IGUESTE DE SAN ANDRÉS - SEMÁFORO - LA ATALAYA - PLAYA Y BARRANCO DE ANTEQUERA (CIRCULAR)

En la tercera de nuestras aventuras chicharreras, acompañados por Manolo, vamos a seguir principalmente el track de Toni pero en sentido contrario, dejando además a un lado las visitas al Pico Semáforo y a la Playa Zapata. Manolo, gran conocedor del lugar, nos va a guiar en todo momento además. Aparcamos el coche casi al final de la carretera en Igueste de San Andrés y comenzamos a descender en dirección a la Iglesia de San Pedro Apóstol. A continuación comenzamos a subir en dirección al cementerio pero enseguida nos desviamos a la izquierda para ir acercándonos poco a poco al Semáforo de Igueste. Se trata de un camino empedrado de bastante desnivel que nos lleva, a través de múltiples revueltas, hasta una bifurcación que dejamos a nuestra izquierda para descender hasta el Semáforo, una antigua construcción, totalmente abandonada, junto a la estación de señalización marítima que funcionó desde su construcción, entre 1880 y 1885, hasta 1971. Visitamos el lugar y regresamos sobre nuestros pasos en continuo ascenso hasta la bifurcación que ahora cogemos a la derecha para ir poco a poco acercándonos hasta Casa de los Atalayeros. Obviamos la ascensión al Pico Semáforo y comenzamos el arduo descenso por el Barranco de Zápata. Tras la visita de ayer al Teide, nuestras piernas están realmente fatigadas y el descenso, además de pronunciado, resulta muy arduo ya que las sendas de Anaga no dejan nunca un respiro. Llegando casi al final de barranco, obviamos también la visita a la Playa de Zápata pero nos perdemos un poco por una senda que bordea la montaña pero a demasiada baja altura. Manolo se da cuenta y sube un poco monte a través buscando el sendero original, yo le sigo finalmente, no sin cierto esfuerzo. Finalmente, de, nuevo en el sendero, vamos bordeando la montaña por un sendero bastante aéreo con impresionantes vistas tanto de la Playa de Zápata como de la de Antequera y después de un pronunciado descenso accedemos por fin a la Playa de Antequera, uno de esos lugares que siempre había querido visitar desde que conocí su existencia en los lejanos tiempos en los que viví en Tenerife. Manolo decide darse un baño mientras yo exploro la parte más septentrional de la playa, las casas medio derruidas y el antiguo muelle que ahora utiliza para atracar el Water-Taxi (existe la opción de regresar por mar a Igueste de San Andrés y así obviar la subida por el Barranco de Antequera). Después de recuperar unas pocas fuerzas en la paradisiaca playa, comenzamos el arduo ascenso por el Barranco de Antequera, un lugar de inusitada belleza donde incluso nos encontramos con algunas cabras. Hace bastante calor y la subida es intensa pero las estampas de los alrededores nos cautivan totalmente. Una vez arriba, damos un pequeño rodeo para finalmente enganchar el sendero de bajada que de nuevo resulta bastante arduo y donde hay que abrir bien los ojos para evitar cualquier resbalón. Poco a poco vamos descendiendo hasta acceder finalmente a una pista asfaltada que en un par de largos kilómetros nos va a devolver al punto de partida y al coche en Igueste de San Andrés. La segunda de nuestras aventuras por Anaga resulta de lo más placentera, eso sí, bastante dura. La califico de difícil por el desnivel acumulado y por algunos tramos en el descenso del Barranco de Zápata que no son aptos para todos los públicos. Se hace necesario llevar bastante agua y guardar fuerzas para la subida final de Barranco de Antequera, la más larga y con más desnivel de toda la ruta. Gracias a Manolo por guiarnos en todo momento y una más que animada charla sobre tantas y tantas cosas (22-06-2022).