Ibón de Gorgutes, desde Hospital de Benasque

El diseño inicial era de una ruta desde el Hospital de Benasque hasta el ibón de Gorgutes y el Puerto de la Glera. Este Puerto fue durante siglos el paso de montaña más importante comunicando las tierras al sur y norte del Pirineo, y a través de él se realizaba buena parte de los intercambios comerciales y de los desplazamientos humanos y animales en esa época, siendo sustituído en esas funciones, ya a mediados del siglo XIV, por el Puerto de Benasque.
Esa ruta tuvo que ser acortada al encontrarnos una espesa niebla en la zona del ibón de Gorgutes, desde donde una breve subida nos hubiera colocado en el Puerto. La densa niebla impedía ver los alrededores (de hecho, a unos pocos metros del agua no la veíamos).
Esta ruta era parte de una jornada dividida en dos, de las que la primera, realizada por la mañana, transcurrió por las cascadas de Ardonés, en Cerler, mientras la prevista para la tarde es la que se presenta aquí. Nada hacía presagiar al comenzar la ruta que nos íbamos a encontrar una niebla tan importante después, pero a medida que ascendíamos comenzaron a entrar nubes al principio blancas, y luego ya más oscuras y en cuestión de minutos nos quedamos casi a oscuras. Buen recuerdo de que el tiempo en Pirineo, al igual que en otras zonas de montaña, cambia con rapidez y de que uno tiene que estar preparado para afrontar esos cambios (sobre todo en cuanto a calor/frío y lluvia/nieve).
Para llegar al punto de partida, desde Benasque, solo hay que tomar la carretera que pasa por Baños de Benasque y el Antiguo Hospital de Benasque y seguirla hasta el final. Allí, donde se acaba la carretera, se encuentran unos pivotes metálicos y al otro lado se encuentran las señales de inicio del sendero.
Este lugar está situado a muy poca distancia de los restos del antiguo Hospital, construido en la Edad Media por los Caballeros de la Orden de San Juan del Hospital para auxiliar a los que cruzaban las montañas en la época. El significado de hospital era distinto del que le damos actualmente; más que cuidar enfermos, sus funciones eran las de atender a los caminantes, a los que se daba alojamiento y comida, y se podían quedar el tiempo necesario para curarse de sus heridas y llagas. El primer hospital, cuyas ruinas están justo debajo del punto de inicio, fue construido hacia 1172, en el siglo XII, y de él quedan escasas ruinas, siendo más ostensibles las de la capilla de San Salvador, también del siglo XII, y vecinas a las del hospital. Posteriormente el hospital fue reconstruido en dos ocasiones, cada vez más hacia el este, estando los edificios del actual Hotel de Llanos del Hospital sobre los restos más recientes.
Desde el lugar de inicio, el sendero sigue en dirección norte, ascendiendo rápidamente por un sendero bastante agresivo, con algunas zonas inundadas, paras salvar un desnivel de unos 300 metros antes de alcanzar el barranco de Gorgutes, por cuya aigüeta bajaba una buena cantidad de agua. Tras cruza el barranco, el sendero sigue ascendiendo con buen desnivel para salvar otros casi 250 metros por la Solana de Gorgutes en busca del Pico de la Montañeta. Al llegar aquí deberíamos haber visto un hermoso y gran ibón, pero en su lugar nos encontramos con la niebla. Seguimos adelante hasta alcanzar el nivel del agua, sin apreciar su existencia hasta muy pocos metros antes de llegar a ella, y decidimos dar por finalizada la ruta a este nivel, al no apreciar tras varios minutos que las condiciones mejorasen notablemente y también por miedo a que la niebla siguiese bajando y dificultase nuestra vuelta al punto de inicio.
La vuelta transcurrió por el mismo camino de subida, sin más inconveniente que el dolor de rodilla que apareció en el empinado descenso y que, con analgésicos y una buena rodillera, no impidió seguir con el resto de programa senderista.
La ruta, aunque incompleta, es una verdadera ruta de alta montaña, con longitud y desnivel acumulado medianos, excelentes vistas al maravilloso paisaje del valle de Benasque y un trazado bastante agresivo, que hace impropia esta ruta para personas con problemas de movilidad o mal estado físico. Con el problema de rodilla de ese día, la ruta me pareció algo complicada y por eso la he valorado como difícil, aunque la calificación de moderada también sería aplicable para la mayoría de posibles visitantees. Aunque no hay zonas que se puedan considerar peligrosas, la irregularidad de suelo hace no recomendable la ruta para niños pequeños salvo cuidado responsable adecuado; en mi opinión la parte más problemática es la inicial, siendo la parte alta relativamente fácil. No hay protección contra el calor o el sol en buena parte del recorrido. Buen calzado de montaña, agua suficiente, bastones y algo de comida son recomendaciones lógicas. Hice esta ruta hace años con nieve, y no recuerdo dificultades especiales en esas condiciones, aunque probablemente mi percepción de dificultad era diferente entonces.