Igueste. Tagarga. Bailadero

Atención:
- Esta excursión forma parte de un conjunto de cuatro excursiones entre el barranco de San Andrés y el barranco de Igueste por las lomas de los barrancos de Valleseco, El Balayo y Tagarga
- Risco de San Andrés
- Lomo Bujero - Barranco Balayo - Riscos de San Andrés - Suculun
- Barranco Tagarga - Igueste
- Igueste - Tagarga - Bailadero
- Debido a los cielos grises y lo esforzado de las rutas mis fotografías apenas reflejan la belleza de estos parajes
- Los topónimos los obtengo del Mapa Topográfico Integrado del visor web del Gobierno de Canarias (Grafcan)
- Los tracks son orientativos, no uso ningún dispositivo gps durante las travesías, esta dificultad añadida hace que todas sean de nivel Experto. Los tracks los compongo, a posteriori, con el Mapa Topográfico Integrado, también uso los mapas de openstreetmap.org, los del Instituto Geográfico Nacional y los de la editorial Alpina.
- Puede acceder a más excursiones en mi página web “El Aventurero Doméstico de Tenerife” en la dirección https://sites.google.com/view/adotf

• Excursión 1504. 17 Agosto de 2023. Jueves.
Igueste. Tagarga. Bailadero
Municipios: Santa Cruz
ENP: Parque Rural de Anaga
De 10.05 a 18h. De 40 a 575 a 525 a 700 a 760 a 780 a 540m.
Distancia: 11,8k. Duración: 7h 55m.

Con la ola de calor remitiendo me decido a hacer un recorrido que intenté hace poco, hace dos meses (excursión 1486). Se trata de recorrer las crestas de una loma, una loma que empieza cerca de Igueste, pasa varios picos (Los Tosconillos, Montaña de Tagarga, Riscos de la Longuera, Chifaque), baja a varias degolladas afiladas, y termina cerca de la Montaña Pelada. Esta loma encierra por la izquierda (mirando desde el mar hacia arriba) la cuenca fluvial del barranco de Igueste.

En la excursión 1486 accedí a la montaña de Tagarga desde El Balayo (desde la entrada a la finca del Balayo). Subí por la ladera de extraordinaria pendiente, trepando el último tramo, hasta acceder a una zona más llana (325m) de la loma (Lomo el Bujero) que encierra por la izquierda el barranco de Tagarga. La otra loma que encierra el barranco de Tagarga es la que he descrito más arriba (Los Tosconillos a Montaña Tagarga). En la 1486 seguí subiendo por la loma hasta la montaña de Tagarga (575m) pero un salto me detuvo. Lo traté de rodear por la izquierda pero la vegetación era demasiado densa, después por la derecha pero la pendiente demasiado fuerte también me paró. Y cuando miraba hacia arriba, hacia la continuación de la loma lo que veía era una arista afilada con oquedades. Además, tenía un cansancio considerable por la trepada desde El Balayo. No seguí. Afortunadamente en esa excursión decidí bajar por la otra loma que encierra el barranco de Tagarga para ver si se podía bajar hacia Igueste. Y descubrí que se podía bajar y que en los 310m (Los Tosconillos) bajaba hacia la izquierda un sendero hacia una llanurita (260m) y que otro sendero bajaba desde la llanurita hacia Igueste. Conseguí bajar, la última parte, entre los 200 y los 50m (el nivel de la calle en Igueste) fue complicada pero factible, el problema es que hay demasiados senderos.

Con toda esta información hoy lo voy a intentar desde Igueste. Y para darle un poco de variedad voy a intentar subir por otro lado de por donde salí a la calle (Manuel Vera Álvarez) en Igueste (un gran laurel al lado de un barranquillo -Hoya los Balos), a unos 240 metros del principio de la calle. En la bajada a Igueste pasé cerca de una finquita (120m) con huertas en producción y tengo la sensación, por el tamaño de la finquita, de que pueda existir una pista que suba hasta esa finca desde algún punto del primer tramo de la calle (antes de que cruce el cauce del barranco).

