Huesa, el Madroñal,Tíscar, Cueva del Agua, Don Pedro, Belerda (Sierra de Quesada)
near Huesa, Andalucía (España)
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Itinerary description
Sorprendente ruta por el sector más meridional y quizá desconocido del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas y que se desarrolla en la conocida como Sierra de Quesada o Caballo de Quesada. La ruta parte de la localidad de Huesa, donde tenemos que buscar la calle Virgen de la Cabeza y la iglesia homónima, pues en sus inmediaciones parte un camino asfaltado por donde comenzaremos a caminar.
Tomamos el camino asfaltado, el cual en breves metros hacia el Noreste nos lleva a la cortijada de los Rincones. Seguimos ahora el camino sin asfaltar y vadeamos el arroyo de las Cerradillas. Seguimos siempre el camino principal, obviando otros que nos van saliendo y llevan a diversos cortijos y olivares. Pasamos por un área recreativa y el camino se mete bajo los espectaculares cortados surorientales del barranco. Las formaciones rocosas son impresionantes: altas paredes verticales, agujas y estrechos pasillos entre ellas hacen que fantaseemos con la posibilidad de ascender a lo alto de la Sierra por esos canutos.
El camino desaparece y sigue en la misma dirección como sendero. El trazado del sendero, el cual asciende hasta el collado del Madroñal, es una maravilla. Con un trazado zigzagueante gana altura sin demasiado esfuerzo, pasando por unos parajes de gran belleza, a la vez que ganamos grandes panorámicas de Huesa, el valle del Guadiana Menor y de Sierra Mágina. Nada más tomar el sendero, éste atraviesa un olivar, donde cuesta un poco seguir su trazado entre los bancales del mismo. Llegamos a una alberca pegada a un espolón rocoso y que se abastece a través de una acequia. A un lado de la acequia hay una covacha cerrada con una puerta y un poco más arriba una cascada.
Regresamos a la alberca y ascendemos otro tramo de olivar pegados a las peñas. Pronto retomamos de nuevo el sendero, ahora ya muy bien definido. El sendero pasa en varias ocasiones una valla tirada en el suelo y que no dificulta nuestro paso. Pasamos junto a otra cascada, ésta en roca toba. Un poco más arriba llegamos a una bifurcación de senderos y seguimos por el de la derecha, que está mucho más definido. Pasamos por unos estropeados tornajos de madera en lo que parece el nacimiento del arroyo de las Cerradillas. Seguimos ascendiendo y tras varios zigzags llegamos al collado del Madroñal, desde donde ya vemos la Sierra de Cazorla y la Cordillera de los Agrios.
Hacia el Este desciende el sendero en busca del cercano Puerto de Tíscar. Pero antes de llegar a dicho Puerto pasamos por la Fuente de las Carboneras y por un refugio. Una vez en el Puerto de Tíscar nos desviamos de nuestra ruta unos metros para visitar la Atalaya del Infante Don Enrique.
“La Atalaya del Infante Don Enrique es un vestigio histórico de gran relevancia junto al Castillo de Tíscar. Su función era la de vigilar el movimiento de tropas en el camino del reino nazarí de Granada en la época de la Reconquista. Es una construcción cristiana que se levanta sobre una altitud de 1.183 metros sobre el nivel del mar; mandada construir hacia el siglo XIII por el infante Don Enrique, hijo de Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X el sabio. Es de sección circular, construida con aparejo de mampostería regular y sillarejo, pudiendo acceder a su interior a través de un hueco situado a 3.50 metros del suelo, hoy día accesible gracias a una escalerilla metálica. Sobre la entrada dos escudos, uno de ellos ilegible y el otro perteneciente al Infante D. Enrique. En su interior se aprecian los mechinales donde se insertaron vigas para crear una planta intermedia construida en madera. El cierre de la torre se realiza mediante bóveda de media naranja. Esta torre cilíndrica poseía tres funciones principales: Defensiva, comunicativa y de vigilancia, empleando el fuego o el humo como aviso de peligro a las fortalezas circundantes, principalmente al Castillo de Tíscar. Desde lo alto dividamos la llanura de Pozo Alcón, Sierra Nevada y los valles del los ríos Extremera, Béjar y Majuela, hasta los pueblos de Baeza, Torreperogil, Úbeda, Santo Tomé, Villacarrillo e Iznatoraf.”
