82. Huérmeces y el Sendero de Valdegoba

INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 56 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 454 metros (superior al que estima Wikiloc).


Ruta realizada el 8 de mayo de 2021 (publicada en Wikiloc el 5 de abril de 2022). Para su recorrido, seguimos básicamente, si bien con cierta libertad, las indicaciones y mapas en ‘Sendas de Burgos’ (http://sendasdeburgos.blogspot.com/2015/12/sendero-de-la-cueva-de-valdegoba.html).

No subimos a la cueva, al estar cerrada. Pero sí hicimos algunas variantes en los páramos a ambos lados del río Úrbel, al noroeste del pueblo de Huérmeces. También hicimos otro desvío al mirador sobre el Úrbel, subiendo desde Huérmeces (a 2 km), a la derecha, en un área rocosa elevada. Al parecer, había sido habilitado recientemente, a juzgar por lo nuevo del mobiliario. [Atención: en este mirador hicimos pequeñas des/re/trepadas innecesarias]. Igualmente, en el final del descenso hacia Huérmeces, en lugar de bajar a la carretera, seguimos la pista que pasa al lado de la ermita.

La ruta comienza en el mencionado pueblo de Huérmeces. Tras cruzar el río Úrbel, hay un cartel indicador del recorrido. Caminamos primero unos 500 metros paralelos al río, y luego ascendemos hasta un mirador sobre el valle, a la derecha. Bajamos ligeramente al vallejo conocido como Valdefrailes, por el que subimos por zona de semi-bosque hasta enlazar con el vallejo de Valdetope. Por él descendemos hasta el río, buscando un pequeño puente de paso. Tras un corto trecho por la carretera, pasamos bajo la Cueva de Valdegoba, e iniciamos el remonte a los páramos del lado oriental del valle. Nos acercamos a otro mirador desde ese lado. Finalmente, desde allí desmontamos pausadamente hasta la localidad origen de la ruta.

Se me ha quedado fija la idea de que el trayecto es un continuo ‘sube-y-baja’. Sin embargo, mirando el perfil, no lo parece tanto. No es duro físicamente, en absoluto; ni por las (leves) pendientes ni por el (buen) estado de los caminos o senderos. La orientación tampoco es difícil, pero siempre es mejor ir provisto de alguna ayuda técnica. Quizá, llegar y ascender al primer mirador, en el lado oeste del valle, sea lo más complicado (poco); no vimos sendero y hay que cruzar campo a través un tramo corto.

La ruta tiene múltiples atractivos. Destacaré dos tipos de ellos: los naturales y los culturales.

Por lo que concierne a los primeros, tenemos la hermosa vegetación primaveral, especialmente de las aulagas y las orquídeas, en las laderas y en los páramos, respectivamente; también aporta belleza paisajística la frondosidad del valle del río Úrbel. Destacaré las primeras: aulagas y orquídeas. Realmente, resulta agradable pasear entre ellas.

Las laderas y taludes, poblados de aulagas, exhiben un intenso y brillante amarillo. De cerca, siempre las había conocido espinosas y desfloradas, de un color entre verdoso y gris; mucho menos amistosas que en ese momento. Además, su presencia es tan densa y extendida que impregnan el ambiente de un olor como a miel; un perfume algo dulzón, embriagador, adormecedor.

Por su parte, los páramos se alfombran en esta época con pequeñas orquídeas multicolores. El yermo páramo, allí donde supuestamente no crece casi nada (craso error e ignorancia), produce una infinidad de carnosas orquídeas. El Geoparque de Las Loras, cuyos confines surorientales llegan hasta aquí, es prolífico en esta numerosa familia de plantas y sus complejas flores.

Por lo que respecta al complemento cultural, encontramos un exponente en la Cueva de Valdegoba y otro en el propio pueblo de Huérmeces. Me atrevo a destacar estos dos aspectos por su importancia, aun cuando ni a la primera accedimos ni en el segundo nos detuvimos (sólo de paso, cruzándolo; a pie).

La Cueva de Valdegoba se halla encaramada en una pared rocosa de difícil acceso. En ella se han encontrado restos paleolíticos, actualmente en el Museo Arqueológico de Burgos. Además de fósiles vegetales y animales, se han descubierto restos de individuos pertenecientes a la especie ‘homo neanderthalensis’, así como útiles de piedra. Al estar clausurada su entrada, no subimos, pero quisimos tener un momento de recuerdo para ese nuestro pasado.

Finalmente, tenemos la villa de Huérmeces, declarada ‘Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico’ por la Junta de Castilla y León. Sobresalen en ella, o sus aledaños, los palacios señoriales de los Arriaga-Salamanca y de los Fernández-Zorrilla. También, la Torre de los Padilla, la iglesia de San Juan Bautista, y la ermita de Nuestra Señora de Cuesta. En realidad, todo el conjunto urbano presenta un aspecto armonioso y bien conservado.

En suma, una bonita y fácil excursión relativamente cerca de la ciudad. En época primaveral, resulta particularmente placentera. Probablemente, en otoño también lo sea: el colorido de los páramos y laderas se habrá desvaído, pero habrá aumentado en el valle y los vallejos.