Me levanto a una hora razonable para estar antes de las nueve y media en Santa Cruz, que es cuando sale la guagua que va a Igueste (la 945). Llego con tiempo y espero junto a algunos otros pasajeros. Nos montamos tres personas. Otros se van sumando a lo largo de Santa Cruz, algunos se bajan en Las Gaviotas. En Igueste me bajo en la primera parada (Capri) y camino en busca de esa posible pista que suba a la finquita. Llego hasta el cauce del barranco y no veo ninguna, sólo escaleras, a la izquierda, que suben a grupitos de casas en la ladera. Regreso y subo por la primera (Pasaje el Guirre). Tras dos primeros tramos largos voy pasando casas hasta llegar a las últimas. Cuando parece que no tengo salida me echo a la derecha por delante de una casa de aspecto ruinoso. Una mujer sale a la terraza de su casa, le explico, me dice que le pregunte a un hombre que está con perros más arriba de donde estoy yo. Subo hasta donde está el hombre (80m), sus perros cazadores ladran todo el rato, poco a poco se van calmando. Después de explicarle lo que quiero: subir a Tagarga y seguir hacia arriba, me señala un sendero que cruza un barranquillo (El Valichuelo) que lleva a un depósito de agua y que después suba por la ladera que el camino es claro. Y que más arriba el camino más claro me va a llevar hacia las casetas y huertas (la pequeña finquita que vi bajando la otra vez) de las que es el dueño, pero que no es por ahí sino hacia la izquierda y hacia arriba. El hombre es joven, de unos treinta años y sus explicaciones son largas y buenas. Muchas gracias.

Guiado, a voces, por él, cruzo el barranquillo, tiene algunos escalones y llego al depósito vallado de agua. Encuentro un camino ancho que lo rodea por la izquierda, baja un poco y después subo muy claro por una loma. Hace mucho calor y no corre nada de viento. Me imagino que en algún momento confluiré con el sendero que hice bajando (excursión 1486). Pero la cosa no es nada sencilla, el camino bueno, efectivamente, me lleva hacia sus huertas donde más perros me ladran a la distancia, tengo que salirme del camino bueno por la izquierda y ascender como buenamente puedo por senderillos, hay muchos. Así voy progresando y subiendo por la ladera. Otra vez otro sendero me lleva a un espacio despejado cubierto de gramíneas secas agostadas, tampoco es por ahí. De nuevo tengo que subir por senderillos en la ladera, de vegetación mixta de pencas, tabaibas y espineros. Así voy subiendo y el sendero me lleva hacia el cauce del mismo barranquillo de antes y el sendero sube zigzagueando y echándose hacia la izquierda hasta que me lleva a una mesetita entre dos elevaciones (265m). (Desde luego que el track de esta excursión es sólo orientativo, sobre todo el tramo entre el camino claro hacia las huertas y la mesetita, pero si vas subiendo por la ladera en algún momento vas a encontrar el sendero correcto). (Para llegar al depósito de agua de una manera más fácil que lo he hecho yo habría que, estando en la calle Manuel Vera Álvarez, meterse por la primera escalera tras el gran laurel al lado de un barranquillo -Hoya los Balos).