Texto extraído de la web “Quesada donde nace el Guadalquivir”:
http://quesadadondenaceelguadalquivir.es/index.php/patrimoniomennu/atalayamenu
Regresamos de nuevo hasta el Puerto de Tíscar, donde tomamos en GR-247 en su etapa 12 y que seguiremos hasta llegar a Belerda. Descripción que hace la topoguía de éste sendero de gran recorrido del tramo de la etapa 12 por el que caminamos en ésta ruta:
http://www.sierrasdecazorlaseguraylasvillas.es/gr247/index.php?option=com_k2&view=item&id=91:etapa-12-refugio-casa-forestal-collado-zamora-belerda&Itemid=315
“Nuestra ruta continúa por una pista olivarera, que alterna en tramos con camino de herradura en dirección suroeste. Caminamos en descenso y en dirección hacia otra atalaya, situada sobre la cresta rocosa de las Peñas Negras, destacando en el valle. En este recorrido cruzaremos en dos ocasiones la carretera A-6206, hasta llegar a la fuente del Vadillo, situada junto a un bar-restaurante. Allí cruzamos el Arroyo Vadillo y nos incorporamos a la citada carretera a 15,3 km del inicio.
Transitamos unos 300 metros por la carretera para desviarnos, hacia la izquierda, por la entrada a Tíscar, que significa paso entre montañas en lengua bereber. Un curioso túnel bajo una edificación da acceso a la pequeña plaza donde se ubica el santuario de Tíscar, donde también encontraremos varias fuentes. En el santuario destacan las puertas de acceso a la iglesia a través del atrio, la sacristía y pequeñas imágenes de terracota de la Virgen y los Evangelistas. Y justo arriba, por encima de la aldea, se ubica la atalaya, de difícil y peligroso acceso.
Después de la visitar Tíscar, saldremos por la otra entrada existente, y nos volvemos a incorporar a la carretera hacia la izquierda, justo donde se ubica un pequeño mirador sobre la cerrada que bajo nosotros ha formado el río Tíscar.
Acompañamos 200 metros la vía asfaltada para desviarnos posteriormente hacia la derecha, siguiendo una señal que indica «Monumento Natural Cueva del Agua». Dejamos la pista asfaltada de acceso a la cueva a escasos 100 metros, para continuar por pista olivarera de tierra hacia la izquierda. Una pequeña era circular bajo nosotros nos indica el camino a seguir.
En este punto debemos hacer un alto obligado y realizar un pequeño desvío para visitar la impresionante Cueva del Agua. Hay que continuar la pista asfaltada 100 metros más, y después un pequeño túnel peatonal de 10 metros de largo y un metro de altura da acceso a la gruta. En ella se observan caprichosas formas de piedra, entre saltos y pozas de agua, con una vegetación rupícola característica y exuberante. Cuenta la leyenda que, durante la época musulmana, los cristianos tenían gran interés en recuperar este paraje por haber sido escenario de una aparición de la Virgen. Por ello los moros arrojaban su imagen desde la torre a la cerrada del río, pero la imagen volvía a aparecer una y otra vez. Cansados de ello, su jefe, Mahomad Andón, la rompió en pedazos, pero cuando los cristianos conquistaron el castillo misteriosamente la Virgen volvió a aparecer.
Don Pedro. Accedemos a esta aldea por su parte alta. Es muy pequeña y algo dispersa, en torno a una única calle principal cementada descendente. Recibe su nombre en honor al infante Don Pedro, tío de Alfonso XI, quien en 1319 conquistó la fortaleza hispanomusulmana de Tíscar. Con menos de cien habitantes y rodeada de olivares de montaña, sus vecinos parecen haber detenido el tiempo y mantienen un fuerte arraigo a sus costumbres y tradiciones. Por pista cementada descendemos entre olivares, dejando a la derecha el llamado Pilón Azul, lugar de seres mágicos y leyenda, que se ubica justo donde se abre el barranco, donde una encantadora cascada precipita las aguas del río Tiscar sobre una poza, originando un placentero frescor y una singular zona de baño durante el estío.
Más tarde, la pista cementada discurre muy cerca del río Tíscar y en paralelo al mismo. Dejamos hacia la derecha una entrada a La Mendoreja, pequeña cortijada a mitad de camino entre Don Pedro y nuestro final de etapa, que es Belerda. Está enclavada bajo el abrigo de grandes paredones rocosos y es una de las aldeas más pintorescas y acogedoras de toda la zona. Es también punto de partida de la siguiente etapa del sendero Bosques del Sur, que parte hacia la izquierda, a escasos 100 metros del final de esta.”
Solo resta para cerrar ésta ruta circular, caminar por la parte más tediosa del recorrido. Se trata de unos 5 kilómetros de asfalto, por la carretera que une a Huesa con Belerda. Carretera ésta, eso sí, tranquila, sin apenas trafico y que bordea la zona meridional de la Sierra de Quesada. En éste tramo disfrutamos de grandes y extensos paisajes: Pozo Alcón , la Sierra del Pozo, el valle del Guadiana Menor, los Picos del Guadiana, Sierra Mágina, la zona semi árida del Sureste Jiennense, Sierra de Baza, Sierra Arana, Sierra Nevada...
