La Toral, ya con una hilera de gente subiendo hacia ella. Por una zona de praderías ascendemos a la Braña de la Zarza, en este momento no llueve pero empieza a levantarse bastante aire frío. Tras esta subidita se puede comprobar que lo subido hasta ahora no es nada en comparación a lo que queda. Cresteamos en dirección a La Toral, subiendo y bajando pequeños desniveles. Cuando estamos situados al pie de la última gran subida, miembros de la organización nos avisan que las condiciones atmosféricas arriba no son nada buenas, que si alguien quiere abandonar ellos están allí para acompañarlos hacia abajo y devolverlos al pueblo.
Nosotros de momento continuamos, sabemos que este es el último gran esfuerzo y que luego es largo pero llevadero. Atacamos La Toral con paso poco firme gracias al barro resbaladizo y al gran desnivel que tiene.
Una vez arriba, entre agua-nieve y fuertes ráfagas de aire casi no podemos pararnos a respirar, no hay quien pare del frío, así que continuamos por la cresta un buen rato pasando por el Cotero Lobo y el Cueto del Arenal. A 3 km del Alto La Toral encontramos el segundo avituallamiento, El Cerezo, damos buena cuenta de un huevo frito que nos sabe a gloria acompañado con salchichas y pan para mojar, además de un vasito de calimocho para entrar un poco en calor.
Retomamos la marcha sin mucha demora, nos quedan 10 km prácticamente todo bajada, pero no por eso más llevadero como pudimos comprobar poco después de salir de la pista, por un camino a la izquierda, de una curva cerrada a derechas. ¡¡Menuda locura de barrizal!! Si alguien no había resbalado en algún momento a lo largo del día aquí no se salvó nadie. En fila india bajamos con pies de plomo por un auténtico lodazal, barro rojizo a diestro y siniestro que no te deja avanzar, que se va pegando a tus botas y hacen que pesen una barbaridad, este tramo hasta salir a la pista en el Collado de la Luz se hace eterno en estas condiciones. Creo que tenemos barro hasta en las orejas.
Sigue una pequeña ascensión con vistas a nuestro próximo destino: Mazcuerras con Cabezón de la Sal allí lejos al fondo. Podemos contemplar también el Arroyo de Pulero con distintos caseríos salpicando los verdes praos.
Una última cuesta embarrada y caminamos por pista hasta entrar en Luzmela - Mazcuerras. Atravesamos este tranquilo pueblo, pasamos junto a la iglesia y cruzamos el Arroyo de Pulero para salir por la zona de El Bosque al Río Saja. Pasamos el río por un gran puente de madera y continuamos paralelos al Río Saja un buen tramo dirección Carrejo donde dejamos la pista y volvemos al duro asfalto. Este trecho se recorre rápido, volvemos a encontrar gente animando a pesar del mal tiempo, gesto que ayuda mucho en estos momentos, sin duda una inyección de adrenalina. Recorremos la carretera principal hasta Cabezón de la Sal y casi en volandas entramos en la meta entre aplausos y vítores. Recogemos la medalla y un bote de bebida, y ya podemos relajarnos.