No acabo de empezar y ya estoy bastante fundido y cansado. Desde aquí miro hacia la derecha y puedo ver dos picos (parte de la loma que lleva a Tagarga), pero no otros más que hay ni la montaña de Tagarga. En esta mesetita hay rocas rojizas y está despejado, y tiene vistas hacia el mar y la desembocadura del barranco de Igueste. Ahora empiezo a subir por un sendero más o menos claro que sube hacia la derecha por una lomita hacia una elevación (Los Tosconillos) uno de los picos de la loma que lleva hasta Tagarga. El trabajo psicológico que he tenido que hacer en esta subida me ha cansado tanto como la pendiente y subo bastante despacio por un sendero rocoso hasta Los Tosconillos (310m) donde hay un hermoso almácigo. Bueno, ya estoy en la loma, ahora se trata de subir por ella. Voy por el borde de la loma con vistas, estupendas, hacia Igueste, pero hace tanto calor y la siguiente elevación parece tan arriba que apenas lo puedo apreciar. Apenas hay sendero reconocible, tengo que ir sorteando las rocas, las plantas, con muchos pequeños desniveles. Cuando llego al segundo pico (340m) veo que el siguiente también tiene una considerable pendiente y empiezo a subir mucho más lentamente y me tengo que parar varias veces. Son momentos malos, muy desmoralizadores, hace un calor tremendo y estoy algo desfondado, no sé lo que me pasa. Lo voy pasando parándome y bebiendo agua. Me ayuda pararme y mirar el valle de Igueste, cada vez más claro y cada vez más como de cuento, con sus huertitas y sus casas agrupadas. Esta subida hacia el tercer pico, creo, que es el que más me cuesta. Cuando llego (390m) tengo un respiro cuando veo que la pendiente al cuarto pico es más suave. Así y todo, tengo que subirlo. Me puedo recuperar cuando llego a la siguiente elevación (425m), no sólo hay un tramo largo bastante llano, sino que por debajo hay un risco muy vertical y las vistas son más dramáticas. Puedo ver hacia arriba del barranco de Igueste las lomas laterales que encierran pequeños barranquillos que afluyen al de Igueste. El suelo es más rocoso y tiene menos plantas. Y, ahora, además, empieza a correr un poco de viento fresco.

Voy ascendiendo pasando miradores en los pequeños picos hasta llegar a uno más redondeado (490m) donde la loma se echa a la izquierda y hay una pequeña bajada (Degollada de Tagarga, 480m) y las vistas hacia arriba son más profundas. Después subo a una tira de terreno alargada (510m) de unos cien metros de largo. Al llegar al final de la tira ya estoy en las faldas de la montaña de Tagarga. Aquí es donde empieza la excursión de verdad. Toda esta subida ha sido sólo una preparación. Ahora tengo que rodear la montaña por la ladera y llegar a una degollada que según el mapa es larga y afilada, pero desde aquí yo no la puedo ver. Desde la tira llana por la que acabo de pasar he podido ver un sendero fino unos quince o veinte más abajo en la ladera y que sube hacia una esquina de la ladera de la montaña. Vale. Vamos allá. Bajo por la ladera hasta una resbaladera de arena y la cruzo muy despacio hundiéndome en la arena. Avanzo sin cambiar mucho de altitud por medio de la vegetación por un terreno muy irregular y pendiente hasta que tengo el sendero debajo. Destrepo hasta él y, en ligera subida, voy subiendo hasta que llego a la esquina de la ladera (500m). Al dar la vuelta a la esquina veo que puedo continuar. Sigo por un senderillo fino, casi un surco entre las plantas y por las rocas que va ascendiendo por la ladera, no es un sendero fácil, tampoco especialmente complicado y logro llegar a la degollada (Degollada del Becerro, 540m).

Llego justo entre dos rocas. La rodeo y empiezo a atravesar la degollada (unos 200 metros de largo). Es extraordinariamente afilada. De rocas de formas caprichosas, puntiagudas, que tengo que ir pasando muy, pero que muy, despacio, con tramos expuestos, tanto a la derecha como a la izquierda. Pero no tengo que dar ningún salto, sólo se trata de trepar, destrepar, agarrarse bien a las paredes. Es de lo más emocionante y fantástico este paso. Después de pasar la parte más baja (520m) de la degollada tengo que subirme en otra gran formación rocosa y en su extremo me encuentro con un salto, no muy alto, un metro y medio o así, pero no me quiero arriesgar a saltar. Por la derecha veo que hay un andén (paso o camino estrecho que bordea una zona escarpada) que llega a la parte baja del salto. Retrocedo unos metros y encuentro por la derecha una bajada que me lleva a una oquedad por la que desciendo y llego al andén. El andén está de lo más expuesto, pero tiene el ancho suficiente para transitarlo tranquilo. Y llego a la base del salto. Y aquí justo es el principio del siguiente pico. Es un pico temible, muy vertical, con oquedades grandes en la arista. Esas oquedades están unos veinte o treinta metros por encima de mí, pero ahora estando en la base del pico veo a la derecha, tal como ocurrió al rodear Tagarga que hay un tramo de sendero (o eso imagino) que desde unos diez metros por debajo de mí sube hasta una esquina en la ladera de este pico. Descarto lo de subir por la arista hacia las oquedades y bajo por un sitio posible, por una hendidura en el terreno y cuando bajo esos diez metros empato con el “sendero” y subo por él hasta la esquina. A la vuelta de la esquina la ladera con bastante pendiente me permite seguir por senderos, pequeños andenes que suben hasta un punto y de los que me tengo que bajar para tomar otro sendero paralelo pero un poco más abajo, y que sube, y así una y otra vez. La vegetación de codesos, pencas y espineros no llega a ser muy densa por estas paredes de roca vista y de esta manera logro superar este pico tremendo llegando casi a lo alto (570m). Aparezco tras la subida en una zona rocosa y a mi izquierda queda la cima (580m) del pico.

