Ibón de Catieras y Dedo de Yenefrito, desde pista de La Ripera, Panticosa

Ascensión al Ibón de Catieras

Ruta de senderismo en verano y principios de otoño, que recorre el barranco de Yenefrito hasta la mitad mas o menos, para salir de éste por la izquierda en busca de uno de los ibones más alejados y poco visitados del Pirineo.
El punto de partida se sitúa en una gran esplanada a poco de iniciar al pista de La Ripera, en las inmediaciones del llamado "merendero de Panticosa".

PARA LLEGAR AL INICIO DEL TRACK:

Partiendo de la rotonda existente en la entrada de Panticosa pueblo, deberemos ir dirección al Balneario; a 2,1 km. de la rotonda encontraremos un desvío a la derecha sin indicaciones que le pongan nombre. Se trata de la pista de La Ripera, recorremos por ella 550 metros y estaremos en la citada esplanada, donde podemos estacionar el coche ya que es perfectamente accesible a turismos de todo tipo.

DESCRIPCIÓN:

Comenzamos andando al Sur por la pista principal, como sigue sin haber indicaciones nos daremos cuenta por la barrera que hay a solo 50 m. ó porque es la que parte más arriba. Este camino únicamente es accesible a vehículos autorizados, entre los que está el trenecito turístico de Panticosa: https://www.trendepanticosa.com/


Por el camino ancho, limpio y arreglado andaremos nada menos que 4,2 km. hasta el puente sobre el barranco del río Aulot, lo cruzamos y seguimos el camino hasta el desvío a la izquierda señalizado al ibón de Catieras, en total 4,6 km. que de vuelta repetiremos, pues no hay otra manera de hacerlo excepto el trenecito que sale demasiado tarde.
Serán pues 9 km. de pesada pista que convierten esta ruta en algo más que una sencilla excursión.
Ojalá el Ayuntamiento o la empresa responsable algún día den acceso a vehículos previo pago de tasa o bien pongan un trenecito más de madrugada para montañeros, no sé pero sobre las 7,00 h. estaría muy bien.

Hecha esta explicación, podemos considerar que iniciamos la verdadera ascensión en el desvío al ibón de Catieras. En este cruce tomamos un camino que inmediatamente se convierte en sendero, atravesamos unas praderas repletas de flores salpicadas de arbustos o árboles que parecen puestos a modo de decorado. El valle asciende fuertemente y la senda es fácil de seguir pese a que la hierba y las flores casi la cubren. Si andamos a buen paso y aprovechando la fresca matutina, en 40 minutos podemos alcanzar el collado de de Yenefrito, en el que apenas nos detuvimos a beber e inmediatamente acometer lo mas duro.

Desde el collado seguimos el valle por la margen izquierda orográfica, haremos como una media ladera entre más y más prados maravillosos pasando junto al refugio de Yenefrito (que a la subida no vimos, absortos ente tanto verdor y tantas flores) y acercándonos al barranco que nos atrae con su abundante caudal.

Pronto nos damos cuenta que a la altura del refugio hemos dejado el sendero principal un poco a la derecha, no obstante hay otra senda en la margen del río y recuperamos enseguida la principal pasado un gran caos de rocas y grandes bloques.

Un poco mas de ascenso hasta que el caminito vuelve a llanear, a la izquierda vemos el arroyo que baja del ibón de Catieras. Rebasado ese punto seguiremos las balizas que aunque algo escasas y pintadas de un color violeta muy poco visible son la única referencia. Al poco hallamos un paso sobre el cauce compuestopor algunas rocas grandes y una pasarela metálica. Aprovechamos este buen paso para evitar mojar los pies, cuidado porque puede ser resbaladizo.

A partir de este paso toca ascender al nordeste por fuertes pendientes cubiertas de prados de hierba y flores (qué preciosidad de prados de alta montaña) prestando atención de nuevo a las escasas balizas. Delante un poco a la derecha tenemos un grandísimo espolón de roca que deberemos sortear por su cara sur (derecha), de eso se encarga la senda que con una estupenda traza en grandes lazadas, permite superarlo sin complicacones. Encararemos finalmente al norte hacia una visible brechita por la que se accede a una especie de collado. Es tamos en lo alto de ese espolón aparentemente infranqueable.

Pasado el collado, haremos una media ladera por terreno casi sin vegetación, ganando poco desnivel. Este lugar con nieve helada sería de gran dificultad por la pendiente o caída a la izquierda, así que no lo encuentro un recorrido aconsejable en invernal salvo que se tenga mucha experiencia.

Superada esta última dificultad accederemos al Ibón de Catieras por su desagüe natural, en forma de brecha.

Magnífico panorama del gran lago circundado de altivas cumbres como el Baldairán, el pico Catieras o los picos Ferreras. Descubrimos gran cantidad de ranas muertas en el fondo del agua, como hace unos días en los ibones de Ordicuso. Según he podido averiguar, la causa sería un virus muy potente que está afectando a casi todo el Pirineo.

Hacemos un largo receso y desandamos el precioso recorrido sin entretenernos demasiado, ya que el calor comienza a hacer efecto.


Dedicamos unos minutos a acercarnos al maravilloso mirador del Dedo de Yenefrito o "Dedo de Dios", donde nos hicimos las fotos de rigor. Este punto está señalizado, la senda es corta y parte del collado de Yenefrito. Vale la pena visitarlo por su sorprendente belleza.