Hoz del Arroyo Marín, en Archidona

La circular de hoy transcurrirá por la hoz del río Marín, en Archidona. Lugar en el que existe un bosque autóctono de pino carrasco, siendo uno de los más importantes de la provincia con esas características.

Y ya, como su nombre indica, la "hoz", es un valle generalmente estrecho, limitado por paredes altas de roca, especialmente si forma el cauce de un río.

De la forma en curva le viene el nombre por semejanza la cavidad bucal, siendo así su etimología similar a la de garganta.

Ésta, se pueden originar por la dinámica fluvial, debido al descenso del nivel de base o por la erosión remontante del río principal o por fenómenos kársticos, producidos por la incisión de una corriente fluvial más la karstificación.

En general, los relieves tabulares favorecen la presencia de cañones profundos asociados a fracturas, como sucede con las gargantas en terrenos calizos o kasrsticos.

Con esto, ya podemos hacernos una pequeña idea de que la ruta, aunque la he calificado como "moderada", ya que así lo es en la mayoría de su recorrido, tiene tramos bastante complicados, tanto por el terreno, como por la vegetación abundante, alguna que otra trepadita, cruce de río o por su mismo cauce...

Comenzamos en el mismo pueblo de Archidona, y tras un tramo largo de bajada por carril, llegamos ya a la zona donde tomamos el primer contacto con el río Marín, afluente del Guadalhorce.

En un principio, la ruta transcurre por sendero, muy bien delimitado, con bastante vegetación a ambos lados, todo muy verde y, por la época en que estamos, una flora muy abundante. Lo que hace que la caminata se haga muy agradable y cómoda.

Este tramo de sendero, lo tendremos unos 4kms y, a partir de ahí, ya se comienza a complicar algo mas el recorrido.

El sendero se pierde y tendremos que ir improvisando el camino campo a través, o monte o, incluso por el río, el que tendremos que cruzar en varias ocasiones, buscando siempre un camino mas o menos adecuado, o tambien ir por su cauce en algunos tramos.

La alta vegetación y la abundante zarza de la zona, hace de la búsqueda del sendero, en ocasiones, una curiosa e intrépida aventura.

Todo esto hasta llegar a un punto donde el río se hace mas profundo y no podemos ir por él y, a ambos lados ya solo tenemos pared o cortado, justo ahí ya damos la vuelta, en su mayoría por el mismo sitio de ida, siguiendo el cauce del río, hasta el punto de partida.

Una ruta muy bonita, distraida, con algunos puntos, que sí que son mas complicadillos, pero que con cuidado y al ritmo que cada uno requiera, se puede hacer sin mayores problemas.

En definitiva, y sin ninguna duda: una rutita que merece el pequeño esfuerzo.