Tomamos el camino asfaltado, el cual en breves metros hacia el Noreste nos lleva a la cortijada de los Rincones. Seguimos ahora el camino sin asfaltar y vadeamos el arroyo de las Cerradillas. Seguimos siempre el camino principal, obviando otros que nos van saliendo y llevan a diversos cortijos y olivares. Pasamos por un área recreativa y el camino se mete bajo los espectaculares cortados surorientales del barranco. Las formaciones rocosas son impresionantes: altas paredes verticales, agujas y estrechos pasillos entre ellas hacen que fantaseemos con la posibilidad de ascender a lo alto de la Sierra por esos canutos.
El camino desaparece y sigue en la misma dirección como sendero. El trazado del sendero, el cual asciende hasta el collado del Madroñal, es una maravilla. Con un trazado zigzagueante gana altura sin demasiado esfuerzo, pasando por unos parajes de gran belleza, a la vez que ganamos grandes panorámicas de Huesa, el valle del Guadiana Menor y de Sierra Mágina. Nada más tomar el sendero, éste atraviesa un olivar, donde cuesta un poco seguir su trazado entre los bancales del mismo. Llegamos a una alberca pegada a un espolón rocoso y que se abastece a través de una acequia. A un lado de la acequia hay una covacha cerrada con una puerta y un poco más arriba una cascada.
Regresamos a la alberca y ascendemos otro tramo de olivar pegados a las peñas. Pronto retomamos de nuevo el sendero, ahora ya muy bien definido. El sendero pasa en varias ocasiones una valla tirada en el suelo y que no dificulta nuestro paso. Pasamos junto a otra cascada, ésta en roca toba. Un poco más arriba llegamos a una bifurcación de senderos y seguimos por el de la derecha, que está mucho más definido. Pasamos por unos estropeados tornajos de madera en lo que parece el nacimiento del arroyo de las Cerradillas. Seguimos ascendiendo y tras varios zigzags llegamos al collado del Madroñal, desde donde ya vemos la Sierra de Cazorla y la Cordillera de los Agrios.
Hacia el Este desciende el sendero en busca del cercano Puerto de Tíscar. Pero antes de llegar a dicho Puerto pasamos por la Fuente de las Carboneras y por un refugio. Una vez en el Puerto de Tíscar nos desviamos de nuestra ruta unos metros para visitar la Atalaya del Infante Don Enrique.
“La Atalaya del Infante Don Enrique es un vestigio histórico de gran relevancia junto al Castillo de Tíscar. Su función era la de vigilar el movimiento de tropas en el camino del reino nazarí de Granada en la época de la Reconquista. Es una construcción cristiana que se levanta sobre una altitud de 1.183 metros sobre el nivel del mar; mandada construir hacia el siglo XIII por el infante Don Enrique, hijo de Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X el sabio. Es de sección circular, construida con aparejo de mampostería regular y sillarejo, pudiendo acceder a su interior a través de un hueco situado a 3.50 metros del suelo, hoy día accesible gracias a una escalerilla metálica. Sobre la entrada dos escudos, uno de ellos ilegible y el otro perteneciente al Infante D. Enrique. En su interior se aprecian los mechinales donde se insertaron vigas para crear una planta intermedia construida en madera. El cierre de la torre se realiza mediante bóveda de media naranja. Esta torre cilíndrica poseía tres funciones principales: Defensiva, comunicativa y de vigilancia, empleando el fuego o el humo como aviso de peligro a las fortalezas circundantes, principalmente al Castillo de Tíscar. Desde lo alto dividamos la llanura de Pozo Alcón, Sierra Nevada y los valles del los ríos Extremera, Béjar y Majuela, hasta los pueblos de Baeza, Torreperogil, Úbeda, Santo Tomé, Villacarrillo e Iznatoraf.”
Texto extraído de la web “Quesada donde nace el Guadalquivir”:
http://quesadadondenaceelguadalquivir.es/index.php/patrimoniomennu/atalayamenu
Regresamos de nuevo hasta el Puerto de Tíscar, donde tomamos en GR-247 en su etapa 12 y que seguiremos hasta llegar a Belerda. Descripción que hace la topoguía de éste sendero de gran recorrido del tramo de la etapa 12 por el que caminamos en ésta ruta:
http://www.sierrasdecazorlaseguraylasvillas.es/gr247/index.php?option=com_k2&view=item&id=91:etapa-12-refugio-casa-forestal-collado-zamora-belerda&Itemid=315
“Nuestra ruta continúa por una pista olivarera, que alterna en tramos con camino de herradura en dirección suroeste. Caminamos en descenso y en dirección hacia otra atalaya, situada sobre la cresta rocosa de las Peñas Negras, destacando en el valle. En este recorrido cruzaremos en dos ocasiones la carretera A-6206, hasta llegar a la fuente del Vadillo, situada junto a un bar-restaurante. Allí cruzamos el Arroyo Vadillo y nos incorporamos a la citada carretera a 15,3 km del inicio.
