Huelga Utrera - Cueva del Agua

Preciosa ruta y realmente espectacular si se realiza en otoño. En muchos momentos parece como si estuviéramos en uno de los bosques "mágicos" de la cornisa cantábrica. Acompañados siempre por el sonido del agua, ascendemos por el cañón del río Segura, contemplando las antiguas huertas (huelgas) que se suceden en terrazas. En las paredes del acantilado encontramos una cueva que podría ser un buen refugio en caso de lluvia inesperada. Más adelante nos detenemos en el impresionante mirador del cañón del río. En esta época, todo un cuadro impresionista que llama a la contemplación desde uno de los banquitos realizados con troncos. Tanto el tramo de senda anterior al mirador como el posterior, son sinuosos, con fuerte subida y bajada, en mal estado, siendo lo peor las piedras sueltas que hacen necesario un buen calzado y recomendable un par de bastones. Es lo peor de la ruta, una lástima que no se acondicione. Tras este tramo coronamos en una planicie en donde se encuentra el cruce que conduce hacia la cascada del Charco del Humo. La observamos desde arriba y dejamos para otra ocasión el descenso por la senda que hasta allí llega. Seguimos el camino y nos sorprenden las chorreras o duchas cuya agua desciende por un barranco que baja desde lo alto del acantilado, un lugar íntimo y delicioso, aunque en verano imaginamos que lo será aún más. Y por fin, más adelante, llegamos a la espléndida y enorme Cueva del Agua, en donde nace un arroyo que se desliza plácidamente por la cueva entre los restos de los muretes de piedra que antaño sirvieron para recoger a los rebaños. Desde allí retornamos por el mismo camino hasta la recoleta y preciosa aldea de Huelga Utrera, y en la abundante agua del pilón de su plaza, bajo un gigantesco nogal, nos refrescamos de la caminata de una ruta que nos ha encantado y a la que sin duda volveremos.