Superada la prueba del pico con oquedades en el frente me encuentro ahora con una degollada por delante así que tengo que destrepar y bajar, más bien por la izquierda de la arista del pico hasta alcanzar la degollada (525m). Esto es una montaña rusa de subidas y bajadas. El siguiente pico tiene una arista afilada, pero sin oquedades que se podría subir, aunque sé que el siguiente pico (Riscos de la Longuera) es más afilado y con un salto en el frontal. Subo un poco por la arista, todavía con pendiente suave y encuentro que puedo seguir fácilmente, por un tramo llano, hacia la izquierda. Sigo por la izquierda y llego a unas cuevas, pero más allá la pendiente se hace fuerte e imposible. Regreso a la arista (535m) y entonces, como he conseguido rodear por la derecha los dos últimos picos lo vuelvo a intentar por la derecha. El progreso es más complicado, la vegetación de espineros negros y codesos mucho más densa, luchando con las plantas logro llegar a una cueva pequeña justo antes de una esquina de la ladera. La rodeo y ahora sigo subiendo por la ladera cada vez más cerrada por un espacio pequeño entre la pared de roca vertical a la izquierda y una caída por la derecha. Este es el tramo más trabajoso. A veces tengo la tentación de subir a la izquierda por las rocas pero no llego a nada, la cosa es continuar en lento ascenso luchando con las plantas, por donde parece que pudo haber un sendero, un pequeño andén. Es un esfuerzo tremendo el que tengo que hacer usando los brazos sujetándome en las ramas de las tabaibas suavemente, no son muy fuertes, y así tras un tramo que se me hace larguísimo logro llegar más allá de último pico complicado (Riscos de la Longuera, 610m). Han sido unos 300 metros desde la última arista afilada, pero es como si hubiesen sido 3000 metros. Quizás me he dejado llevar alegremente en este último paso por la derecha y debería haberlo intentado por la arista afilada. Vale, ya no importa, ya he conseguido superar la parte más complicada de esta travesía. Todavía me falta un tramo larguito pero creo que fácil.

Me quedo a comer justo por donde he llegado (14.40-13.10h). Me cuesta trabajo comerme el bocadillo. No tengo apetito ninguno. El día sigue fuerte, caluroso. Veo una cabra blanca en la distancia subir por la ladera por donde yo tendré que seguir subiendo. Durante la comida puedo disfrutar de las vistas sobre los barrancos, a la izquierda el del Balayo, a la derecha el de Igueste y otros tributarios. Algunas lomas tienen pequeños bosquetes de brezos. No veo ninguna señal de senderos por estas lomas. Es una zona muy remota. Esta por donde estoy pasando no es ni siquiera zona de cazadores, no he visto ningún cartel de coto de caza, no he visto ningún hito, ningún mojón, nada, sólo senderos de cabras desde la montaña de Tagarga. Repuesto, con la moral alta, sigo subiendo, muy despacio, por senderillos estrechos que van por la arista ancha de una loma que se echa a la derecha, con mejores vistas hacia Igueste. Corre una ligera brisa. Al llegar a lo alto de la loma (650m) la loma tuerce a la izquierda y enseguida paso otro pico (Chifaque, 670m). Ahora la pendiente por la loma es mucho suave. Las pendientes son muy suaves también por la izquierda (Llanos de Arriba) ahora cubierto de jaras pero que pudo estar cultivado antaño. Por la derecha las pendientes son más fuertes. Subo hacia una oquedad, que afortunadamente está a la derecha y por una zona de paja seca por senderillos finos y estrechos subo hasta el final de la loma (700m) donde hay una vista fantástica hacia arriba y hacia la derecha.

