Hoz de Santamera y Ruta de la Sal: Salinas de la Olmeda - Ríofrío del Llano

Interesante ruta que discurre por aquellos caminos ancestrales que recorrían las carretas con el preciado mineral desde las salinas de Imón, Santamera y la Olmeda, a medio camino entre Sigüenza y Atienza, hasta Guadalajara, principal núcleo de comercio y distribución y que te permitirá ver diferentes paisajes: pueblos y salinas abandonadas , ríos, hoces, embalses, buitres etc. parte de la ruta forma parte del Camino de Santiago de la Lana (está bastante bien indicado)

Comenzamos nuestra Ruta de la Sal en las Salinas de la Olmeda más modestas que sus vecinas de Imón pero que, junto a éstas y las de Santamera, aportaron mucha riqueza a este territorio (waypoint 1). Después de contemplar las salinas y los almacenes medio en ruinas, cruzar la carretera GU 113 para tomar el camino que lleva hasta Olmeda de Jadraque (waypoint 2). Atravesar el pueblo para continuar por el camino que lleva a Santamera (waypoint 3 y 4) desde donde se pueden avistar las Salinas de Santamera. Una vez en Santamera (waypoint 5 y 6) y tras descubrir los encantos de este casi abandonado pueblo rodeado de enormes escarpes rocosos y que estuvo a punto de ser anegado por el embalse, coger el camino que va paralelo al río Salado (waypoint 7) y después de cruzarlo por un cercano vado, se adentra en un soberbio cañón de paredes calizas de 200 metros de altura, en cuyos rojizos contrafuertes habitan docenas de buitres (waypoint 8, 9 10 y 11) Luego el valle se abre y, en media hora a lo sumo, alcanzamos la cola del reciente embalse de El Atance, el cual vamos a rodear unos pocos metros viendo cómo entre los esqueletos crispados de chopos y sauces la vida remonta de nuevo el vuelo en alas de garzas y ánades. En seguida abandonamos la senda del embalse para tomar a la derecha el camino que nos lleva hasta Riofrío de los Llanos (waypoint 13)atravesando un frondoso encinar (waypoint 12).

Las salinas aportaron mucha riqueza a este territorio por su situación estratégica alejada de la costa y que proporcionó importantes rentas al obispado de Sigüenza, gran parte de sus monumentos, como la Catedral, fueron financiados por éstas. Su máximo apogeo fue durante el reinado de Carlos III quien supo modernizar la explotación, levantando estos preciosos ejemplos de arquitectura preindustrial, hoy huérfanos de sal pero que llegaron a convertirse en una de las salinas más importantes de España. La competencia de las salinas marinas a partir de la evolución de los medios de transporte hizo que cayeran en una progresiva decadencia que culminó con el abandono en 1985.

Thergueta