Hoz del Río Gritos y las ruinas romanas de Valeria. Anthercas

Accedemos desde Cuenca en dirección Arcas; pasando por Tórtola y Valeria, aparcamos en la explanada de una curva antes de llegar a Valeria de Abajo.

Tomamos bajo el Pico de La Muela (954 m), el sendero local Cuenca SL-03 dirección Valeria por la Hoz del Río Gritos, curso fluvial que se une al Río Júcar en el embalse de Alarcón; el recorrido presenta valores biológicos, geomorfológicos, paisajísticos y culturales; las aguas del Río Gritos circulan escoltadas por elevados escarpes y pronunciadas laderas cubiertas de romerales, lastonares, tomillares, salviares y aulagares.

Pasamos por el puente al otro lado de la carretera, seguimos el sendero entre choperas, almeces, sabinas negras, enebros, fresnos, alamedas y sauces que nos regalan estas espectaculares hoces calizas, donde nidifican algunas especies de aves rupícolas como halcón peregrino, alimoche, águila perdicera, chova piquirroja y búho real; las medidas de conservación emprendidas años atrás, han posibilitado la reciente colonización de la hoz por el buitre leonado.

El Río Gritos y los páramos áridos de Las Valeras, está declarados zonas ZEPA y distribuidos en tres ecosistemas definidos y asociados a comunidades diferentes: Estepario, ripario y rupícola.

En nuestro placentero recorrido, pasamos junto a una calera, vemos una isla arbórea en un mar de tierra, tomamos la fruta junto a un antiguo molino de grano, pisamos el puente romano de un solo ojo (siglo I y II d.C.) por donde transcurría una calzada romana; junto a una zona de roquedos se practica la escalada; cruzamos el puente sobre el río, iniciando la ascensión a la muela, donde se hallan las ruinas romanas de la ciudad de Valeria.

Un sendero acondicionado nos introduce en la Historia de esta ciudad, fundada en el 82 a.C. por el pretor Valerio Graco, alcanzó su máximo esplendor entre los siglos I y II d.C. Se hallaba bien comunicada con Ercávica y Segóbriga a través de la vía Complutum a Cartago Nova, siendo un ejemplo de ingeniería con su entramado para la provisión de aguas, con acueductos adaptados al relieve y depósitos aljibes.

Vemos la Casa de Adobes junto al Foro, integra tres ambientes; alacena, habitación y aljibe, en su planta baja era usada como almacén o cuadra. Entramos en una de las tres casas privadas excavadas: La Casa de Valentín, estuvo dotada de chimenea y despensa con escondite de ahorros, en el subsuelo disponía de una fresquera y un impluvio o estanque rectangular con fondo plano, diseñado para recoger agua de lluvia; esta vivienda se hallaba cerca del foro, en tiempos imperiales tuvo que ser importante, lo que se denominaba una Domus, acabó rebajada de categoría y finalmente incendiada.

En el centro del yacimiento se encontraba el Foro, rodeado de edificios públicos como la Basílica, el edificio Prebasilical o Domus Publica, el Criptopórtico y el edificio de la Exedra, que servía de culto imperial.

Pasamos de vuelta por la prolongación del Ninfeo (fuente ornamental de grandes proporciones) y la zona de las tabernas (tiendas); nos dirigimos por la zona sur del foro, para descender por las escaleras metálicas, donde se encuentran las cisternas que abastecían de agua las termas.

Subimos a ver los restos de muralla en el Cerro de Santa Catalina, protegía por la zona norte el conjunto medieval de Valeria, rodeamos iglesia y necrópolis, volviendo por los miradores, donde se halla una muestra del urbanismo rupestre: una casa colgada romana en una cornisa, precedente de las famosas Casas Colgadas de Cuenca.

Dejando las ruinas romanas, seguimos por la pista, para acortar campo través bajo un desprendimiento del Cerro de Santa Catalina, al sendero de vuelta a la salida.

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