Hornillos del Camino - Castrojeriz

A la salida de la calle Real tomamos el camino a Castrillo de Murcia para abandonarlo a los pocos metros y dirigirnos paralelos al río de las Hontanillas y cruzarlo posteriormente.
Vamos por una pista parcelaria pegados a las laderas del Cañalón y las Hontanillas ascendiendo hacia la meseta.
Se suceden los cultivos de cereales.
A los lados del camino hay amontonadas muchas piedras que se sacan de los campos para poder ararlos y cultivarlos posteriormente.
Se deja atrás una Cruz de Santiago y aparece la señalización a la izquierda que conduce al albergue de San Bol después de cruzar el arroyo Pernillas.
Ascendemos por la pista hasta llegar al cruce con la carretera comarcal BU P 4041.
Siguiendo los pasos dejamos a la derecha el camino que conduce a Castellanos de Castro.
Pasamos por El Barrial y los restos de un antiguo hospital de peregrinos.
Desde lo alto se aprecia Hontanas. Hay una vista panorámica desde esta zona, por lo que merece parar un rato para hacer algunas fotos del pueblo y del entorno.
Bajando una empinada cuesta accedemos a la minúscula ermita de Santa Brígida.
Más adelante nos detenemos para hacer un descanso y reponer fuerzas.
Caminamos por la calle Real hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, que visitamos.
Descendemos por el asfalto, dejando atrás la piscina y salimos de la carretera para tomar una senda en el margen del arroyo del Garbanzuelo.
Dejamos a la derecha el talud de la Dehesa Bellotera pasando por un torreón en ruinas.
A los pocos metros cruzamos el arroyo Valderrubaya y vemos el estrecho valle del mismo a nuestra derecha.
En todo momento nos acompañan los cultivos en los márgenes del Garbanzuelo. Debe ser muy fértil esta zona ya que se aprecian los campos muy cuidados y las espigas muy verdes y altas.
En algunas zonas cambiamos el color verde por el amarillo de la colza.
Llegamos a la carretera y caminamos por una pista paralela a la misma, muy ancha y en perfecto estado.
A la sombra de los fresnos llegamos a las ruinas del convento de San Antón. Llama la atención que los arcos pasan a gran altura sobre la carretera.
El convento fue fundado por Alfonso VII en 1146.
Tenía un hospital, hoy desaparecido, donde se curaba a los enfermos de ergotismo, enfermedad producida por el cornezuelo, hongo parasitario fundamentalmente del centeno, aunque más raramente puede aparecer en otros cereales.
Nos detenemos bastante tiempo para visitar las ruinas y hacer fotos de la puerta principal, de los arcos y de todo el contorno monumental.
Tiene un albergue en el interior donde paraban numerosos peregrinos.
Después de rodearlo y admirar todo el conjunto continuamos para tomar un ancho camino con una interminable recta de 2 km. que nos conduce a Castrojeriz.
Mientras caminamos vamos dejando a la derecha las lomas de La Magdalena para llegar más adelante al Gredero.
El arroyo Gibranzuelo discurre a nuestra izquierda.
Conforme nos acercamos a Castrojeriz, última población burgalesa del Camino, vemos en lo alto de la loma los restos del castillo.
La colegiata de Santa María del Manzano aparece al final del camino.
Pasamos un puente sobre el arroyo de Villajos desde donde fotografiamos la colegiata.
Dejamos a un lado la colegiata de estilo gótico para acceder a la población de Castrojeriz por la calle Real de Oriente.
Hay numerosas casas blasonadas.
Llegamos a la iglesia gótica de Santo Domingo que posee esculpidas en su fachada dos calaveras de piedra lo que nos llamó la atención. La portada plateresca aporta un cambio al estilo gótico del resto.
Continuamos por la Calle Real hasta detenernos en una plaza donde finalizamos la etapa.
Por la tarde visitamos el interior de la colegiata de Nuestra Señora del Manzano e hicimos una visita guiada al interior, que posee un magnífico museo que contiene esculturas, retablos, casullas, etc. de muchas iglesias del entorno. El precio es de tan solo un euro por lo que merece la pena.
En resumen: Etapa muy llana. Prácticamente sin sombra, por lo que si se hace en verano habrá que ir bien preparado para protegerse del sol.
Merece la pena detenerse en las ruinas del convento de San Antón y en Castrojeriz para ver el museo de la Colegiata como hemos comentado anteriormente.