I Épora Trail (entrenamiento)

Recorrido previsto para la I Épora Trail que se celebrará en Montoro en noviembre de 2021. La carrera parte desde la Plaza de Toros y baja por la Avda. Andalucía hasta el parque. Después se baja hasta el río, para cruzarlo por el puente de madera. Inmediatamente después, se deja el camino para bajar al río y bordear el pequeño jardín botánico de Montoro. El track vuelve a la ribera del río, pasando por debajo del histórico Puente de las Donadas, rojo debido a la piedra molinaza con la que fue fabricado. Esta parte podría ser mucho más atractiva de lo que es, porque hoy había gran cantidad de basura acumulada. Además, la maleza de ribera no deja ver el pueblo y tampoco eres consciente de que estás haciendo el precioso meandro con el que el Guadalquivir abraza a Montoro. El camino sigue paralelo al río hasta que pasa por debajo del puente nuevo, al cual nos aupamos para volver a cruzar el Guadalquivir.

Después del puente comienza el primer repecho importante de la ruta, pero como es por las calles del pueblo, el agarre es bueno y puede hacerse a buen ritmo. La calle del Cerrillo muere en una pequeña plazoleta que sirve de aparcamiento para los vecinos. Desde ella, bajamos hasta el río en la primera bajada técnica de la carrera, corta e intensa. Una vez abajo, seguimos paralelos al río por la ribera izquierda en esta ocasión, hasta que subimos por la carretera que nos lleva a la EDAR, con el consiguiente mal rato para nuestra pituitaria. Viramos a la derecha para coger durante unos metros el GR48, por el que volveremos, por nos volvemos a desviar a la derecha para bajar a un sendero que bordea un olivar y que nos devuelve, quizá, los mejores paisajes de la ruta, con el Guadalquivir como protagonista. Después de varios km, el track gira bruscamente hacia un olivar con alta pendiente. Esta primera subida puede complicarse mucho en mojado, tanto que estimo que sin cuerda es difícilmente viable (en estas condiciones, la dificultad técnica de la ruta pasaría a moderada). La ruta, aún no correctamente señalizada, se convierte en un laberinto por el olivar, por el que me perdí varias veces. En esta parte se vence la mayor parte del desnivel de la ruta. Al salir del olivar ya no hay pérdida. Subimos entre cortijos hasta llegar de nuevo al GR48, el que cual no abandonaremos hasta el final. Este tramo pasa por la calzada romana Vía Augusta, perfectamente conservada durante algunos cientos de metros. Terminada la calzada, llegamos al pueblo y al poco a la Plaza de Toros, inicio y fin de esta carrera.