Transitamos unos 300 metros por la carretera para desviarnos, hacia la izquierda, por la entrada a Tíscar, que significa paso entre montañas en lengua bereber. Un curioso túnel bajo una edificación da acceso a la pequeña plaza donde se ubica el santuario de Tíscar, donde también encontraremos varias fuentes. En el santuario destacan las puertas de acceso a la iglesia a través del atrio, la sacristía y pequeñas imágenes de terracota de la Virgen y los Evangelistas. Y justo arriba, por encima de la aldea, se ubica la atalaya, de difícil y peligroso acceso.
Después de la visitar Tíscar, saldremos por la otra entrada existente, y nos volvemos a incorporar a la carretera hacia la izquierda, justo donde se ubica un pequeño mirador sobre la cerrada que bajo nosotros ha formado el río Tíscar.
Acompañamos 200 metros la vía asfaltada para desviarnos posteriormente hacia la derecha, siguiendo una señal que indica «Monumento Natural Cueva del Agua». Dejamos la pista asfaltada de acceso a la cueva a escasos 100 metros, para continuar por pista olivarera de tierra hacia la izquierda. Una pequeña era circular bajo nosotros nos indica el camino a seguir.
En este punto debemos hacer un alto obligado y realizar un pequeño desvío para visitar la impresionante Cueva del Agua. Hay que continuar la pista asfaltada 100 metros más, y después un pequeño túnel peatonal de 10 metros de largo y un metro de altura da acceso a la gruta. En ella se observan caprichosas formas de piedra, entre saltos y pozas de agua, con una vegetación rupícola característica y exuberante. Cuenta la leyenda que, durante la época musulmana, los cristianos tenían gran interés en recuperar este paraje por haber sido escenario de una aparición de la Virgen. Por ello los moros arrojaban su imagen desde la torre a la cerrada del río, pero la imagen volvía a aparecer una y otra vez. Cansados de ello, su jefe, Mahomad Andón, la rompió en pedazos, pero cuando los cristianos conquistaron el castillo misteriosamente la Virgen volvió a aparecer.
Don Pedro. Accedemos a esta aldea por su parte alta. Es muy pequeña y algo dispersa, en torno a una única calle principal cementada descendente. Recibe su nombre en honor al infante Don Pedro, tío de Alfonso XI, quien en 1319 conquistó la fortaleza hispanomusulmana de Tíscar. Con menos de cien habitantes y rodeada de olivares de montaña, sus vecinos parecen haber detenido el tiempo y mantienen un fuerte arraigo a sus costumbres y tradiciones. Por pista cementada descendemos entre olivares, dejando a la derecha el llamado Pilón Azul, lugar de seres mágicos y leyenda, que se ubica justo donde se abre el barranco, donde una encantadora cascada precipita las aguas del río Tiscar sobre una poza, originando un placentero frescor y una singular zona de baño durante el estío.
Más tarde, la pista cementada discurre muy cerca del río Tíscar y en paralelo al mismo. Dejamos hacia la derecha una entrada a La Mendoreja, pequeña cortijada a mitad de camino entre Don Pedro y nuestro final de etapa, que es Belerda. Está enclavada bajo el abrigo de grandes paredones rocosos y es una de las aldeas más pintorescas y acogedoras de toda la zona. Es también punto de partida de la siguiente etapa del sendero Bosques del Sur, que parte hacia la izquierda, a escasos 100 metros del final de esta.”
Solo resta para cerrar ésta ruta circular, caminar por la parte más tediosa del recorrido. Se trata de unos 5 kilómetros de asfalto, por la carretera que une a Huesa con Belerda. Carretera ésta, eso sí, tranquila, sin apenas trafico y que bordea la zona meridional de la Sierra de Quesada. En éste tramo disfrutamos de grandes y extensos paisajes: Pozo Alcón , la Sierra del Pozo, el valle del Guadiana Menor, los Picos del Guadiana, Sierra Mágina, la zona semi árida del Sureste Jiennense, Sierra de Baza, Sierra Arana, Sierra Nevada...
Waypoints
Summit
4,788 ft
Cerro del Caballo de Quesada o de las Carboneras
Summit
4,625 ft
Cerro del Madroñal
Summit
4,133 ft
Cumbres de Poyatos
Comments (4)
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Ruta chulisima!!! Zona virgen del parque de Cazorla
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Ruta muy completa y bien informada. Gracias por compartirla.
Rutón, Alexander. No me extrañaba que buscando sobre los Picos del Guadiana, haya encontrado esta maravilla. Eso sí, de los Picos del Guadiana no he encontrado nada...
Hola, mañana quisiera hacer esta ruta. Lloverá un poco.no se si es peligrosa con todo mojado o no. Y q nivel tiene de peligroso