Durante este último tramo desde el sitio donde comí me asalta la idea de si voy a encontrar o no el paso para continuar por otra loma cuando termine esta. En el mapa en papel que he traído tengo trazada simplemente un trazo por lo alto de este final de la loma hasta ese paso. Confiando en mi juicio cuando lo imprimí me conformo con eso. En lo alto de la loma tuerzo a la izquierda y sigo subiendo por un terreno rocoso hacia el borde, pero con grandes codesos y brezos por los que va un senderillo que en varias ocasiones se termina. Tengo que irme al borde rocoso para progresar. En unos dos minutos (100 metros) paso al lado de una caída fuerte por la derecha. Subo a unas rocas (725m) y tras estas rocas encuentro el paso. Es un paso estrecho que me emociona encontrar, todo ha cuadrado perfectamente, es casi milagroso. Un paso estrecho en fuerte bajada donde hay unas capitanas, no están tan lozanas como cuando hice este recorrido en mayo (Riscos de San Andrés, excursión 1482). Pero aquí están y es la ultimísima prueba de que voy bien.

Hay una buena bajada entre laureles y brezos hasta que el sendero llanea por el bosque hacia la izquierda, lo atraviesa y después va por zonas más despejadas, hasta que vuelve a entrar en otro bosquete de brezos, también lo atraviesa y entre tederas agostadas el sendero va ya muy claro (no como en mayo, que estaba todo cubierto) hasta una degollada (Tajarote) con estupendas vistas hacia San Andrés, que hoy yo no me entretengo en ver. Ahora estoy concentrado en tratar de conseguir llegar a la carretera de Anaga a tiempo de tomar la guagua que viene de Chamorga (la 947). Pero con el cansancio que traigo no puedo permitir el lujo de ir rápido, tengo que ir más bien despacio, todavía tengo que seguir subiendo. La parte más antipática es un tramo arenoso con el sendero inclinado y rodeado de zarzas. En el bosque denso de laurisilva es delicioso pasar y a menos de dos minutos de llegar a la carretera oigo pasar la guagua, al mismo tiempo que me doy un buen golpe en la cabeza contra la rama pulida de un laurel, sin consecuencias afortunadamente.

Vale. Enseguida llego a La Cancelilla (17h) y ahora me lo tomo con toda la calma del mundo. La siguiente conexión es la guagua de Taganana, que pasa a las 6.30h por el túnel. Hago un recorrido larguísimo pasando por el albergue donde consigo agua, después por El Bailadero, todo despejado hacia Taganana y una larguísima vuelta por la carretera (hay atajos, pero no los uso), donde disfruto de las vistas hacia San Andrés, hasta la parada de la guagua después del túnel (18h). Aquí me toca esperar un buen rato a la 946. Me acomodo en la parada cubierta, hago estiramientos, como unos dátiles medjoul y unas nueces pacanas, me cambio de ropa, me lavo la cara con agua fría, fantástico, parece ser que hay unas glándulas debajo de los ojos que son muy receptivas a este tratamiento con agua fresca. Pasan muchos coches por la carretera y casi todos los conductores y conductoras cuando pasan a mi lado me miran, debe ser un automatismo, mirar las cosas imprevistas.

La guagua por fin aparece (6.45h) y viene hasta los topes. Me tengo que quedar de pie a la entrada de la guagua. Menos mal que lo estaba anticipando (hace dos semanas conseguí un asiento por suerte al principio de la línea, en la playa). Me enchufo la música, una música hipnotizante de un cantante pakistaní (Nusrat Fateh Ali Khan), con una instrumentación muy sencilla y donde lo importante son las voces, con temas larguísimos, de quince y veinte minutos y así, y de pie, sigo bamboleado hasta el intercambiador.