Huma, por la falla del Gran Gaitán, arista este y Tajos del Puntal (Paraje Natural del Desfiladeros de los Gaitanes)

Falla del Gran Gaitán_Huma por la arista de los Nichos de San Cristóbal, dorsal este y Tajos del Puntal (Sierra de Huma)

Quizás una de las cumbres a las que tenemos un aprecio singular, una de esas primeras cumbres retadoras cuando despertábamos el apetito de subir al monte y que por sentido nos invitaba a una nueva incursión en el complejo de las Sierras del Chorro. Pero hoy aventuramos un nuevo ascenso, trepidante, y que nos muestra la versión vertical de ascenso a cumbre.
Travesía de ascenso al Huma, recorriendo íntegramente su dorsal este desde la falla del Gran Gaitán y la arista de los Nichos de San Cristóbal o los Tres Techos. Cerramos la circular, en evasiva, por su dorsal oeste hasta las verticales de los Tajos del Cortijo del Puntal y la trialera de la Haza del río. Nos movemos en el Paraje Natural del Desfiladero de los Gaitanes… comenzamos¡¡¡

Cuando el menguado Embalse del Chorro nos abre el día en el paraje de El Chorro, la primera mirada apunta directa a los paredones de la falla del Gran Gaitán. Apuntando a su arista, adivinando el paso sobre la vertical para ganar la divisoria de los Nichos de San Cristóbal.
Antes, acomodados primero por sendero de acceso sur al Caminito del Rey, nos acercamos al paso por el cerro de la Majada de la Cebolleta y el Mirador del Gran Gaitán, aquí dejamos atrás el trecho civilizado, lo demás está por venir.

Ya desde lejos traemos marcada la entrada a la pared de la falla, una amplia diagonal en repisa que nos regala una aproximación y vistas de infarto sobre el afilado espolón de la falla. Abajo, retraídas en el cañón del Gran Gaitán, las pasarelas del Caminito de Rey hacen crecer aún más si cabe la sensación de vértigo.

Ganado este cuchillar de estratos afiliados a la verticalidad damos la espalda al vacío y apuntamos al remonte de la dorsal. Salvando un corto cresteo y la canal que se precipita hacia el cañón viramos ya para tocar roca encaramados a la arista que arranca sobre los Nichos de San Cristóbal. Roca viva, aérea y divertida la que iremos sumando hasta el paso natural entre la Cañada de las Pedreras y el Valle del Hoyo.

Al norte, tras la muralla del Tajo de los Ballesteros, van asomando las azuladas aguas de los Embalses del Guadalhoce. Encaramos de nuevo la arista, continuamos ganándole terreno sobre la divisoria, algo rota pero permisiva para un cresteo limpio. Tocamos tierra en un remanso del espinazo oriental del Huma, preludio de un nuevo episodio aéreo.

Nuevo envite calizo, traza escalonada para colocarnos en su nivel superior, trecho de trepadas y voladizos que nos obligan a leer cada tentativa para enlazar la única vía asequible en travesía.
Superando las expectativas, inmersos en la verticalidad de la arista, asomamos al fin la cabeza sobre los metros de dorsal que nos separan de cumbre. Aquí la exposición de volatiliza, la arista se amilana y nos agiliza los movimientos. Trámite en ascenso para enlazar a medio camino con el sendero de subida al Huma, nos acoplamos a la oficialidad hasta tocar cumbre.

Junto al vértice nos reponemos del km vertical de ascenso y planeamos el descenso, vamos a probar. Continuamos sin perder rumbo al este, sobre el papel dos espigones arrancan de la meseta del Huma para tocar fondo en el camino que rodea la sierra. Vamos bajando y vamos viendo, por ahora una pedrera implacable a donde apuntemos.

Va volcando la sierra y, con lo visto, nos decantamos en ir virando al sur y enfilar el fuerte descenso que nos lleva al roquedo aislado de los Tajos del Cortijo del Puntal. Toca algún destrepe y baile sobre roca antes de intuir su caída. No queda otra que descolgarnos por su flanco y comernos unas decenas de metros de un trabado descenso por la vaguada que nos saca de la sierra.

Cerramos el trazado, en puro trámite travesero, por la traza de las Gran Senda de Málaga inmersos en el pinar de la Haza del Río.

Nos vemos en las montañas.

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